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Ernesto de Hannover, condenado a diez meses de cárcel y a dejar el alcohol
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JUICIO POR AMENAZA Y COACCIÓN

Ernesto de Hannover, condenado a diez meses de cárcel y a dejar el alcohol

Ester martes se ha celebrado en Austria el juicio contra el príncipe alemán por los altercados protagonizados con la policía el verano pasado, en el que se enfrentaba a tres años de cárcel

Foto: Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado. (Getty)
Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado. (Getty)

No es la primera vez que se ponía delante de un juez, pero sí la primera que se enfrentaba a cárcel por sus acciones. Ernesto de Hannover ha tenido que acudir este martes a los juzgados de Wels, en la zona de Alta Austria, donde estaba citado a las 9 de la mañana. El príncipe estaba acusado de amenazas y coaccionnes, después de los altercados que protagonizó el verano pasado con dos agentes de la policía austriaca, a los que llegó a intentar agredir con un cuchillo y días después con un bate de béisbol, según los informes que llegaron a los medios de comunicación del país. El resultado de aquellos polémicos días es la condena a diez meses de cárcel que el propio juez ha decidido después de la audiencia. Además, le ha prohibido beber alcohol durante ese mismo periodo de tiempo, a la vez que le ha exigido que abandone, también temporalmente, la propiedad donde vive en Austria, la misma donde tuvieron lugar los altercados.

Una audiencia mediática

El gran objetivo del príncipe alemán este martes era -además, lógicamente, de librarse de la cárcel- esquivar a la prensa que esperaba su llegada a la sala 22 del tribunal regional de Wels en Alta Austria. Numerosos periodistas aguardaban en el pasillo que dieran las 9 de la mañana para verlo llegar, en lo que suponía su primera salida pública en mucho tiempo. Pero cuál ha sido la sorpresa de gráficos y redactores cuando han comprobado que Ernesto de Hannover no solo había accedido mucho antes de su hora a los juzgados y por la puerta trasera del edificio, sino que también entraba en la sala donde se iba a celebrar el juicio por otra puerta que es exclusiva para que accedan las personas que ya están cumpliendo condena en prisión.

placeholder Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado. (Getty)
Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado. (Getty)

Y parece que al propio juez no le han gustado nada las licencias que se ha tomado por su cuenta y riesgo el príncipe alemán. Le ha dado un toque de atención, señalando que no se iba a dirigir a él con su título o tratamiento real, sino como 'señor Hannover', además de impedirle volver a salir por la puerta trasera del edificio, por lo que Ernesto no ha podido evitar las fotografías de la prensa al terminar su participación en el juicio. Eso sí, ha aparecido haciendo el símbolo de la victoria ante los fotógrafos, quizá porque estaba satisfecho con lo que había pasado hasta ese momento en la corte, aunque luego se ha torcido, a juzgar por el resultado.

Pero es que el príncipe alemán ha estado sentado frente al juez apenas dos horas, a pesar de que estaba previsto que la audiencia no terminara hasta las 16:30 de la tarde, por lo que no ha escuchado ni a los diez testigos ni al psiquiatra que también estaban llamados a declarar. El motivo es que Ernesto de Hannover había solicitado al juez no quedarse en la sala durante toda la audiencia, alegando la situación sanitaria y que él es un paciente de riesgo por el cáncer que padece, por lo que ha de tener extremo cuidado para no contraer el coronavirus.

placeholder Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado junto a su abogado. (Getty)
Ernesto de Hannover, tras salir del juzgado junto a su abogado. (Getty)

Mientras estaba estado sentado frente al juez, el exmarido de Carolina de Mónaco se mostraba arrepentido, disculpándose nada más empezar a hablar: "Asumo la responsabilidad y estoy dispuesto a pagar los daños", decía al magistrado, aunque también se excusaba con cierta amnesia para no explicar lo que pasó en la noche del 15 de julio, la primera en la que supuestamente atacó a dos agentes que fueron a su finca tras recibir una llamada de socorro: "No recuerdo partes de lo sucedido". Y es que, según los informes, Ernesto de Hannover presentaba un estado etílico importante. Su condición y su actitud hicieron que los agentes tuvieran que reducirlo y conducirlo a la unidad psiquiátrica de un hospital cercano, donde pasó la noche.

El príncipe también se declaraba 'no culpable', asesorado por su abogado, Otto Dietrich. La defensa que presentaban frente a los delitos que se le imputan -coacción, amenazas, destrozo de mobiliario urbano- es que 'alguien' le suministró alcohol sin que él fuera consciente, por lo que combinado con la medicación que tomaba, dio como resultado un Ernesto de Hannover fuera de sí que amenazó al personal de su casa y atacó la policía. Y ese 'alguien' no es otro que Ernesto de Hannover Jr., su hijo mayor, a quien la defensa acusa de haber utilizado al ama de llaves de la finca para que le diera alcohol al príncipe, a sabiendas de cómo le afecta física y mentalmente y con la intención de dejarlo fuera de juego. Una estrategia que, como hemos podido comprobar tras el juicio, no le ha servido para que el juez reconociera su inocencia.

A pesar de que el exmarido de Carolina de Mónaco ha sido condenado a diez meses de prisión, no tiene que poner un pie en la cárcel, al menos de momento. Además de que puede ser apelada, como así hará su equipo de abogados, solo cumpliría condena entre rejas en caso de que, una vez que la sentencia fuera en firme, Ernesto de Hannover incumpliera alguna de las otras condiciones impuestas por el juez.

No es la primera vez que se ponía delante de un juez, pero sí la primera que se enfrentaba a cárcel por sus acciones. Ernesto de Hannover ha tenido que acudir este martes a los juzgados de Wels, en la zona de Alta Austria, donde estaba citado a las 9 de la mañana. El príncipe estaba acusado de amenazas y coaccionnes, después de los altercados que protagonizó el verano pasado con dos agentes de la policía austriaca, a los que llegó a intentar agredir con un cuchillo y días después con un bate de béisbol, según los informes que llegaron a los medios de comunicación del país. El resultado de aquellos polémicos días es la condena a diez meses de cárcel que el propio juez ha decidido después de la audiencia. Además, le ha prohibido beber alcohol durante ese mismo periodo de tiempo, a la vez que le ha exigido que abandone, también temporalmente, la propiedad donde vive en Austria, la misma donde tuvieron lugar los altercados.

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