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Por qué este tercer grado es definitivo en la vida de Urdangarin y la infanta Cristina
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FAMILIA REAL

Por qué este tercer grado es definitivo en la vida de Urdangarin y la infanta Cristina

La nueva situación del cuñado del Rey ya no tiene vuelta atrás, lo que implica a toda la familia. "Tiene que tomar una decisión", dicen desde el entorno de la Infanta sobre su futuro

Foto: Iñaki Urdangarin. (Contacto Photo)
Iñaki Urdangarin. (Contacto Photo)

Era algo tan esperado que en cuanto pudo, gastó su primera bala. Iñaki Urdangarin sabía que esta vez sí, que el tercer grado iba a llegar pronto y que sería definitivo, por lo que el pasado fin de semana se lo tomó libre, consciente de que no iba a ser el último. Y lo sabía porque la Fiscalía se unió al recurso de su abogado, Mario Pascual Vives, en contra de la decisión de Instituciones Penitenciarias de flexibilizar su régimen pero no otorgarle el tercer grado.

La Fiscalía se había opuesto siempre a los recursos presentados por Urdangarin, lo que terminaba con la Audiencia de Palma denegando cualquier cambio en la situación penitenciaria del marido de la infanta Cristina. Ahora, con una sentencia firme, ya no hay vuelta atrás. Y eso implica a toda su familia, incluida su mujer, que vive en Ginebra, lejos de su marido y lejos de poder encontrarse con él cada semana, algo que ahora ya es posible.

placeholder La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en Vitoria en 2019. (EFE)
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en Vitoria en 2019. (EFE)

“Está claro que ahora tiene que tomar una decisión, porque además Irene termina el colegio pronto, no tiene sentido que se quede en Ginebra, pero… Allí ha encontrado su lugar, veremos qué pasa”, nos cuenta una persona de su entorno cercano, quien señala el secretismo con el que hacen todo últimamente los Urdangarin de Borbón. Lo dicen desde hace un tiempo la mayoría de personas de su entorno: avisan de sus intenciones con poco margen, improvisan, cada vez se mueven con menos amigos y no quieren que nadie sepa sus planes para que no salgan a la luz.

En Ginebra (por ahora)

Sea como sea, que Iñaki tenga el tercer grado, que pueda pasar los días fuera de prisión, los fines de semana en libertad y que pueda disfrutar de 48 días de permiso al año, cambia las cosas. Aunque ellos ya lo tenían previsto. Y por ahora, nada cambiará su situación. La hermana de Felipe VI vive en Ginebra desde 2014 y es en la ciudad suiza donde quiere seguir viviendo. Al menos en los próximos meses.

Foto: La infanta Cristina, en una imagen de archivo. (Getty)

Este fue uno de los motivos que esgrimió cuando pidió su salida de La Caixa, un proceso que fue aprobado en diciembre de 2019 y que ha quedado paralizado en parte por el estado de alarma y la pandemia. La Infanta quería dejar de viajar a Barcelona, como tenía que hacer por trabajo, y centrarse así en Ginebra y sus viajes para visitar a Urdangarin.

Doña Cristina se mudó recientemente de piso para poder vivir más tranquila, lejos del foco mediático; y de sus hijos pequeños, ya solo Irene sigue escolarizada. El mayor, Juan, se inscribió hace dos cursos en una universidad británica, pero su presencia en Madrid, casi continua, delata que vive en la capital, donde está más cerca de su padre. Mientras, Pablo, el segundo, reside en Barcelona, y Miguel, el tercero, en Reino Unido.

Una familia marcada

Queda claro, pues, que en los próximos meses veremos mucho más a Urdangarin con sus hijos, sus amigos y el resto de su familia. Y aquella foto tan buscada, la del cuñado del Rey entrando o saliendo de prisión, quedará como un vago recuerdo. Y aun así, hacen todo lo posible para que nadie los encuentre y mantienen, de este modo, el misterio sobre sus vidas. La vida en prisión ha marcado a la familia, que ha visto como su intimidad se contaba al detalle desde que imputaron a su marido, a finales de 2011.

Por eso esperan que poco a poco se difumine el interés por sus vidas, y estar lejos de España lo facilitaría mucho. Mientras siguen aquí, no obstante, las reglas son claras. Urdangarin todavía no ha cumplido ni la mitad de su condena y además de continuar en régimen penitenciario, aunque sea en tercer grado, deberá seguir un curso de resinserción para presos condenados por corrupción, un proyecto innovador aprobado por el Ministerio de Interior recientemente y que se pone en marcha este mismo mes de enero.

placeholder La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en el cumpleaños de Guillermo de Holanda. (Getty)
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en el cumpleaños de Guillermo de Holanda. (Getty)

No hay que olvidar que, según el artículo 163 del Reglamento Penitenciario, “los centros de inserción social son establecimientos penitenciarios destinados al cumplimiento de penas privativas de libertad en régimen abierto [...]. La actividad penitenciaria en estos centros tendrá por objeto esencial potenciar las capacidades de inserción social positiva que presenten las personas en ellos internadas mediante el desarrollo de actividades y programas de tratamiento destinados a favorecer su incorporación al medio social”. La finalidad de estos centros es la “integración, facilitando la participación plena del interno en la vida familiar, social y laboral, y proporcionando la atención que precise a través de los servicios generales buscando su inserción en el entorno familiar y social adecuado”.

Era algo tan esperado que en cuanto pudo, gastó su primera bala. Iñaki Urdangarin sabía que esta vez sí, que el tercer grado iba a llegar pronto y que sería definitivo, por lo que el pasado fin de semana se lo tomó libre, consciente de que no iba a ser el último. Y lo sabía porque la Fiscalía se unió al recurso de su abogado, Mario Pascual Vives, en contra de la decisión de Instituciones Penitenciarias de flexibilizar su régimen pero no otorgarle el tercer grado.

Infanta Cristina Iñaki Urdangarin
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