Missoni: una historia familiar de amor por la moda
La marca italiana de punto de lujo continúa su negocio de manera familiar y artesanal. Ya son tres las generaciones detrás de una firma que hizo suyo el estampado en zigzag
Prendas de punto, increíbles combinaciones de colores y el ya clásico estampado en zigzag son las señas de identidad de una firma que mantiene su carácter familiar y artesanal en el mundo de la moda, cada vez más dominado por grandes corporaciones. Esta es la historia de Missoni.
Missoni nace como un taller de prendas de punto en Italia en 1953, con el nombre de Maglifico Jolly. Los responsables: el matrimonio formado por la italiana Rosita y el croata Ottavio ‘Tai’ Missoni. La pareja se había conocido años antes en Londres (Reino Unido), y Rosita se quedó prendada del estilo de Tai, que estaba en la capital para competir como atleta en los Juegos Olimpicos de 1948. Su ropa deportiva pero elegante, sus corbatas de punto y sus pantalones con cremallera (para poder ser llevados con zapatillas) fueron la inspiración para sus primeros diseños, y tal vez también el germen de la moda casual.
Un estampado les dio a conocer
A principios de los años sesenta y de manera fortuita descubrieron el estampado en zigzag que les haría famosos. Pronto empezaron a aplicarlo a sus vestidos y prendas de punto, que rápidamente se convirtieron en un éxito. De hecho, en 1967 desfilarían como invitados en el Palacio Pitti en Florencia, donde las modelos, vestidas con sus modelos sencillos, llamaron la atención por no llevar sujetador. En poco tiempo la marca se convirtió en un éxito, agotando sus vestidos en Milán y París.
Después, los años setenta marcan el esplendor de la casa Missoni, gracias a su desembarco en Estados Unidos. Fue la estilista Diana Vreeland, editora de Vogue USA, la que, enamorada de sus creaciones, les introdujo en el mercado americano. Sus diseños comenzaron a venderse en un corner en los almacenes Bloomingdale’s de Nueva York, y Missoni era ya una de los máximos representantes del Made in Italy fuera de sus fronteras.
A las líneas de hombre y mujer le han seguido otras de complementos, decoración y por supuesto perfumes. Sus diseños han llegado a verse en el escenario de la Scala de Milán y han protagonizado varias exposiciones retrospectivas, como la que pudimos ver en Madrid en el año 2009.
Convencidos de la importancia de la familia, desde 1998 su hija Ángela es la directora creativa y responsable de las colecciones. Luca, el mediano, que llegó a diseñar sus colecciones de caballero, es el emncargado de agenda y archivo. Su hijo mayor, Vittorio, ejercía el cargo de CEO en la empresa hasta que falleció en un accidente de avión en Venezuela en 2013. Ese mismo año nos dejaba Tai, el atleta convertido en empresario textil que inició una de las sagas más prolíficas de la historia de la moda.
Fieles a sus principios, siguen retratándose en familia para sus campañas. La tercera generación viene pisando fuerte y asegura su permanencia en el olimpo fashion: Margherita Missoni ha conseguido poner de moda la marca entre el público más joven gracias a los nuevos canales. Ella es la it girl responsable de que en Instagram se siga llevando el estilo boho y los estampados icónicos de la marca. Renovarse o morir…
Prendas de punto, increíbles combinaciones de colores y el ya clásico estampado en zigzag son las señas de identidad de una firma que mantiene su carácter familiar y artesanal en el mundo de la moda, cada vez más dominado por grandes corporaciones. Esta es la historia de Missoni.