Harry disfruta con su hija Lili de la fiesta americana por excelencia lejos de Escocia y su padre

Han pasado más de dos años desde que naciera la hija de los duques de Sussex, la quinta y -de momento- última de los nietos de Carlos III, sexta en la línea de sucesión al trono y undécima de los bisnietos de Isabel II y el duque de Edimburgo. Y desde entonces, las imágenes de la pequeña han sido más que escasas y todas controladas por sus padres: una foto en Navidad -la primera que llegó a los medios, de hecho-, un retrato por su cumpleaños... Hasta ahora. Porque hemos comprobado que, sí, Lili sale de casa y hace la vida normal de una niña de dos años. Así lo hemos sabido gracias a unas fotos de Harry con su hija durante el 4 de julio -es decir, horas antes de la coronación escocesa de Carlos III- y que publican varios digitales.

No estaba ni se le esperaba, pero aun así para la prensa británica era uno de los grandes ausentes de los actos. Y ahora hemos visto lo que hacía mientras el palacio de Holyroodhouse, la catedral de St. Giles y la Royal Mile de Edimburgo, los tres puntos calientes de la jornada de este miércoles en Reino Unido, se engalaban para acoger esa ceremonia en la que al monarca británico se le presentaron los Honores de Escocia, que incluyen los símbolos de la monarquía y las joyas más antiguas del país. Su plan no era otro que echarse a las calles, como muchos californianos, para celebrar a lo grande el 4 de julio.

Desfiles, fuegos artificiales, barbacoa, conciertos... Son muchas las celebraciones de las que disfrutan los estadounidenses en este día marcado en rojo en su calendario. Y el príncipe Harry decidió hacer planes con su hija, llevándola en brazos a ver el colorido desfile que pasaba por las calles de Montecito, donde la pareja vive hace ya tres años. Un paseo en el que no pudo evitar ser sorprendido por los paparazis, muy a su pesar, y en el que no estaba acompañado ni de su esposa, Meghan Markle, ni de su hijo mayor, Archie. Aunque el portal 'Page Six' asegura que madre e hijo fueron fotografiados poco después junto a Harry y Lili, sin que de momento se hayan visto las imágenes publicadas.

Queda claro que cada vez son más los gestos que alejan al duque de Sussex de su familia y todo lo que dejó en Reino Unido. Primero, el desalojo total de Frogmore Cottage, que además no le ha supuesto mucho disgusto, por lo que veíamos hace unos días; después, la ausencia del príncipe en la boda de su padrino y uno de sus mejores amigos. Y ahora estas imágenes vienen a confirmar que Harry está cada vez más cómodo en su nuevo hogar, con su nuevo papel y fuera de la Casa Real británica.

No sabemos si estaba en los planes de los duques de Sussex dejarse ver en el desfile del 4 de julio junto a sus hijos, pero era inevitable que hubiera fotógrafos por la zona, teniendo en cuenta lo cotizada que está una imagen familiar. Y todo apunta a que lo sospechaban y no les importaba ser 'pillados' por los objetivos, ya que siempre han sido ellos mismos los que han facilitado las pocas imágenes que tenemos de sus hijos. De hecho, en el último cumpleaños de Lilibet Diana, hace un mes, prefirieron no distribuir ninguna imagen, a diferencia del año anterior, cuando lo celebraron en Reino Unido mientras tenían lugar las festividades del jubileo de la reina Isabel.

Entonces sí quisieron publicar algunas imágenes de la niña realizadas por Misan Harriman, un amigo de la pareja. Imágenes que dejaban claro que, en ese momento, seguían utilizando Frogmore Cottage y que habían antepuesto los planes familiares a los institucionales, ya que optaron por celebrar el cumpleaños de Lili en lugar de asistir, junto al resto de los Windsor, a los festejos por los 70 años en el trono de la reina Isabel. Ahora, estas nuevas imágenes -intencionadas o no- vienen a confirmar lo lejos que se encuentra Harry, física y emocionalmente, de su familia y la institución.