De las ausencias a la informalidad: los detalles de la 'otra' coronación de Carlos III
La ceremonia se celebró en la catedral de St. Giles, donde recibió los Honores de Escocia, entre los que se encuentra la espada Elizabeth en honor a su madre
El rey Carlos III ya ha recibido los Honores de Escocia, los símbolos de la monarquía de este país del Reino Unido. Después de dos meses de la coronación celebrada en Londres, se oficiaba este miércoles una segunda ceremonia en Edimburgo rodeados de altos cargos escoceses y junto a los príncipes de Gales, tratados en Escocia como los duques de Rothesay. El motivo de otra coronación es concluir el nombramiento como rey en Gran Bretaña y el norte de Irlanda con la recepción de joyas más antiguas del país, que residen en Edimburgo.
La celebración comenzaba con la llamada Procesión del Pueblo, donde un centenar de personas, que representan diferentes aspectos de la cultura escocesa, caminaban hasta la catedral de St. Giles, el lugar donde se celebró la coronación. Al finalizar, dio paso al desfile militar desde el palacio de Holyrood. Los reyes Carlos III y Camila, acompañados por Guillermo y Kate, desfilaban en coche escoltados por más de 700 miembros de la Marina Real, la Armada Británica y la Real Fuerza Aérea. A su llegada, eran recibidos con abucheos y gritos de ‘Not my King’, mientras sonaba el 'God Save the King' y el himno escocés.
Durante la misa, destacaba la elección musical de Carlos III, algo que también vimos en la coronación de Westminster, en el funeral de la reina Isabel o en el del duque de Edimburgo, en los que ellos mismos habían escogido la música que acompañaba la liturgia. Entre las piezas de este miércoles, se pudo escuchar un salmo cantado en gaélico, siendo la primera vez que ocurría en una ceremonia de este tipo. Otra pieza escogida por el monarca fue cantada en dórico, dialecto procedente del noroeste escocés. También, siguiendo el estilo de su primera coronación, ha sido bendecido por diferentes creencias.
La cercanía entre el príncipe Guillermo y Kate marcó toda la celebración. En varios momentos, la princesa de Gales cogió a Guillermo por detrás y compartieron sonrisas. Actitudes cómplices totalmente opuestas a la seriedad que ejercieron hace escasos dos meses en Westminster, cuando los protocolos acompañaron cada paso que dieron ambos.
El ritual principal fue la presentación de los Honores de Escocia ante el rey. La corona de Escocia y el cetro fueron utilizados por primera vez por Jaime V, quien la llevó en la coronación de la reina María I de Escocia en 1940. La corona fue fabricada con 94 perlas y 43 gemas preciosas, pero no fue colocada sobre la cabeza de Carlos III ya que Escocia no opera como un reino independiente y se considera algo inapropiado. No es la primera vez que se ha podido ver esta joya en el último año debido a que se colocó encima del féretro de la reina Isabel II durante su vigilia en Edimburgo. Por último, estaba la espada Elizabeth, creada para esta ocasión en homenaje a su madre, ya que la anterior era demasiado frágil para sostenerla.
El rey Carlos III también recibió la Piedra del Destino nuevamente como ya hizo en su primera coronación y que continúa una larga tradición monárquica de más de mil años. Tras ello, al acabar la ceremonia, sonó el himno nacional y comenzó la procesión real.
Los fans esperaban con gran entusiasmo que acudiesen los príncipes George, Charlotte y Louis, que protagonizaron algunos de los mejores momentos de la coronación en mayo. Sin embargo, fueron la gran ausencia en la ceremonia. Tampoco vimos a ninguno de los hermanos del rey Carlos. Mientras en mayo Ana y Eduardo tuvieron un papel protagonista y Andrés estaba entre el público, en esta ocasión ninguno de los tres estaba en el templo, como tampoco el príncipe Harry. La única que se dejó ver en Escocia fue la princesa Ana, que sí disfrutó del espectáculo aéreo de la RAF desde el palacio de Holyroodhouse.
La ceremonia dejaba claro el interés de Carlos III por crear lazos con las distintas identidades que definen a Reino Unido. Acabado el acto central, los príncipes de Gales volvieron a seguir con sus compromisos mientras los reyes Carlos y Camila continuarán visitando distintos puntos de Escocia durante el resto de la semana para estrechar esos mencionados lazos.
El rey Carlos III ya ha recibido los Honores de Escocia, los símbolos de la monarquía de este país del Reino Unido. Después de dos meses de la coronación celebrada en Londres, se oficiaba este miércoles una segunda ceremonia en Edimburgo rodeados de altos cargos escoceses y junto a los príncipes de Gales, tratados en Escocia como los duques de Rothesay. El motivo de otra coronación es concluir el nombramiento como rey en Gran Bretaña y el norte de Irlanda con la recepción de joyas más antiguas del país, que residen en Edimburgo.
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