Ombré o microblading, ¿qué maquillaje semipermanente le va mejor a tus cejas?

Hace años que las cejas dejaron de estar en el olvido –sobre todo con la depilación extrema que sufrieron durante las décadas de los setenta y noventa del siglo pasado y que llevaron al debilitamiento excesivo de las cejas de muchas– para pasar a consolidarse como un elemento más del maquillaje; tanto que algunas pasarelas de moda y las celebrities más osadas se han atrevido a decolorarlas. Sobre el asfalto cada vez se venden más productos para tratarlas y maquillarlas, y el número de centros que ofrecen servicio de micropigmentación para las mismas va en aumento.

Seguramente has oído hablar bastantes veces del microblading, la técnica semipermanente más adecuada para olvidarte de su retoque en meses, pero igual no sabes lo que es el ombré (también se la conoce como microshading, sombreado o pixelado), que es una nueva alternativa de micropigmentación que amenaza con ser la más solicitada en los centros de belleza a la vuelta de las vacaciones.

Qué es la técnica del ombré para cejas

Las cejas ombré son una técnica de micropigmentación que se utiliza para lograr un efecto degradado. “El resultado final es una apariencia más suave y natural, donde el color se va intensificando gradualmente desde la base hasta la punta de la ceja”, dice Estefanía Murillo, cofundadora de Manüia.

Este método se realiza mediante la aplicación de pequeños puntos de pigmento –el tono más adecuado en cada caso se consigue mezclando varios colores–, creando un aspecto sombreado, en que se va aumentando gradualmente la intensidad del color.

El nivel de dolor y el proceso de recuperación pueden variar en cada caso, ya que dependen de la sensibilidad de cada persona. Aunque es normal que la zona se enrojezca o hinche después de la sesión. “La recuperación implica un periodo de cicatrización de 7 a 14 días, durante los cuales es necesario seguir ciertos cuidados y evitar el contacto con agua y otros productos en la zona tratada”, añade Murillo. Pero ¿cuáles son esos cuidados específicos? “Efectuar ciertos lavados de la zona a lo largo del día y aplicar bálsamo reparador”, aclara Anabel Gornés, arquitecta de cejas y microblader.

Qué diferencia el ombré del microblading

El microblading imita la apariencia de los vellos de las cejas para conseguir un look muy natural, pero con el sombreado se logra un acabado que se asemeja más al que muestran las cejas después de haberlas maquillado. “En el primer caso se dibuja pelo a pelo con el fin de alcanzar la máxima naturalidad posible, un resultado que quede igual de bien tanto cuando se va maquillada como cuando se opta por la cara lavada”, asegura Gornés. Con el sombreado, en cambio, “parece que se llevan siempre las cejas maquilladas”, añade.

Además, ambos servicios no se hacen exactamente igual: para realizar el microblading se utiliza el tébori y para las cejas ombré se requiere de un dermógrafo. Esto hace que cambie la manera en la que se deposita el pigmento en la piel. “La herramienta para el primero es manual y lleva incorporada una cuchilla; en el segundo caso se usa una máquina de micropigmentación. “A diferencia del microblading, donde primero se hacen cortes manuales con una manípula (cuchilla) de manera manual y luego se pasa un disco con pigmento por encima de estos cortes, el también conocido como pixelado se ejecuta mediante un dermógrafo eléctrico con regulación de la longitud de la aguja (de 1,5 a 2 milímetros), donde el pigmento se introduce de forma puntual, superficialmente, mediante un barrido suave por la piel”, explican los expertos de pigmentación de Tacha Beauty & Wellness.

La duración de la cita y el número de sesiones necesarias para alcanzar el resultado óptimo también son ligeramente diferentes y varían según las necesidades individuales de cada persona y la experiencia del profesional. En general, “una sesión para realizar cejas ombré puede durar de 2 a 3 horas, aproximadamente; mientras que para el microblading se suelen necesitar de 1 a 2 horas”, sostiene Murillo. Después es normal requerir una sesión de retoque pasadas 4-6 semanas, en ambos casos. ¿Qué pasa con su durabilidad? “La técnica del sombreado suele aguantar de 2 a 3 años, dependiendo del tipo de piel y otros factores. Un buen microblading, en cambio, comienza a borrarse antes del año”, aseguran desde Tacha Beauty & Wellness.

En cuanto al precio, este puede variar dependiendo de la ubicación geográfica, la reputación del profesional y otros factores. Lo lógico es que “el sombreado tienda a ser ligeramente más caro que el del microblading, debido a la técnica y el tiempo requerido”, advierte la experta de Manüia.

Por último, también hay una cosa que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un método u otro si se tiene la piel grasa, pues en este tipo de dermis se suele perder la definición del pelo antes. En este caso, “sería más aconsejable optar por el sombrado, pues al ser suave y difuminado disimula mejor el exceso de sebo, evitando que el resultado se vea borroso o poco definido”, sugiere la misma persona. Si embargo, si se opta por el microblading, también se puede evitar la falta de definición “dejando el espacio justo y necesario entre los trazos micropigmentados”, puntualiza la microblader.