Haakon y Mette-Marit reaparecen relajados y unidos en la final de la Copa de Noruega mientras las acusaciones contra Marius Borg sacuden a la familia real

La final de la Copa de Noruega de fútbol, disputada este sábado 7 de diciembre en el estadio Ullevaal de Oslo, contó con la presencia de los príncipes Haakon y Mette-Marit. El evento, que enfrentó al Molde FK y al Bodø/Glimt con una victoria por 1-0 para Molde, ofreció a la pareja una oportunidad para aparecer públicamente en medio de la controversia que rodea a Marius Borg, el hijo mayor de la princesa, involucrado en varios procesos judiciales.

A pesar del ambiente mediático complicado, la pareja real fue vista disfrutando del partido. Se les vio sueltos, intentando escapar de todo el escándalo mediático y judicial al que se enfrentan por las detenciones del primogénito de Mette-Marit, fruto de una relación anterior con Morten Borg, al que la prensa internacional ha sacado de su anónima vida para apuntar que puede ser el antecedente a los patrones de Marius.

Mette-Marit, que normalmente mantiene una actitud reservada en actos públicos, se mostró especialmente animada, celebrando efusivamente y saludando a los jugadores desde las gradas. Todo ello, bajo la atenta mirada del su marido, que compartió su entusiasmo, demostrando un frente unido y desenfadado ante la presión de los últimos meses. Según confirmaron medios locales, su asistencia al partido estaba prevista en el calendario oficial de la Casa Real, y fue recibida con expectación al ser su primera aparición conjunta desde principios de noviembre, cuando fueron anfitriones en una cena en palacio.

Tras el recibimiento en Skaugum, Mette-Marit ha participado sola en una visita a su hija Ingrid Alexandra en su formación militar, destacando su compromiso con la promoción de la salud mental entre las fuerzas armadas. Disfrutó de la compañía de la futura heredera al trono, de sus bromas y hasta de un buen salmón. Este tipo de actividades, sumadas a su enfermedad pulmonar crónica, refuerzan la imagen de la princesa como una figura resiliente en el núcleo de la familia real.

Por su parte, el príncipe Haakon ha mostrado un apoyo constante a su familia, incluso cambiando su agenda oficial para acompañar a Marius a Londres para su ingreso en una clínica de rehabilitación el mes pasado, un gesto que marcó su compromiso tanto en lo personal como en lo público.

El contexto personal de la familia no ha sido sencillo. Desde agosto, Marius Borg ha enfrentado múltiples acusaciones de agresión y violación, lo que ha llevado a la apertura de varios casos judiciales. Si bien actualmente se encuentra en libertad tras cumplir prisión preventiva, las investigaciones siguen su curso, y enfrenta órdenes de alejamiento relacionadas con dos de las denuncias.

La decisión del tribunal se basa en que las autoridades no consideran que exista riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas, aunque sigue bajo vigilancia. Según los últimos informes, la policía también investiga una tercera acusación de violación que se suma a las ya existentes, aunque corresponde a una jurisdicción distinta y no forma parte del proceso principal.

La polémica ha puesto un foco inesperado sobre la familia real noruega, en particular sobre la princesa, que se ha visto obligada a lidiar con las repercusiones públicas de los problemas de su hijo. A pesar de que Marius ha rechazado las acusaciones por violación, sí admitió las agresiones hacia sus exparejas y la mujer que realizó la primera denuncia. Estas confesiones resultaron en su detención inicial en agosto y el inicio de un proceso judicial que mantiene en vilo a la opinión pública.