Cacharel, la marca de moda que tocó el cielo con sus perfumes

Si pensamos en un sinónimo de juventud, romanticismo, frescura y libertad, es muy posible que nos venga a la mente Cacharel, pues ha sido, desde sus inicios, una de las marcas de perfume favoritas por las jóvenes de todo el mundo. No obstante, los orígenes de la firma estaban muy distanciados de lo que se ha convertido en la actualidad, todo un referente a nivel mundial.

La naturaleza de la firma francesa está íntimamente ligada con el ámbito de la moda. Pese a que en este sector no obtuvo la fama con la que cuenta en la actualidad, la década de los 50 situó a Cacharel como una de las marcas referentes del textil. Era el año 1958 y su fundador, Jean Bousquet, un enamorado de la sastrería, decidía posicionarse en la moda como una de las alternativas a la Alta Costura, la corriente que por aquel entonces acaparaba toda la atención.

El impacto de Cacharel en la moda

Como decíamos, la firma de Bousquet alcanzó a mediados de siglo una relevancia que la situó en una posición privilegiada. Especialmente fue el año 63 cuando tras protagonizar la portada de noviembre de la revista femenina Elle, vivió una de sus épocas de oro en la industria textil. De carácter innovador, la marca francesa apostaba por las líneas limpias y los diseños básicos. Además, como alternativa a la Alta Costura, Cacharel se caracterizaba por la pureza que desprendían sus colecciones, únicamente salpicadas a nivel estético por los estampados Liberty, los cuales gozaban de gran popularidad por entonces.

No importaba si estabas en Londres, París o Milán, la década de los 60 las principales avenidas de cualquier ciudad donde moda tuviera un impacto relevante estaban pobladas por establecimientos de esta compañía. Tanto es así que, tras la citada portada de Elle, ese mismo año Cacharel fue capaz de alcanzar la friolera cifra de las 300.000 camisetas vendidas. Todo un hito si consideramos la identidad visual en la que se posicionaba la firma, muy alejada de las tendencias que protagonizaban las grandes pasarelas a nivel mundial. Así, la feminidad y la sencillez encontraron en Cacharel la aliada rendir la moda a su exquisito gusto estético.

La explosión de la marca de perfumes por excelencia

Amante de los negocios, Jean Bousquet decidía que, tras el impacto que la casa francesa estaba alcanzando en el ámbito de la moda, era el momento perfecto para abrir nuevas líneas de negocio complementarias. Sin embargo, lo que el veterano sastre no esperaba es que esta línea de negocio alternativa iba a convertirse en una de las marcas mejor valoradas a nivel mundial.

Corría el año 1969 cuando Cacharel se atrevía con su primer perfume. Bautizado como Anaïs Anaïs, la fragancia se convirtió en uno de los perfumes más populares en todo el mundo. Su esencia fresca, joven y femenina hizo de él la fragancia aspiracional por excelencia a la que las mujeres de medio mundo querían rendirse.

El éxito que la firma de Jean Bousqeut alcanzó con Anaïs Anaïs propició el cambio de rumbo de la compañía. Focalizándose en la creación de nuevos perfumes y fragancias, aunque siguiendo trabajando en colecciones en las pasarelas. Aquel éxito dejó paso a nuevas fragancias, como Eden, Noa y Amor Amor, entre otros. Medio siglo después, Cacharel continúa con su liderazgo en el mercado, convirtiendo sus fragancias en todo un símbolo de elegancia y gusto por la estética.