Analizamos el lenguaje corporal y la mirada de amor de Kate Middleton a su marido, Guillermo de Inglaterra

En un acontecimiento tan importante como es para la Corona británica la ceremonia de la Orden de la Jarretera, la orden de caballería más antigua del país, la familia real se reunió en la capilla de St. George en Windsor para participar en el servicio y la procesión. En esta ocasión no estuvieron presentes los miembros más jóvenes de la familia, pues era día lectivo y estaban en el colegio.

La princesa de Gales, que presidió junto a su marido, los reyes de Inglaterra y los duques de Edimburgo el servicio, fue el centro de todas las miradas. No solo por su impecable look firmado por Alessandra Rich, con guiño a la reina Letizia incluido y tocado de Philip Treacy (como manda el protocolo), sino por su actitud, relajada y muy sonriente, y las miradas de amor que regaló al príncipe Guillermo.

Dado que Kate no pertenece a la orden, no participó en la procesión, y se quedó en el exterior de la capilla de St. George junto a Sophie Rhys-Jones, duquesa de Edimburgo, mientras su marido desfilaba ataviado con el uniforme tradicional de la Orden de la Jarretera junto a Eduardo de Inglaterra, hijo menor de la reina Isabel y hermano pequeño de Carlos III.

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La mirada de adoración con la que Kate Middleton observaba a su marido en la procesión, con una gran sonrisa en su cara, y que él le devolvió, disipó todos los rumores de crisis en la pareja.

La imagen es muy similar a la que se tomó en 2014 en la misma ocasión. Kate, que estaba (al igual que esta vez) junto a Sophie, la entonces condesa de Wessex, le miraba con todo su cariño mientras él desfilaba junto a su padre, el entonces príncipe de Gales. En un momento dado, durante la procesión, las miradas de Kate y Guillermo se cruzaron y se sonrieron ajenos al resto del mundo, cuando aún eran los duques de Cambridge.

Si nos fijamos en su sonrisa, y según los expertos en comunicación no verbal, la de Kate sería la que se conoce como sonrisa de Duchenne (su nombre es en honor al médico que la detectó). Es la sonrisa natural que delata verdadera felicidad, y responde a una emoción espontánea y genuina. Genera la contracción de los músculos faciales laterales, que eleva las mejillas, y el músculo orbicular cerca de los ojos, lo que produce arrugas en su contorno y hace que se entrecierren.

Por lo general, no se puede contraer a voluntad este músculo, por lo que si los ojos sonríen, la sonrisa es verdadera. El truco, siempre según los expertos, para estar seguros de si una sonrisa es real consiste en tapar, en una imagen, la boca de la persona.

Por otro lado, también podríamos decir que en varios momentos Kate muestra una sonrisa seductora, que 'hace ojitos' a su marido, pues va acompañada de un contacto visual directo, y la mirada la sigue en la distancia sin dejar de sonreír.

Como suele hacer en las ocasiones más especiales, Kate Middleton quiso tener también un guiño especial hacia su difunta suegra, la princesa Diana. Completó su look con los pendientes de perlas y diamantes de Collingwood, que pertenecían a Lady Di, los mismos que llevó en septiembre al funeral de la reina Isabel.

Tras esta histórica jornada, nadie podrá decir que entre los príncipes de Gales existe algún atisbo de crisis o distanciamiento, visto el cariño que se profesan y la naturalidad y la complicidad que reflejan las imágenes.