El príncipe Harry y su nueva visita a Londres: bromas sobre su hija, Lili, problemas con su seguridad y secretismo

Nuevo viaje, nueva oportunidad perdida de acercar posturas. La nueva estancia del príncipe Harry en Londres nos ha dejado bromas sobre su hija, Lili, y problemas con su seguridad que hicieron que sus compromisos estuvieran rodeados de secretismo, pero nada de reencuentros familiares.

Y es que de nuevo, Harry ha vuelto a su país solo y repitiendo el patrón de las dos últimas ocasiones. Es decir, ciñéndose al objetivo de su viaje y sin visitar a su padre o su hermano. Solo el pasado febrero, cuando el rey Carlos anunció que padecía cáncer, hizo una visita estrictamente familiar para poder verlo, aunque con la prensa convenientemente informada de su llegada.

Esta vez su misión en Londres estaba relacionada con la Fundación WellChild, con la que lleva 15 años de relación. De hecho, fue una de las pocas organizaciones que mantuvieron el vínculo tras su salida de la Casa Real y la renuncia que tuvo que hacer de casi todos sus patronazgos, obligado por su abuela, la reina Isabel, para poder hacer efectivo el 'Megxit'.

Antes de la gala de entrega de premios, donde se le vio sonriente y feliz, tuvo un encuentro privado con algunos de los niños premiados en años anteriores. Son pequeños con numerosos problemas, desde enfermedades raras a discapacidades físicas. Pero, mientras sí se sabía el lugar donde se desarrollaría la ceremonia de la tarde, no trascendió dónde tendrían lugar esas reuniones previas, precisamente debido a esa inseguridad que afirma sentir en el Reino Unido.

Allí el príncipe coincidió con un niño con el que también había estado en 2019 y observó que llevaba atada a su mantita la misma jirafa de peluche su primer encuentro. Preguntó: "¿Es la misma? ¡No puede ser! Todos los padres tienen una de respuesto. Nosotros tenemos al menos seis de repuesto". Y añadió que su hija Lili tiene el mismo tipo de juguete. Un pequeño detalle de la niña, de la que apenas se ha sabido nada desde que nació, en junio de 2021.

Fue un día en el que se vio al duque de Sussex en su salsa, entregado a una de las causas que más le preocupan. De hecho, cuando nació su hijo mayor, Archie, pidió, junto a su esposa, que los posibles regalos a la pareja se convirtieran en donaciones para cuatro fundaciones volcadas en el bienestar de la infancia y sus familias, siendo una de ellas WellChild, la misma para la que visitaba este lunes de nuevo su país.

Aunque no será la única parada de este viaje fuera de los Estados Unidos, ya que no tiene previsto volver enseguida a California, sino que, tras Reino Unido, pasará por Lesotho y Sudáfrica, también llevado por las organizaciones con las que trabaja en ambos países.

Pero, independientemente de su próximo destino, queda claro que, de nuevo, ha sido un viaje breve y sin posibilidad de que se acorten distancias con su padre y su hermano. Desde luego, una posible reunión con el rey Carlos III era difícil, puesto que estos días el monarca se encuentra en Balmoral, la residencia de la familia real en Escocia.

Y tampoco con el príncipe Guillermo, era más factible, ya que, aunque estaban separados por apenas 30 kilómetros, existe entre ellos una ruptura total ahora mismo. De hecho, el heredero tiene prevista este martes una cita en el centro de Londres para conocer a uno de los finalistas del Earthshor Prize, lo que hará que esté mucho más cerca de su hermano pequeño, pero sin intención ninguna de verlo en persona.