Los 50 de Joaquín de Dinamarca: poesía, invitados sorpresa y una gran ausencia
El Bellevue Teatre acogió un concierto para celebrar el medio centenario del hijo pequeño de la reina Margarita, que contó con algunas presencias inesperadas
Mucho se ha hablado de las diferencias que existen entre los hermanos Joaquín y Federico de Dinamarca. La prensa danesa lleva años asegurando que no se hablan y que evitan coincidir en celebraciones familiares, lo que se traslada a escasas apariciones públicas conjuntas. La última vez que coincidieron en un acto fue en febrero, en el concierto que se celebró para conmemorar el primer aniversario de la muerte del príncipe Henrik. Y hay que remontarse cuatro meses antes para volverlos a ver. Fue en octubre, en la apertura del Parlamento. Joaquín y Marie no estuvieron en el cumpleaños de la reina Margarita y tampoco en la cena de gala por el 75 cumpleaños de su tía Benedicta. Una ausencia que no hizo sino reafirmar la teoría.
Pero este lunes, los hijos de la reina Margarita han protagonizado un tremendo 'zasca', frenando rumores o, al menos, sembrando la duda. El lugar, el Bellevue Teatre. El motivo, el 50 cumpleaños del príncipe Joaquín, que es el próximo 7 de junio, pero que se celebraba este lunes por la noche, con un recital de música y poesía. La cita era muy especial, ya que algunos de los poemas que se leyeron estaban escritos por el príncipe Henrik. Pero lo importante esa noche era el homenajeado y sus invitados, entre los que se encontraban -oh, sorpresa- su propio hermano. Y aunque llegaron por separado y parecía que querían evitar la foto, sí posaron más tarde para el fotógrafo oficial de palacio.
Cuesta creer que, viéndoles tan sonrientes y felices, entre ellos haya tales discrepancias. Algunas de ellas, siempre según la prensa danesa, con una naturaleza algo truculenta, ya que apuntan a un nombre de mujer como la causante. Y ese nombre no es otro que Mary Donaldson, de la que aseguran que Joaquín está enamorado desde que la conoció. Un amor que le habría llevado a casarse con la ahora princesa Marie, que es casi un clon de la australiana. Y precisamente, Mary fue una de las grandes ausentes de la noche, junto con la reina Margarita, ambas fuera de Copenhague por oportunos motivos de trabajo.
Pero si la llegada de Federico sorprendió gratamente, no lo hizo menos la de Alexandra Manley, exmujer de Joaquín y madre de sus hijos mayores. La condesa de Frederiksborg y el hijo pequeño de la reina Margarita siempre han presumido de su buena relación tras su divorcio, en 2005, y ha sido bastante frecuente ver a Alexandra en algunas celebraciones familiares, al igual que se ha contado con Marie de Dinamarca para las fechas importantes que tenían como protagonistas a los hijos de la expareja. Así que el 50 cumpleaños del príncipe Joaquín era la excusa perfecta para volver a presumir de buena sintonía.
Joaquín y Marie disfrutaron felices del recital, con Federico sentado junto a ellos. Tras el concierto, cuyos beneficios estaban destinados a la organización benéfica Danish Hospital Clowns, la pareja se trasladó al edificio de la Real Sociedad Danesa de Tiro, donde participaron en un cóctel con representantes de las diferentes organizaciones que patrocina el príncipe Joaquín. Una cita a la que ya no asistió su hermano, dejando todo el protagonismo al cumpleañero. Y es que quizá eran demasiadas sonrisas e imposturas para una sola noche.
Mucho se ha hablado de las diferencias que existen entre los hermanos Joaquín y Federico de Dinamarca. La prensa danesa lleva años asegurando que no se hablan y que evitan coincidir en celebraciones familiares, lo que se traslada a escasas apariciones públicas conjuntas. La última vez que coincidieron en un acto fue en febrero, en el concierto que se celebró para conmemorar el primer aniversario de la muerte del príncipe Henrik. Y hay que remontarse cuatro meses antes para volverlos a ver. Fue en octubre, en la apertura del Parlamento. Joaquín y Marie no estuvieron en el cumpleaños de la reina Margarita y tampoco en la cena de gala por el 75 cumpleaños de su tía Benedicta. Una ausencia que no hizo sino reafirmar la teoría.