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El regalo de Lady Di a la princesa Ana que la dejó en ridículo delante de la familia real
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CASA REAL BRITÁNICA

El regalo de Lady Di a la princesa Ana que la dejó en ridículo delante de la familia real

Aunque los británicos no celebran la noche de reyes, la primera vez que Diana tuvo que regalar algo por Navidad, hizo un papelón importante

Foto: Diana de Gales, en una imagen de archivo. (Reuters)
Diana de Gales, en una imagen de archivo. (Reuters)

Lady Di y la Navidad. Así, a priori, suena prometedor: la princesa más icónica y recordada de todos los tiempos en uno de los periodos del año más entrañables. Podría haber sido la excusa perfecta para una historia llena de buenas intenciones, mejores deseos y villancicos, pero, por desgracia para la princesa fallecida, su debut navideño entre los Windsor tuvo más de 'Pesadilla antes de Navidad' que de 'Qué bello es vivir'.

Imaginemos por un momento que somos Ebenezer Scrooge, el personaje central de la famosa novela de Charles Dickens, y viajemos a las navidades del pasado. Concretamente a las de 1981, año en el que el mundo asistió a la boda del futuro rey de Inglaterra, el príncipe Carlos, y la princesa del pueblo, Diana Spencer. Unos meses después de aquella boda de cuento, Diana pasaba sus primeras navidades con Isabel II y el resto de los Windsor, una peculiar familia con una tradiciones singulares.

placeholder Carlos y Diana, junto a Isabel II. (Cordon Press)
Carlos y Diana, junto a Isabel II. (Cordon Press)

Cada año, la familia real británica se reúne en la víspera de Navidad, o sea, nuestra Nochebuena, en su residencia de Sandringham, la casa de campo de la reina. Cada miembro debe realizar un regalo a otro y dejarlo bien envuelto (ahí el arte y la imaginación de cada cual eligen) sobre la mesa. Aquel año, a Diana le tocó hacerle el regalo a la princesa Ana y, mientras ella, muy ufana, se congratulaba del presente elegido, no imaginaba que se estaba mascando una (mini) tragedia (permítanos la licencia poética).

Mucha gracias, pero...

A las 18:00 horas comenzó la apertura de los regalos, supervisada por el duque de Edimburgo, conocido por su buen talante y humor. Cuando llegó el momento de abrir el de la princesa Ana comprobó con horror que Diana le había regalado... ¡un jersey de cachemir! Los royal británicos se quedaron horrorizados. ¿por qué? Les damos unos segundos para pensarlo...

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Pero entonces... ¿dónde estaba el fallo? ¿Era de un estampado horrible? ¿Una talla excesivamente grande? ¿Era Ana alérgica a la lana de cabra? No, el error estaba en que simplemente era un regalo 'normal', cuando la primera regla de los 'christmas presents' entre los royals es que esos presentes tienen que ser cómicos, absurdos rozando incluso el ridículo, así que la que hizo el ídem fue la princesa. Mientras su cuñada Ana le regalaba a ella un protector de papel higiénico. Otros presentes memorables a lo largo de esa tradición han sido la camiseta que el príncipe Harry le regaló a su abuela con la frase 'Ain’t Life a B*tch' ('¿No es la vida muy perra?') o el año que la hija de la reina le regaló a su hermano Carlos un funda de cuero para cubrir el inodoro (se ve que Ana encuentra en el mundo escatológico mucha inspiración para sus presentes).

La venganza de Diana

Aquella Navidad de 1981, la princesa quedó en evidencia: no queda claro si nadie la advirtió de la naturaleza gamberra de los regalos o si ella no se preocupó por leer las instrucciones de la convocatoria. Lo que sí queda registrado es que al año siguiente Diana se vengó con una bonita alfombra de baño con estampado en leopardo que le cayó a su buena amiga en la familia, Sarah Ferguson.

placeholder Sarah y Diana, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Sarah y Diana, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Por suerte para las últimas 'princesas' incorporadas en la familia de Isabel II, la historia no se ha repetido: tanto Kate Middleton como Meghan Markle eran conocedoras de ese gusto por la ironía envuelta en papel y lazos, y en la pasada Navidad, la duquesa de Sussex le regaló a la reina un hámster de peluche que canta. Una fuente de Sandringham le contó a 'The Daily Star': “La reina se echó a reír y dijo que podía hacer compañía a sus perros”.

Lady Di y la Navidad. Así, a priori, suena prometedor: la princesa más icónica y recordada de todos los tiempos en uno de los periodos del año más entrañables. Podría haber sido la excusa perfecta para una historia llena de buenas intenciones, mejores deseos y villancicos, pero, por desgracia para la princesa fallecida, su debut navideño entre los Windsor tuvo más de 'Pesadilla antes de Navidad' que de 'Qué bello es vivir'.

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