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El contouring facial (con agujas) es el último tratamiento de moda
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DUDAS Y PREGUNTAS

El contouring facial (con agujas) es el último tratamiento de moda

Los filtros de Instagram han impulsado los retoques estéticos que simulan el contouring; es decir, la técnica que redefine las facciones gracias al maquillaje. La gran ventaja del pinchazo es que el resultado es mucho más duradero

Foto: Foto: Diana Polekhina para Unsplash.
Foto: Diana Polekhina para Unsplash.

¿Esta soy yo? Es una pregunta que nos hacemos más veces de las que quisiéramos al vernos en un selfie 'normal'. A saber: el realizado sin filtros ni ornamentos. Y es que desde que llegara la varita mágica de la tecnología, capaz de suavizar arrugas, enfatizar pómulos, labios y barbilla o estilizar la forma del rostro, la realidad a veces se nos antoja pelín cruda. “El abuso de filtros en las redes sociales, la alta definición de las cámaras y el aumento de videoconferencias con motivo de la pandemia han hecho que vivamos una sobreexposición de nuestra imagen y veamos en ella incluso nuevos defectos”, advierte el Dr. José Mª Ricart, director médico del instituto con su nombre. De hecho, existe una nueva patología: la dismorfia del selfie o dismorfia de Snapchat. “Afecta sobre todo a millennials, los que más horas pasan en estas redes, las cuales son a su vez las que más abusan de los filtros faciales”, señala el doctor Ángel Juárez, miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) y cirujano del Hospital La Zarzuela.

Foto: Los sérums efecto bótox mantienen la firmeza en la piel sin necesidad de pinchazos. (Getty)

Pero si dejamos a un lado los extremos y queda descartado este trastorno por parte de un profesional cualificado, el deseo de vernos mejor puede ayudarnos a reforzar la autoestima, como recuerdan los expertos. Hace unos años, el clan Kardashian, con Kim a la cabeza, puso de moda el contouring gracias al maquillaje y empezamos a esculpir facciones a golpe de polvos de sol e iluminador. Los brochazos creaban un estratégico juego de luces y sombras. Pero el resultado duraba lo que dura un maquillaje y, además, la naturalidad no era su premisa. Con el radar puesto, la medicina estética ha dado respuesta a quien desea mejorar, estilizar y resaltar facciones emulando algunos filtros vistos en redes sociales mediante tratamientos naturales, seguros y duraderos.

Contouring para todos

Como explica la doctora Gracia Bañón, médico estético de Allergan Aesthetics, “el contouring facial es la nueva forma de potenciar los rasgos de belleza mediante el uso de ácido hialurónico”. Lo demandan ambos sexos, pero los protocolos varían. “En mujeres se desea potenciar los pómulos y el tercio inferior, incluyendo labios y mentón y centrándonos en un afinamiento del rostro. Sin embargo, en los hombres prima marcar el arco mandibular para potenciar la masculinización”, dice la experta. Con el ácido hialurónico infiltrado se consiguen los ángulos y volúmenes deseados, y también una piel luminosa e hidratada.

placeholder Foto: Diana Polekhina para Unsplash.
Foto: Diana Polekhina para Unsplash.

Esto último conviene conseguirlo con una rutina cosmética que ponga esmero en la limpieza e hidratación, y después el tratamiento en la clínica. La edad de quienes se someten a este tipo de tratamientos mínimamente invasivos ha disminuido y el concepto de prevención va calando; lógico, si las generaciones más jóvenes son las mayores usuarias de redes sociales. En cuanto a la infiltración con ácido hialurónico, es un procedimiento que no duele, aunque en algunos casos puede molestar un poco (para eso está el anestésico en crema a base de lidocaína), y el paciente puede volver a su rutina normal de forma inmediata. La duración depende de las zonas, pero no suele superar los 20 minutos en cada una, y el resultado dura entre 12 meses y 18 meses, en lugar de las máximo 24 horas de un make-up.

Infiltraciones 'de luz'

Captar la luz es básico en el contouring, y eso, si hablamos de medicina estética, se consigue a través del volumen, opina el Dr. Juanma Revellés, dermatólogo de Merz Aesthetics y del Instituto Ricart. “Es como un balón muy hinchado que, al tener la superficie lisa, refleja mejor la luz”. Pero el ácido hialurónico, que tiene que ser de alta concentración y reticulación, no es el único material inyectable que consigue ese efecto de visagismo, como explica Revellés: está la hidroxiapatita cálcica, que también tiene la capacidad de proyección necesaria y además estimula el colágeno propio.

Foto: Foto: iStock.

“Colocamos el material en planos profundos para que levante el tejido sin que se vea y en zonas donde haya hueso, como el pómulo o la mandíbula”. ¿Efectos secundarios? Como cuenta el especialista en medicina estética Miguel Ángel Gomariz, se opta por rellenos reabsorbibles (de duración temporal) y de alta calidad. “Los riesgos son pocos y de escasa importancia, como algún posible y leve hematoma que se reabsorbe en escasos días. En cuanto al temor que infunden los rellenos, si optamos por el profesional adecuado, hará un reposicionamiento de los rasgos natural, no dejará el rostro hinchado”. Los precios varían según cada necesidad, pero la horquilla fluctúa entre 800 y 1.400 euros.

¿Esta soy yo? Es una pregunta que nos hacemos más veces de las que quisiéramos al vernos en un selfie 'normal'. A saber: el realizado sin filtros ni ornamentos. Y es que desde que llegara la varita mágica de la tecnología, capaz de suavizar arrugas, enfatizar pómulos, labios y barbilla o estilizar la forma del rostro, la realidad a veces se nos antoja pelín cruda. “El abuso de filtros en las redes sociales, la alta definición de las cámaras y el aumento de videoconferencias con motivo de la pandemia han hecho que vivamos una sobreexposición de nuestra imagen y veamos en ella incluso nuevos defectos”, advierte el Dr. José Mª Ricart, director médico del instituto con su nombre. De hecho, existe una nueva patología: la dismorfia del selfie o dismorfia de Snapchat. “Afecta sobre todo a millennials, los que más horas pasan en estas redes, las cuales son a su vez las que más abusan de los filtros faciales”, señala el doctor Ángel Juárez, miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) y cirujano del Hospital La Zarzuela.

Contouring Millennials
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