Harry y Meghan desalojan por fin Frogmore Cottage: ¿se mudará allí el príncipe Andrés?

El problema de Carlos III con sus 'okupas royal' se ha visto notablemente aliviado. A la espera de saber qué pasará con la disputa que mantiene con su hermano Andrés por su negativa a abandonar su residencia de Royal Lodge, su hijo Harry y su nuera Meghan Markle ya le han entregado las llaves de otra notable propiedad de la Corona, Frogmore Cottage. Los Sussex han enviado las posesiones que les quedaban en la casa con destino a California justo antes de la fecha límite estipulada para abandonar la impresionante residencia.

Harry y Meghan se han mudado definitivamente de la vivienda situada en Windsor casi seis meses después de que se les notificara la orden de desalojo. Ahora su antigua residencia parece que podría ser alquilada, a pesar de los 2,4 millones de libras que costó la remodelación de la propiedad hace solo cuatro años. Un gasto que fue asumido en su totalidad por los duques de Sussex utilizando el dinero conseguido por su acuerdo con Netflix.

Fuentes del Gobierno británico confirmaron este hecho asegurando que "podemos confirmar que el duque y la duquesa de Sussex han desalojado Frogmore Cottage. Es seguro afirmar además que, como se ha dicho anteriormente, el duque y la duquesa han pagado los gastos incurridos por la subvención en relación con la renovación de la propiedad, dejando así a la Corona con un activo muy mejorado". La vivienda dispone de cinco dormitorios y un gran jardín.

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Por lo tanto, ahora la pareja ya no tendrá un hogar en el Reino Unido y puede que tengan que depender de hoteles o de casas de amigos cuando visiten el país. El príncipe Harry se alojó en Frogmore Cottage por última vez hace pocos días, durante su último viaje a Londres con motivo de su juicio contra la editora del 'Mirror'.

Frogmore Cottage se encuentra a tan solo unos ocho kilómetros de Royal Lodge, el actual hogar del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, que se encuentra allí recuperándose de su operación de cáncer de mama. El hermano menor de Carlos III ha recibido varios avisos de desalojo de su mansión de 31 habitaciones desde que las acusaciones de abuso sexual tras su polémica relación con Jeffrey Epstein salieran a la luz en 2019. Él niega las acusaciones y del mismo modo se mantiene en sus trece a la hora de no abandonar su actual residencia. Los medios ingleses especulan con que la antigua residencia de Harry y Meghan podría usarse como moneda de cambio para resolver esta disputa.

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Los Sussex, por su parte, tendrían que llegar a un "acuerdo privado" con el monarca si quisieran volver a alojarse en alguna casa real, asegura 'The Sun'. La pareja recibió la notificación de desahucio unos días después de la publicación del libro autobiográfico de Harry, 'Spare', en enero.

Ahora, el palacio de Buckingham y los antiguos apartamentos del duque y la duquesa de Gloucester en el palacio de Kensington se encuentran entre las propiedades reales que permanecen vacantes. Todo ello en medio de un renovado escrutinio del gasto real por parte de los súbditos de Carlos y Camila.

En este contexto, Carlos III ordenó este mes al personal de los palacios reales que se bajara la calefacción para ahorrar dinero. Los invitados, el personal y la familia real vivían con temperaturas de 19º durante el invierno y algunos grados menos cuando las habitaciones estaban vacías, según reveló un informe oficial.

El soberano británico también ha instado a la casa real a apoyar una campaña de sostenibilidad en medio de la crisis del coste de la vida en Gran Bretaña, llegando incluso a apagar la calefacción de la piscina del palacio de Buckingham.