Poesía, tatuajes y alcachofa: ¿quién es el nuevo presidente de Chile que ha criticado al Rey?

Ocupa todos los titulares de la prensa española cinco días después de acceder al cargo por las declaraciones que ha realizado en su primera entrevista sobre Felipe VI. Pero ¿quién es el nuevo presidente de Chile que ha criticado al Rey? Nos acercamos al perfil del político chileno, de 36 años, que se estrena en el cargo y que ha obligado a la Casa Real a aclarar lo sucedido.

Todo ha surgido a raíz de las declaraciones de Boric en su primera entrevista como presidente concedida al programa chileno ‘Las caras de La Moneda’. "Me pareció bien inaceptable que se haya atrasado la ceremonia porque el Rey de España se había atrasado. Pero, bueno, son cosas que pasan", dijo. El monarca llegó 15 minutos tarde a la toma de posesión celebrada en Valparaíso el pasado 11 de marzo, lo que parece haber molestado a Boric, que no ha dudado en afearle el gesto. Ante esto, la Casa Real ha explicado el motivo del retraso: “La delegación española siguió en todo momento las indicaciones del protocolo y seguridad chilena, que son quienes marcan el ritmo de llegada de las caravanas. De hecho, la de la delegación española estuvo esperando en fila detrás de otras hasta que protocolo y seguridad dieron la instrucción de que ya se podía acceder".

Fútbol, poesía y tatuajes

Una vez aclarado el asunto, nos adentramos en el perfil de Gabriel Boric, el presidente más joven que ha tenido Chile en su historia. Nació en 1986 en Punta Arenas, en el extremo austral del país, dentro del seno de una familia de clase media alta con ascendencia croata y española. Su padre es ingeniero químico y militante de la Democracia Cristiana, y su madre, secretaria. Él es el mayor de tres hermanos y estudió en el British School.

En el año 2005, con 18 años, dejó su localidad natal para trasladarse a la capital para estudiar Derecho en la Universidad de Chile y no oculta que le costó un poco adaptarse a la vida de la ciudad. Fue presidente de su Federación de Estudiantes durante dos años y uno de los principales dirigentes de las movilizaciones estudiantiles de 2011, que rechazaban el sistema educacional chileno, con una amplia participación del sector privado respecto a la del Estado. Su creciente interés por el mundo de la política le hizo abandonar la carrera para dedicarse plenamente a lo que él mismo define como su vocación. En 2013 empezó su periplo como diputado que casi una década después le ha llevado a la presidencia del país.

Entre sus aficiones están la poesía, la literatura, la historia y la música, y también es un gran apasionado del fútbol. Uno de sus signos distintivos a nivel físico son sus tatuajes: lleva grabados un árbol, un faro y el mapa de Magallanes, la región del extremo sur del país donde nació. Pese a haber crecido en un hogar de creencias católicas, el nuevo mandatario chileno se define como agnóstico: "Respeto mucho la fe de mi madre y a veces extraño el don de la fe, pero no es algo que tenga en este momento y no creo que sea algo a lo que se puede recurrir solo en estado de necesidad".

Irina, una nueva primera dama diferente

Su llegada a la presidencia pone en la palestra a su pareja como nueva primera dama. Se llama Irina Sabine Karamanos Adrián, tiene 32 años, es nieta de inmigrantes alemanes y griegos, antropóloga y una reconocida dirigente feminista que promete “reformular’ el rol tradicional que las mujeres de los presidentes han tenido hasta ahora. “Hay que darle un giro diferente y más contemporáneo a este rol, despersonalizarlo, y esto va a significar cambiar también la relación con el poder y la forma en que vemos la relación entre el poder y las mujeres que hacemos política", ha explicado.

La pareja se conoció en el año 2016 y empezaron su relación en 2019. Él mismo confesaba hace un tiempo en una entrevista algo curioso referente a su romance: usan la alcachofa como símbolo de su amor. “Trataba de sacar cada pétalo de la alcachofa para llegar a su corazón”, recordaba Boris sobre sus inicios. “Nos gusta imaginar un futuro en conjunto, además de vivir este presente tan vertiginoso que nos ha tocado. Por ahí pasa el amor. Nos decimos chofo y chofa, de alcachofa. Nos gustan mucho las alcachofas”, ha señalado.