Por qué nunca deberías saltarte el acondicionador al lavarte el pelo
Después de aceptar que hay que usar una mascarilla cada vez que nos lavamos el cabello, ahora toca explicarte por qué el acondicionador es casi igual de importante
Antes de hablar de las maravillas del acondicionador, conviene indicar el momento en el que se debe aplicar. Igual que en su día aprendimos que el orden en el cuidado de la piel era: tónico, sérum, contorno, crema, recordemos que, en un mundo ideal en el que tenemos todo el tiempo del mundo para lavarnos el pelo, el correcto orden de productos sería: lavar, enjuagar, lavar, aplicar acondicionador de medios a puntas, aclarar, aplicar mascarilla, también de medios a puntas, y aclarar.
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¿Complicado? No. ¿Algo más largo de lo que acostumbramos? Sí, pero es lo que los profesionales recomiendan. Pero en esta lista de quehaceres capilares, el acondicionador es uno de los más olvidados, a pesar de ser el nexo entre limpieza e hidratación.
La principal finalidad del acondicionador, y por la que más lo conocemos, es la de facilitar el desenredo tras lavar el cabello. Si se deja trabajar el tiempo suficiente, el acondicionador funciona como un agente hidratante de la fibra capilar, facilitando el peinado y evitando que el cabello se encrespe. Esta hidratación repara el pelo y lo protege, creando una capa a modo de escudo, que evita la rotura.
Pero, como cada cosmético, el acondicionador no solo tiene un momento idóneo para su aplicación, también hay una forma correcta de aplicarlo para que toda su magia haga su efecto. Después de lavar el pelo con el champú y haberlo aclarado perfectamente, hay que secarlo con una toalla, eliminando el agua y dejando el pelo simplemente húmedo. Solo así la fibra capilar absorbe el producto y sus propiedades.
Si el cabello está húmedo, el acondicionador resbala y no penetra ni se absorbe, es como si nos aplicáramos la crema hidratante cuando la piel aún estuviera mojada. Es un malgasto sin explicación. Así que, una vez se aplique el acondicionador de medias a puntas sobre el cabello húmedo, se debe dejar actuar entre 3 y 5 minutos. Igual que haces con una mascarilla. Aclara con agua fría para sellar la cutícula y conseguir el mejor resultado. Para evitar que el acondicionador deje el pelo apelmazado, tan importante como aclarar perfectamente, es utilizar la cantidad adecuada de producto. Cuando se trata de acondicionador, su fórmula más fluida se esparce mejor por el cabello, así que con una cantidad similar a la de dos almendras será suficiente.
Mientras la mascarilla puede utilizarse dos veces a la semana, el acondicionador puedes utilizarlo siempre que te laves el pelo, la clave está en aplicarlo bien y aclararlo por completo para que el pelo quede hidratado pero sin encrespamiento. Además, el acondicionador suele ser un paso clave en los cabellos rizados.
La hidratación que aporta el acondicionador ayuda a domar el rizo y no solo evita el encrespamiento, que al final es la sequedad de la fibra capilar que busca agua expandiéndose en todas las direcciones, sino que también permite aportar suavidad y domar la forma de la onda. El secreto está en las propiedades de cada acondicionador y en su tipo de hidratación.
Antes de hablar de las maravillas del acondicionador, conviene indicar el momento en el que se debe aplicar. Igual que en su día aprendimos que el orden en el cuidado de la piel era: tónico, sérum, contorno, crema, recordemos que, en un mundo ideal en el que tenemos todo el tiempo del mundo para lavarnos el pelo, el correcto orden de productos sería: lavar, enjuagar, lavar, aplicar acondicionador de medios a puntas, aclarar, aplicar mascarilla, también de medios a puntas, y aclarar.
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