Antonio Miró: todo lo que ha significado para la moda española

La moda masculina de nuestro país ha perdido a uno de sus referentes más importantes. Desde que abriera la tienda Groc a finales de los años 60, con una propuesta de pantalones y bañadores llenos de color que resultaron muy disruptivos para la época, la figura de Antonio Miró se impuso como una figura elemental para el sector: “Tanto él como Adolfo Domínguez revolucionan la moda masculina en los 70”, explica Josep Casamartina, director de la colección de indumentaria Antoni de Montpalau. “Arranca con un punto de vista más contestatario reinterpretando la sastrería inglesa e introduce conceptos como la antimoda, pero después, con su formación de sastre, lleva esta a la simplificación”.

Junto con otras figuras, como la ya mencionada de Adolfo Domínguez o Jesús del Pozo y Gene Cabaleiro, consigue actualizar en los años 80 y 90 el armario masculino: “Como le había pasado a la alta costura, la sastrería estaba en ese momento anticuada, con propuestas de corte muy conservador”, continúa Casamartina. “Él la saca del mundo gris y negro e introduce gamas de color como el ocre y el naranja”. De alguna manera, es uno de los responsables de conseguir situar las creaciones españolas al mismo nivel que otros grandes nombres como es el de Giorgio Armani.

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Fascinado por los diseñadores japoneses, él también sabe incorporar estas tendencias punteras en París a las tendencias catalanas. Con él llega de alguna manera la modernidad al armario masculino: “Le da la vuelta al traje. Con Miró resulta una pieza moderna, suelta… No tiene nada que ver con lo que se había visto hasta ese momento en nuestro país”, recuerda este experto que ahora mismo está inmerso en el comisariado y montaje de una retrospectiva sobre Davidelfín. Quizás la mejor imagen de esto la vimos en el desfile inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, cuando el equipo español desfiló con los diseños del autor de Sabadell. Allí, y con el entonces Príncipe de Asturias de abanderado, vimos una propuesta en azul y blanco, donde el traje firmado por Miró configuró una imagen ya icónica de nuestra historia reciente.

Otro de los campos en los que subo desempeñarse muy bien Miró fue el tratamiento de los tejidos. El paño o el punto son otro de los rasgos que definen su producción. Como dice Casamartina: “Si para Domínguez la ‘arruga es bella’, para Miró no lo era y apostó por incidir en el punto”. Sus creaciones en este campo lo convertirán también en una referencia que reforzará todavía más si cabe el valor de la firma catalana en la moda española.

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Él también incorpora otros elementos de la modernidad y de las nuevas masculinidades antes que nadie. Su propuesta de hombres vestidos con falda, que se recogió en la exposición ‘Antonio Miró a través del tiempo’, que en 2005 se pudo ver en Barcelona en el Palau de Virreina, así lo atestigua. Actores como John Malkovich, con el que mantuvo una relación de amistad, supieron ver en él al diseñador contemporáneo de referencia de la moda del momento, de ahí que incluso el actor protagonizara alguna de sus campañas.

Pese a todo, la moda no ha sido del todo justa con Miró. Si bien es cierto que siempre gozó de mucho respeto por el peso y el significado que ha tenido su producción en el sector, nunca le llegó el premio que más se merecía: siempre fue el eterno candidato al Premio Nacional de Diseño, pero siempre se quedó a las puertas. “Se propuso su nombre en varias ocasiones, pero no salió”, asegura Josep Casamartina, que reconoce que fue una de las propuestas que puso sobre la mesa cuando él fue jurado del máximo galardón de la moda española. Eso sí, Miró tampoco nos ha dejado con las manos vacías: en 1988 recibía el premio Cristóbal Balenciaga, antecedente de uno u otro modo del reconocimiento actual del Ministerio de Cultura.

Sybilla supo entender la moda femenina de los 80 y 90 de una manera orgánica que generó un lenguaje propio que fascinó al mundo. Toni Miró, por su parte, comprendió por dónde debía ir la sastrería masculina a finales del siglo XX, dejando un legado que explica gran parte de lo que es el hombre hoy en día.