La nueva vida de Richard Gere junto a Alejandra Silva

Por todos es conocida la faceta como actor de Richard Gere. Si alguien cometiera el error de olvidarse de sus películas más míticas, solo tiene que prestar atención, sobre todo los fans de ‘Pretty Woman’, pues podemos verla en nuestras pantallas de forma bastante habitual y siempre con gran éxito de audiencia. No es para menos, pues esta película marcó una época en lo estilístico, gracias a los looks de Julia Roberts, y también en lo cinematográfico.

Sus protagonistas se convirtieron en la pareja del momento. Hemos podido verles en más películas juntas, cómo olvidar aquella en la que Julia huía de sus parejas -evitando cualquier referencia a la espantada de la propia actriz 72 horas antes de su enlace con Kiefer Sutherland- hasta que encontraba el amor de nuevo junto a Gere (del que también huía, pero menos).

A pesar de la gran química que había entre ellos, Julia no es la mujer que ha marcado la vida de Gere, ese honor le corresponde a otra, más joven y española. La llegada de Alejandra Silva -ahora Gere- a la vida del actor estadounidense supuso un soplo de aire fresco, una nueva oportunidad de disfrutar del amor y compartir su vida con alguien con los mismos valores y la misma intención de dejar un mundo mejor al que se encontraron.

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Gallega de nacimiento y madrileña de adopción, licenciada en Publicidad y Marketing, Alejandra es hija del empresario de la construcción Ignacio Silva y un rostro conocido entre la jet de la capital. Conocer al actor fue uno de los momentos más mágicos de su vida, pues, según la versión oficial, sucedió pocos días después del final de su matrimonio con Govind Friedland. El flechazo fue instantáneo y el resto, como se suele decir, ya es historia.

Suena muy idílico, pero lo cierto es que los comienzos no fueron sencillos, pues el divorcio de Alejandra resultó complicado. Eso sí, en cuanto lo tuvo en sus manos, hizo las maletas y puso rumbo a Nueva York para vivir su historia de amor junto al galán de Hollywood; se casaron en 2018 y desde entonces han tenido dos hijos, que son la alegría de la casa y de los que no dudan en presumir en las redes sociales de Alejandra.

Un nuevo amor, una familia más amplia y, sobre todo, una vida dedicada a la filantropía, que es la pasión del matrimonio. Por separado ambos intentaban poner de su parte para hacer de este un mundo mejor, pero juntos parecen imparables.

La felicidad y la calma son una constante para esta pareja, que vive tranquila en su espectacular mansión de Nueva York, alejada del bullicio de la ciudad y en donde la pareja puede disfrutar de su amor y de ver crecer a sus hijos cerca de la naturaleza. Eso sí, siempre que pueden hacen alguna escapada a tierras españolas, ya sea para recoger un premio a su labor solidario, para disfrutar de los buenos amigos o para compartir la buena mesa, pues además de darle paz, Alejandra le ha abierto al actor un mundo de posibilidades gastronómicas.

Sus vacaciones hace algún tiempo en Galicia pusieron de manifiesto su pasión por el aceite de oliva. Una elección que, tratándose de esta tierra, suena un poco extraña, pues lo habitual sería decantarse por el pescado de la zona o el marisco fresco. Sin embargo, conviene recordar que el actor es vegetariano, una opción muy ligada al budismo que profesa desde hace más de 30 años. No parece que ahora a los 73 (cumplidos el 31 de agosto) vaya a cambiar estas costumbres. Tampoco es algo que su pareja espere, pues comparte sus decisiones; de hecho, antes de casarse se reunieron con sus amistades en la capital y escogieron un restaurante vegetariano.

Richard ha encontrado la paz junto a Alejandra, a la que admira y lo demuestra siempre que tiene ocasión. Este verano, Alejandra recogía un premio a su labor solidaria y lo hacía de manos de su marido, algo que les hacía especial ilusión a ambos. “Ella es muy humilde, no lo convierte en un gran asunto, ni siquiera quería aceptar el premio porque no es para ella, es para la gente a la que ella ayuda. Estoy muy orgulloso de ella”, decía durante la gala benéfica Starlite en Marbella, donde se produjo el intercambio del premio.

“Yo solo soy un marido aquí”, decía Richard, divertido, dejando a su mujer todo el protagonismo del momento, algo que ella no parecía dispuesta a dejar que sucediera, pues afirmaba que el trabajo de la fundación es algo “que hacemos juntos y una parte importante de nuestra relación”. Parece que Gere ha encontrado la horma de su zapato y junto a Alejandra lleva una vida tranquila y un poco alejada de los focos de Hollywood, aunque no del todo, pues sigue sumando proyectos en el cine.