Piropos en español a doña Sofía, las zapatillas del padrino y otros detalles de la boda de Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinoyannis

Un enlace que los novios consideraban íntimo, pero que paralizaba la capital de Atenas por la cantidad de medios de comunicación que estaban pendientes de él. Y a pesar de los pocos invitados, la boda de Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinoyannis nos dejaba, como siempre, numerosas anécdotas, como los piropos en español a la reina doña Sofía o las zapatillas deportivas del padrino.

A pesar de lo 'exprés' que ha sido esta boda real, al menos en lo que ha trascendido al público y la prensa, la iglesia de San Nicolás Ragavas se convertía en un hervideros de atenienses, preparados para ver de cerca tanto a los novios como a sus invitados, muchos con sangre real. Aunque ha habido mucha diferencia con las otras bodas de la familia real griega, los lazos del novio hacía que hubiera presencia de la familia real española y danesa.

Y precisamente, era la reina Sofía la que más simpatías despertaba entre el público congregado a las puertas del templo ortodoxo. Siempre le ha pasado parecido. Aplausos en las bodas de sus sobrinos, Teodora el pasado septiembre, Philippos en octubre de 2021, y también en el funeral de su hermano, el rey Constantino, aunque quizá el contexto no acompañaba.

Pero de nuevo, en la boda de uno de sus queridos sobrinos, sentía el cariño del país donde nació y al que vuelve siempre que puede y tiene la mínima ocasión. El público que celebraba el enlace de Nicolás de Grecia no dudaba en recibirla con gritos, coreando su nombre y lanzándole piropos en español: "Eres una gran mujer", se escuchaba por boca de uno de los espontáneos.

Otra de las curiosidades que nos dejaba la llegada de invitados estaba en los estilismos. Uno de ellos, el de la infanta Cristina, que no dudaba en lucir un icónico bolso de la firma Chanel, a juego con su falda plisada y su blusa fluida en color marrón.

Su tía, la reina Ana María, nos dejaba otro de los detalles interesantes en cuanto a look. La madre del novio, que era quien lo acompañaba hasta el altar, lucía un abrigo metalizado con textura acolchada y detalles geométricos. Y a sus pies, unos zapatos slinback de Zara en tono dorado, demostrando que un look de invitada también puede tener elementos de precio asequible, aunque estemos hablando de una boda real.

También el calzado de uno de los asistentes ha centrado nuestra atención. Hablamos del que llevaba el padrino, Giorgos Vardinoyannis, encargado de acompañar a su hija por las calles empedradas de Atenas. Su avanzada edad y ciertos problemas de movilidad hacían que no llevara elegantes zapatos, sino unas zapatillas deportivas, mucho más cómoda para el trayecto que el hombre tenía que cubrir a pie, junto a su hija y su nieto.

Pero este empresario naviero, expresidente del club de fútbol Panathinaikos, no fue el único asistente que tuvo un papel principal, ya que los novios tenían una larga lista de testigos. Por parte del novio, fueron sus tres hermanos, Pablo, Teodora y Alexia, con Philippos como gran ausente. También Vasilis Kefalogiannis, amigo íntimo de Nicolás, y el matrimonio formado por Nasos y Nasia Thanopoulos, él un alto directivo de Morgan Stanley amigo del príncipe desde el colegio.

Por parte de la novia, fueron dos primos los testigos. Pero los que adquirieron un protagonismo extra fueron los dos hijos de Chrysi Vardinoyannis, fruto de su matrimonio con el cantante Nino, que ejercieron de pajes.

Tras el desfile de invitados, llegaba la ceremonia, a la que no podían acceder las cámaras. Una boda por el rito ortodoxo, cargada de simbolismo y que declaraba al príncipe Nicolás y su prometida marido y mujer ante todos sus invitados. Eso sí, no se sabe si lo hubo en el interior, pero el público que esperaba fuera se quedó sin el deseado beso, aunque los recién casados salieron de la mano y sonrientes, felices con su nuevo estado civil.

No podemos pasar por alto las ausencias familiares, más allá de la obvia del rey Felipe y la reina Letizia, que no han ido a ninguna de las tres últimas bodas de la familia real griega. Pero tampoco asistió la infanta Elena ni ninguno de los nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía.

Y también por el lado griego se echó en falta a muchas caras. Por ejemplo, no estuvieron Philippos de Grecia, hermano del novio, y Nina Flohr, grandes ausentes junto a varios sobrinos del novio, como Aquileas, Olympia y Odiseas, tres de los hijos de Pablo y Marie-Chantal. Tampoco estuvieron ni Arrietta ni Carlos Morales, dos de los hijos de la princesa Alexia.

Pero los que sí estuvieron pudieron disfrutar de una celebración hasta altas horas de la noche cerca del Pireo, llevándose todos a casa un pequeño recuerdo creado con cristal de Murano con las iniciales de los felices recién casados.