La familia real de Noruega hace piña: la estrategia que usan para que no se hable del caso Marius
La familia real noruega atraviesa su mayor crisis mediática tras conocerse los cargos contra Marius Borg, mientras intenta mantener la normalidad apoyándose en Ingrid Alexandra y Sverre Magnus
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F172%2F942%2F554%2F1729425542d83ccde0ee87b16dd1af3e.jpg)
Justo hace una semana, conocíamos todos los cargos a los que se enfrenta Marius Borg. Una larga lista que incluye 23 delitos, tres de ellos violaciones. Ahora la Fiscalía del Estado de Oslo tiene 30 días para decidir si acusa formalmente al hijo de Mette-Marit, algo que según la prensa noruega seguramente ocurrirá. Se trata de una situación muy complicada para la familia real noruega, en medio de todo el huracán. Sin embargo, sus miembros hacen como si nada ocurriese, como han demostrado este viernes.
Los reyes han hecho piña con Haakon, Mette-Marit y sus dos hijos en común, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, y han visitado Stavanger. La ciudad celebra el 200 aniversario del movimiento migratorio de los noruegos a América en el siglo XIX. Según el municipio, esta ha sido la primera vez en la historia que la pareja real, la pareja del príncipe heredero, una princesa y un príncipe han estado en dicho lugar al mismo tiempo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F31f%2Fe68%2Ffec%2F31fe68fec6fda9bfad4871cb5100c176.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F31f%2Fe68%2Ffec%2F31fe68fec6fda9bfad4871cb5100c176.jpg)
Este gran despliegue coincide con la estrategia utilizada por parte de la casa real noruega y que tiene como protagonistas a Ingrid Alexandra y Sverre Magnus. Los hermanos se han convertido en el gran reclamo de la familia en estos momentos complicados. Con una imagen impoluta y numerosos seguidores, la heredera y el príncipe son la mejor baza de la corte para desviar la atención.
De ahí que, últimamente, Ingrid Alexandra y Sverre Magnus hayan protagonizado numerosas apariciones. Hace unas semanas, la princesa estuvo en Miniøy, un festival infantil de música, y junto a su hermano asistió a un acto organizado por la Cruz Roja. Asimismo, la futura reina se convirtió en la gran protagonista en la cena de gala ofrecida por los reyes en honor al presidente Macron y su esposa.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb2f%2F483%2F0f1%2Fb2f4830f1024c5edf44fbba4d6d6a6ed.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb2f%2F483%2F0f1%2Fb2f4830f1024c5edf44fbba4d6d6a6ed.jpg)
Está claro que, antes de que se vaya a Sídney para estudiar allí en la universidad, Ingrid Alexandra está aprovechando el tiempo. La decisión de que siga con su formación académica tan lejos ha despertado algunas dudas, sobre todo si lo que quieren es darle tanto protagonismo como ahora. Sin embargo, algunos expertos consideran que el estar a tantos kilómetros cuando empiece el juicio de Marius hará que no se la relacione con el caso y su imagen se mantenga blanca.
Quien también ha tenido un papel protagonista en estos días ha sido Sverre Magnus. A pesar de que no es Alteza Real ni se le considera miembro de la familia real por decisión del rey Harald cuando vino al mundo, el joven también está apoyando a la Corona. A principios de junio, realizó su primer viaje oficial en solitario al extranjero, asistiendo en Turín (Italia) a una recepción de los Juegos Mundiales de las Olimpiadas Especiales.
Mientras la sombra del escándalo judicial que rodea a Marius Borg planea sobre la familia real noruega, la Casa Real sigue firme en su intento de proyectar normalidad y estabilidad. A través de la figura impecable de Ingrid Alexandra y la creciente visibilidad de Sverre Magnus, la institución refuerza su imagen pública en un momento crítico. En medio de la incertidumbre, la estrategia parece clara: desviar el foco del escándalo y centrarlo en el futuro de la monarquía, representado por una nueva generación preparada para afrontar tanto el protocolo como las tormentas.
Justo hace una semana, conocíamos todos los cargos a los que se enfrenta Marius Borg. Una larga lista que incluye 23 delitos, tres de ellos violaciones. Ahora la Fiscalía del Estado de Oslo tiene 30 días para decidir si acusa formalmente al hijo de Mette-Marit, algo que según la prensa noruega seguramente ocurrirá. Se trata de una situación muy complicada para la familia real noruega, en medio de todo el huracán. Sin embargo, sus miembros hacen como si nada ocurriese, como han demostrado este viernes.