Bill Gates continúa luciendo su alianza de casado un mes después de su divorcio
El magnate estadounidense, que se encuentra en plenas negociaciones con su exesposa por el reparto de su fortuna, aún no ha podido desprenderse del símbolo más importante de su matrimonio
A principios del mes de mayo, hace apenas tres semanas, Bill Gates se convertía en protagonista absoluto de la actualidad (y no precisamente de la económica). Tras casi 30 años de matrimonio, el magnate tecnológico y su esposa Melinda anunciaban el fin de su relación con un comunicado que no dejó a nadie indiferente.
“Después de pensarlo mucho y trabajar mucho en nuestra relación, hemos tomado la decisión de poner fin a nuestro matrimonio. Durante los últimos 27 años, hemos criado a tres niños increíbles y construido una fundación que funciona en todo el mundo para permitir que todas las personas lleven vidas saludables y productivas. Continuamos compartiendo la fe en la misión y continuaremos nuestro trabajo juntos en la fundación, pero ya no creemos que podamos crecer juntos como pareja en esta nueva fase de nuestras vidas. Pedimos espacio y privacidad para nuestra familia mientras comenzamos a navegar en esta nueva vida”.
Unas palabras que resonaron en televisiones, radios y medios de comunicación de todo el mundo y que hoy, más de 20 días después, siguen de rabiosa actualidad de nuevo por 'culpa' del multimillonario norteamericano.
Tal y como se observa en las últimas fotos que han sido tomadas de Bill Gates, paseando en sus ratos libres por las inmediaciones de su increíble mansión búnker construida en el condado de King Medina, en Washington, Bill no ha conseguido desprenderse de uno de los símbolos más importantes de su matrimonio. Continúa luciendo en su mano la alianza que su ahora exesposa, Melinda, colocó en su dedo anular en 1994 en Hawái. Un anillo de oro, como marca la tradición, que el multimillonario ha llevado en su dedo durante 27 años y del que le costará desprenderse.
Las últimas semanas no han sido fáciles para el empresario. La demanda de divorcio presentada por Melinda ha sacudido los cimientos de una rutina que poco a poco irá volviendo a la normalidad.
Jornadas de reflexión y cambios que ha vivido en compañía de sus hijos. Su hija Jennifer, con quien comparte su pasión por los caballos, se ha posicionado como uno de sus grandes apoyos y durante las últimas semanas se ha convertido en parte de su rutina salir a comer juntos.
Sin acuerdo prematrimonial de por medio, a Bill y Melinda les espera una ardua negociación en sede judicial para repartir los más de 50.000 millones que gestiona la fundación que comparten y en la que ambos pretenden seguir trabajando codo con codo, y los otros 98.000 millones de dólares a los que asciende la fortuna de Gates (según 'Forbes').
A principios del mes de mayo, hace apenas tres semanas, Bill Gates se convertía en protagonista absoluto de la actualidad (y no precisamente de la económica). Tras casi 30 años de matrimonio, el magnate tecnológico y su esposa Melinda anunciaban el fin de su relación con un comunicado que no dejó a nadie indiferente.