La trágica vida de Jennifer Lee, la nueva (y feminista) mandamás de Disney

John Lasseter ya tiene sustitutos. Tras el escándalo en el que se vio envuelto, que lo relacionaba con un supuesto episodio de acoso sexual, el creador de 'Toy Story' fue desplazado de Pixar y Disney Animation. Tras meses de dudas, el estudio ha tomado una decisión. El genio será reemplazado por Pete Docter (director de 'Up') y Jennifer Lee. La segunda tomará las riendas de Disney como directora creativa tras un currículum profesional que incluye el guion y la dirección de 'Frozen', varios cortometrajes y un currículum no al alcance de cualquiera.

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Historia feminista donde las haya, la exitosa película basada en el cuento de Hans Christian Andersen es el ejemplo perfecto del carácter de la propia Lee. Madre abnegada, feminista y con una visión muy clara de hacia dónde tiene que caminar la animación en el siglo XXI, la historia de esta rubia de ojos azules e inteligencia privilegiada merece su propio episodio.

Hija de Sav Rebecchi, un candidato a senador de Jamestown, Jennifer fue una niña especial desde que apenas levantaba dos palmos del suelo. Sus padres la tuvieron a ella y a su hermana Linda con pocos años de diferencia, cuando residían en Barrington. Unidas desde siempre, las dos niñas tenían una relación tan especial como la de Elsa y Hanna, las princesas 'Frozen'. Sin embargo, sus destinos fueron muy distintos, sobre todo en lo profesional. Mientras que Linda eligió dedicarse a la enseñanza, Jennifer, más joven, se interesó por el arte. Su creatividad no conocía límites. “Recuerdo haberle regalado un caballete, material para pintura y un libro de Disney para dibujar cuando tenía 6 o 7 años”, recordaba su padre en una entrevista.

Tras el divorcio de Sav y su esposa, las dos niñas se fueron a vivir con la madre a East Providence. El lado artístico de Jenny, tal y como la conocía su familia, la aisló de su hermana. Graduadas en la Universidad de New Hampshire, una tragedia en aquellos años universitarios las unió para siempre: el novio de la futura creativa de Disney murió ahogado en un accidente mientras practicaba natación. Nuevamente se repetía el esquema de 'Frozen': las dos hermanas antaño separadas que se unen ante la adversidad. En este caso, el punto de unión fue el duelo por la muerte de un ser querido. “Era como si la hubiera perdido y de repente llegamos al mismo lugar juntas”, reconocía la propia Jennifer en otra entrevista.

La recuperación fue dolorosa, pero hizo que la joven animadora y cineasta recompusiese su vida junto a Robert Joseph Monn, con quien se casó en 1999. Con él fue madre de Ágatha, su única hija. Para probarse a sí misma que una boda no significaba el fin de su carrera laboral, como ocurrió con muchas de las mujeres de su generación y de su ciudad, Jenny luchó por ser admitida en la Escuela de Cine de la Universidad de Columbia. Fue en esos años cuando le cambió la vida gracias a Philip Johnston, su compañero de clase. El joven estaba escribiendo el guion de 'Rompe Ralph' y quiso que su amiga participase en la escritura del mismo. Tan bien lo hizo que el mismísimo Lasseter la entrevistó y le ofreció coescribir y dirigir 'Frozen', que ya se encontraba en preproducción.

A Jenny le faltó tiempo para reimaginar el cuento de Andersen: ahora sería la historia de dos hermanas que, como la suya y ella misma, habían tenido que aprender a aceptarse. “Tengo que reescribir toda la historia”, les dijo a los ejecutivos de Disney. Lo que vino más tarde fue más propio de una montaña rusa que de una vida normal y corriente: un Oscar a la mejor película de animación y un taquillazo mundial convertido en fenómeno sociológico.

Hacían falta agallas para proponerle a Lasseter cambiar una historia como la de 'La Reina de las Nieves' y convertirla en algo personal. También hacía falta valor para divorciarse de su marido, cosa que Jenny hizo a principios de esta década, e iniciar una nueva vida junto a su hija. Ahora, vive en el valle de San Fernando junto a Ágatha, Ella como una celebrity más.

Aquella joven que propuso a Lasseter contar su propia historia a través de un cuento de hadas es ahora su sustituta. Y nadie duda que, con su puesto como directora creativa de Disney, también ha pasado a ser una de las mujeres más poderosas de América. A partir de ahora, nada podrá detener su ascenso personal y laboral. Como diría Elsa: 'Suéltalo'.