Quién es Morten Borg, el ex de Mette-Marit al que apuntan como antecedente de los patrones de su hijo Marius

El nuevo arresto de Marius Borg y su paso por prisión preventiva ha traído al presente los fantasmas del pasado de Morten Borg, su padre biológico y ex de la princesa Mette Marti, al que se está apuntando como antecedente de los patrones de su hijo.

A sus 54 años se encuentra en el ojo del huracán debido a su pasado turbulento. El analista financiero, que ha evitado siempre exponer su vida a los medios, ahora copa los titulares de la prensa. No son nuevas acciones lo que preocupan, sino la sombra de su pasado y el reflejo que puede tener en la vida de su hijo.

La historia de amor entre la princesa de Noruega y el padre de su primer hijo se gestó en los 90 en Oslo, en el marco del auge de las raves y la música electrónica. Entre toda la gente que se congregaba en sus recintos, dos amigos compartían noches de desenfreno: Morten Borg, que era DJ, y John Ognby. Este último era un empresario, con dinero y al que le gustaba la fiesta, y la pareja de una joven Mette-Marit de 25 años.

Para la futura reina, esta relación fue una vía de escape. Su padre se había divorciado de su madre para terminar casándose con una stripper. Además, este contaba con denuncias por violencia. Así que cuando Ognby conoce a la madre de los príncipes Sverre Magnus e Ingrid Alexandra vivía entre la confusión de su complicada infancia y la euforia de las noches de la capital noruega.

Mette-Marit trabajaba de camarera mientras estudiaba sociología. Había vuelto de Australia tras hacer un parón de sus estudios durante seis meses para encontrarse y a quien conoció fue a un empresario con 15 años más que ella del que se quedó prendada. “Salíamos de fiesta todas las noches. Los días laborables y los fines de semana se mezclaban”, confesaba el exnovio de la princesa en un libro.

Pero una vez ese primer encanto desapareció, Mette-Marit empezó a fijarse en su mejor amigo, Morten Borg. Su relación comenzó con intensidad, pero su duración fue breve. En ese tiempo, el padre de Mairus se enfrentó a serios problemas legales. Fue detenido en 1991 por posesión y tenencia de cocaína, un episodio que marcó su expediente y lo llevó a cumplir incluso dos condenas en prisión. Además de sus incidentes con las drogas, también se suman a su historial incidentes de violencia y conducción bajo los efectos del alcohol. A pesar de sus antecedentes, trató de involucrarse en la vida de su hijo, que nació a los seis años de su arresto, poco después de la separación de la pareja.

La transición hacia una vida estable

Cuando Mette-Marit comenzó una relación con el príncipe heredero Haakon de Noruega en 1999, Morten aceptó su nuevo lugar. El hasta entonces DJ empezó a ocupar la vida de su hijo en fines de semana alternos. Marius creció como parte de la familia real, recibió la misma educación que sus hermanastros Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, aunque no tiene título nobiliario. Los tres adultos supieron mantener una relación cordial, Morten incluso asistió a la boda de la pareja real en 2001.

En paralelo, buscaba estabilidad en su vida personal. En 2004, se casó con la modelo Celine Maktabi, hija de un famoso comerciante de alfombras preciosas de Oslo. Marius tuvo un papel protagonista en aquella ceremonia: repartió el programa y fue delante de la pareja como las niñas que tiran flores. La familia pronto se agrandó con un segundo hijo, Lucas, que se lleva a la perfección con su hermanastro.

El romance terminó 15 años más tarde, cuando se divorciaron. Durante su matrimonio, dejó atrás la vida nocturna y se reinventó como empresario y analista financiero. Sin embargo, su juventud marcada por las fiestas y el abuso de sustancias sigue siendo objeto de atención, especialmente ahora que su hijo enfrenta serios problemas legales.

Aunque alejado de los focos, Morten mantiene una relación cercana con Marius. Ha preferido no pronunciarse sobre los escándalos recientes y tampoco hay fotos de ellos juntos en los últimos meses. No como con Haakon, con el que se le vio coger un avión a Londres para internarse en una clínica de rehabilitación.

Ahora la prensa francesa ha planteado que la turbulenta juventud del padre haya dejado huellas difíciles de borrar en la vida de su primogénito. Algunos periodistas sugieren que los patrones de comportamiento del joven podrían estar vinculados al entorno en el que nació. El propio Marius ha reconocido su batalla contra el abuso de sustancias y trastornos mentales, señalando cómo estos desafíos lo han acompañado desde la infancia.

La conexión entre el pasado de Morten y los problemas actuales del hijo mayor de Mette-Marit no deja de ser compleja. Si bien es injusto culpar únicamente al progenitor por los errores del hijo. Mientras tanto, el analista financiero continúa su vida lejos de la atención pública, pero sin escapar del impacto que su historia tiene en la narrativa que rodea a la familia real noruega.