Colin Farrell, así es hoy la vida del nominado al Oscar por 'Almas en pena de Inisherin'
Conocimos a este actor irlandés como uno de los chicos malos de Hollywood. Ahora su vida es muy diferente y se centra en la actuación y el cuidado de sus dos hijos, James y Henry
Hace años que hablamos de los trabajos interpretativos de Colin Farrell y no de su vida amorosa ni de ningún otro tipo de escándalo con su vida personal. Pero lo cierto es que aunque ahora su carrera es lo más notorio para hablar del actor, hubo muchos años en los que su actitud y sus actos copaban titulares de la prensa rosa.
A día de hoy, estos titulares se centran en el proyecto que ha desarrollado con su Irlanda natal como escenario: ‘Almas en pena de Inisherin’. Un drama en el que Farrell, acompañado por un secundario de excepción, Brendan Gleeson, interpreta a un hombre rural de una isla remota de la costa irlandesa que debe aceptar un desencuentro con el que es su amigo de toda la vida.
El papel en esta película le ha supuesto la nominación al Oscar y ocupar muchas de las quinielas que le ven como favorito para hacerse con el premio. Sobre todo cuando ganó también el Globo de Oro por este mismo personaje. No obstante, el éxito de la crítica hacia Brendan Fraser o el también ganador del Globo de Oro Austin Butler ponen las cosas complicadas para Farrell.
Colin proviene de una familia irlandesa que se ha dedicado al fútbol. Su padre y su tío eran jugadores, pero el joven Farrell decidió que el balón no sería lo suyo. A él le interesaba más la actuación y otras facetas más artísticas. De hecho, cuando dejó de estudiar interpretación, realizó varias pruebas para ingresar en una boyband, los conocidísimos luego como Boyzone, pero no fue seleccionado.
Este revés hizo que el actor comenzara a actuar para la BBC en 'Ballykissangel' y de ahí diera el salto a producciones más importantes donde participó y aprendió de grandes actores, como en la película de Spielberg, también nominado a los Oscar de este año, ‘Minority Report’, en la que interpretó a un detective en busca de Tom Cruise.
Una serie de títulos que hicieron que el nombre de Farrell se hiciera enormemente conocido; y a la vez que crecía su carrera, crecían sus adicciones. Como muchos otros actores que han tenido problemas con las drogas, el actor tuvo que cambiar su estilo de vida para seguir adelante: "Era tan cabrón y drogadicto que apenas tenía amigos", declaró en una entrevista para ‘The Irish Times’.
Esa fama de chico malo de Hollywood comenzó a extenderse también a su vida amorosa. Sonados y llenos de polémica fueron los romances que mantuvo con algunas celebrities como Paris Hilton, Britney Spears o Angelina Jolie.
Precisamente fue con Angelina Jolie con la que Farrell trabajó en ‘Alejandro Magno’. Aunque en la teoría una película de Oliver Stone con un presupuesto de 150 millones de dólares pintaba muy bien, lo cierto es que la cinta fue un fracaso de taquilla y apenas llegó a recaudar un tercio de su presupuesto.
"Era 'persona non grata'. Si estás al frente de una película de 150 millones de dólares y esa película recauda 50 millones de dólares, no vas a tener la oportunidad de estar al frente del siguiente estreno", aseguraba en la entrevista anteriormente citada.
Pero las cosas se fueron tranquilizando y tanto en lo personal como en lo laboral la vida del actor se fue asentando. En su carrera le aportó mucho ‘El sueño de Cassandra’, de Woody Allen, y el Globo de Oro que consiguió con la película ‘Escondidos en Brujas’, del director Martin McDonagh.
Recientemente, además, se ha metido en la piel del personaje de Batman conocido como Pingüino. Un personaje mítico que siempre recordamos por la película de Tim Burton y al que Farrell ha aportado su esencia con una tremenda caracterización.
Al igual que poco a poco ha ido encontrando la calma en la actuación, no menos importante ha sido para el actor centrarse en su vida amorosa. Tras pasar varias veces por clínicas de rehabilitación, la última vez en 2018, para dejar a un lado los excesos y rocambolescas historias, el hecho de ser padre le ha ayudado mucho a encontrar su centro.
En 2001 estuvo casado con la pianista Amelia Warner y tiene dos hijos: James, fruto de su relación con la modelo Kim Bordenave, y Henry, junto a la actriz polaca Alicja Bachleda-Curuś.
Precisamente, con una actitud muy parecida a la de Brendan Fraser con la enfermedad de su hijo, la patología del hijo mayor de Farrell, que sufre un trastorno genético llamado Síndrome de Angelman, ha hecho que el actor encuentre solución a muchos de sus problemas para poder dedicarse de pleno a sus hijos.
El joven vive con su madre, pero tiene una buenísima relación con Farrell. Lo mismo sucede con Henry, con el que el actor también un vínculo muy estrecho. En definitiva, tras una vida de excesos y de vivir al límite, parece que Farrell ha encontrado en la familia y la actuación el revulsivo perfecto para las drogas y otras adicciones.
Hace años que hablamos de los trabajos interpretativos de Colin Farrell y no de su vida amorosa ni de ningún otro tipo de escándalo con su vida personal. Pero lo cierto es que aunque ahora su carrera es lo más notorio para hablar del actor, hubo muchos años en los que su actitud y sus actos copaban titulares de la prensa rosa.