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El sueño cumplido de Amós
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RESTAURANTE

El sueño cumplido de Amós

Este es el homenaje de un nieto a su abuelo. Una profunda devoción hacia alguien que ni siquiera llegó a conocer. Una casa palacio cántabra del

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El sueño cumplido de Amós

Este es el homenaje de un nieto a su abuelo. Una profunda devoción hacia alguien que ni siquiera llegó a conocer. Una casa palacio cántabra del siglo XVIII convertida en restaurante en recuerdo de un sueño que quedó por cumplir. El Cenador de Amós cumple 15 años pero mantiene ese espíritu incansable con el que nació y creció en el arte de la hostelería. Jesús Sánchez, chef y regente, ha sabido hacer grande una labor artesano con la misma ilusión con la que quiso compensar el deseo frustrado de su abuelo Amós: crear una fonda en su tierra.

A pesar de los anhelos hosteleros de su abuelo, Sánchez no arrastra una herencia culinaria que le impulsara a continuar la tradición familiar. Se puede decir que es un cocinero autodidacta al que la pasión por la cocina tocó su puerta cuando éste aún era un adolescente y tuvo la suerte de contar con su mujer y sumiller, Marian Martínez, a la hora de embarcarse en este negocio. Su paso por el Hotel Ritz de Madrid, los restaurantes Bermeo de Bilbao, el Jaques Cagna de París o el Chapon Fin de Burdeos, entre otros, hicieron de él un chef con los conocimientos y experiencia suficiente como para dirigir la orquesta de su propio concierto gastronómico.

La dedicación, la experimentación y el equilibrio entre la técnica y el cuidado de las materias primas le hicieron ganador de una de las prestigiosas estrellas que otorga la Guía Michelín cuando el restaurante aún estaba en pañales. Solo dos años después de su inauguración, el Cenador de Amós ya demostraba su buen hacer y su condición de lugar entrañable dispuesto a acoger al comensal entre sus brazos y no hacerle olvidar los sabores y olores que allí se ‘fabrican’. Una cuidada cocina de autor con personalidad propia.

En su carta aparecen apetitosos arroces como el arroz con hongos y setas; pescados como el mero asado con crema de yogur pasiego al hinojo; y carnes como el lechón estofado con pimientas, habas, café y tostado de su piel. Tanto el menú degustación, de corte más tradicional, como el menú gastronómico, que incluye las últimas incorporaciones, son una opción acertada para conocer la cocina de Jesús Sánchez.

El paisaje cántabro que rodea este espectacular palacio no es menos impresionante que su interior. A pesar de su grandiosidad y amplitud, es tremendamente acogedor. La piedra y la madera combinan a la perfección con la luz natural durante el día y la de las velas en la noche. Una calidez tan delicada y sutil que es difícil de imaginar cuando uno pasea por el exterior. Además del comedor central, el Cenador de Amós dispone de diferentes salones, cada uno con un estilo propio, una terraza al aire libre, un cuidado jardín y un antiguo patio de caballos protegido por una gran cristalera.

Por tener tiene hasta un salón para eventos con capacidad para 240 personas y un Aula de Cocina. Allí, Jesús Sánchez imparte cursos y mantiene reuniones con amigos y clientes. Además prevé la apertura de una gran carpa que podrá albergar todo tipo de actos sociales. Pero sin duda uno de los rincones más apreciados es la bodega, con más de 300 referencias vinícolas nacionales internacionales.

Este es el homenaje de un nieto a su abuelo. Una profunda devoción hacia alguien que ni siquiera llegó a conocer. Una casa palacio cántabra del siglo XVIII convertida en restaurante en recuerdo de un sueño que quedó por cumplir. El Cenador de Amós cumple 15 años pero mantiene ese espíritu incansable con el que nació y creció en el arte de la hostelería. Jesús Sánchez, chef y regente, ha sabido hacer grande una labor artesano con la misma ilusión con la que quiso compensar el deseo frustrado de su abuelo Amós: crear una fonda en su tierra.