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Rosas búlgaras para un ritual de belleza único
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Rosas búlgaras para un ritual de belleza único

Las rosas son, desde hace siglos, el símbolo del romanticismo y la pasión por excelencia. Su aroma es el más apreciado por los perfumistas, que aún

Foto: Rosas búlgaras para un ritual de belleza único
Rosas búlgaras para un ritual de belleza único

Las rosas son, desde hace siglos, el símbolo del romanticismo y la pasión por excelencia. Su aroma es el más apreciado por los perfumistas, que aún hoy lo utilizan en numerosas fragancias por su capacidad cautivadora. Así, no hay nada más femenino que una rosa. Por esta razón, Carla Royo-Villanova y Anne Jorgensen han decidido unir su experiencia en el mundo de la estética y su amor por la cosmética natural, para llevar a cabo un ritual de belleza muy especial que unifica las cualidades que para ambas profesionales resultan esenciales en cualquier mujer: femineidad, sensualidad, sofisticación y naturalidad.

Con el nombre de Roses for you, este tratamiento de belleza y bienestar está inspirado en la rosa búlgara, y cuenta con los productos de la línea cosmética deCarla Royo-Villanova, Carla Bulgaria Roses Beauty, especializada en esta flor y primera en difundir en nuestro país sus propiedades cosméticas y curativas. En palabras de la directora de la firma Kiara Kare, Anne Jorgensen, este tratamiento quiere convertirse en ese “regalo tan especial que un hombre le hace a una mujer cuando le compra un ramo de rosas, pero con un aliciente: toda una experiencia romántica que potencia el lado más femenino y sensual de la mujer, para además ayudarla a renovar y regenerar su piel”.

Todo ello, unido al marco sofisticado y elegante que proporciona el spa Club Wellness by Kiara Kare del Hotel Villamagna, hace de Roses for you el regalo perfecto para la mujer.

Dos horas y media de placer para los sentidos

Antes de comenzar el ritual, la cabina se rocía con agua de rosas para crear una atmósfera entorno a esta flor, decorándose asimismo la camilla con pétalos para garantizar una experiencia total.

En primer lugar se lleva a cabo un peeling corporal destinado a eliminar todas las impurezas y células muertas de la piel. Se desmaquilla y se tapan los ojos con algodones humedecidos en agua de rosas y se realiza un masaje relajante en muñecas y tobillos, en un primer contacto con el aceite esencial de rosas búlgaras.

Para lograr la máxima relajación y prepararnos para recibir el tratamiento en toda su dimensión, se efectúan estiramientos corporales con la ayuda de la delicadeza y tersura de un fular. Al final, se coloca un cuarzo rosa en la zona del chakra del corazón, para canalizar la energía.

El tratamiento facial comienza con una limpieza del rostro a base de rosas y un masaje para reactivar la circulación sanguínea. A continuación se procede a realizar una exfoliación suave con una técnica de masaje energético para estimular la renovación de la piel. Posteriormente, se aplica un tónico con la más alta concentración de rosa búlgara (cuyas propiedades son astringentes, relajantes, descongestionantes, antisépticas y antioxidantes), mediante acupresión. Finalmente, se realiza un prolongado masaje de remonte para un efecto inmediato de lifting, con la crema específica recomendable en cada caso, y se aplica una mascarilla anhídrida de rosa búlgara. Mientras ésta se absorbe, se efectúan presiones sobre puntos reflexógenos faciales con cuarzos rosas.

Inmediatamente después se procede al tratamiento corporal a base de aceites esenciales de rosa búlgara, alternando pases ascendentes, drenantes y tonificantes, y reparando las zonas de más placer, como tobillos, rodillas, muñecas… A continuación, se estimulan los puntos más importantes de las vías energéticas con los cuarzos.

Para finalizar el ritual, se aplica una crema corporal de rosas búlgaras. Terminando la experiencia con un regalo de lo más especial: una rosa, para que se pueda continuar disfrutando de su aroma y su belleza.

Una flor especial y muy valiosa

Este exclusivo tratamiento nace de la interpretación que dos especialistas, Jorgensen y Royo-Villanova, realizan sobre la magia, la belleza y el bienestar que proporciona la rosa de Bulgaria, una flor muy particular que se encuentra en muy pocos lugares y cuya recolecta es sumamente complicada. Y es que el proceso requiere de mucha delicadeza, teniendo en cuenta además que hay que evitar que la luz del sol llegue a las flores (por lo que éstas se recogen al amanecer). Asimismo, tan sólo los pétalos bien abiertos de estas rosas sirven para destilar.

La llamada rosa de Damasco, porque es originaria de la capital de Siria, ha sido considerada ‘mágica’ desde el principio de los tiempos debido a sus numerosos beneficios medicinales y cosméticos, pero también por su embriagador aroma. A lo largo de las décadas, la rosa damascena recorrió todo el mundo hasta llegar a Bulgaria, donde ahora se encuentra el valle más grande del mundo de esta flor tan perecedera como valiosa. De aquí que su aceite sea tan preciado en nuestros días y sus propiedades y beneficios tan valorados.

Las rosas son, desde hace siglos, el símbolo del romanticismo y la pasión por excelencia. Su aroma es el más apreciado por los perfumistas, que aún hoy lo utilizan en numerosas fragancias por su capacidad cautivadora. Así, no hay nada más femenino que una rosa. Por esta razón, Carla Royo-Villanova y Anne Jorgensen han decidido unir su experiencia en el mundo de la estética y su amor por la cosmética natural, para llevar a cabo un ritual de belleza muy especial que unifica las cualidades que para ambas profesionales resultan esenciales en cualquier mujer: femineidad, sensualidad, sofisticación y naturalidad.