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Por qué el estilo de Sienna Miller sigue interesándonos después de tanto tiempo
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Por qué el estilo de Sienna Miller sigue interesándonos después de tanto tiempo

La actriz vuelve a estar en boca de todos por su papel en la serie de Netflix 'Anatomía de un escándalo'

Foto: Sienna Miller, en la Vanity Fair Oscar Party de 2022. (Getty/Frazer Harrison)
Sienna Miller, en la Vanity Fair Oscar Party de 2022. (Getty/Frazer Harrison)

Hasta ahora teníamos etiquetada a Sienna Miller en el bautizado como estilo boho, ese del que se erigió como estandarte a base de vestidos vaporosos, botas cowboy, chalecos de crochet y shorts vaqueros. Imposible pensar en la estética propia de festivales como el de Glastonbury o el de Coachella y que no te venga a la cabeza alguno de los estilismos que ha lucido la intérprete en alguna de sus ediciones. Pero limitar su influencia en la moda a esto sería injusto porque ella ya lleva mucho tiempo demostrando que su manera de entenderla da para mucho más –¿o es que acaso no hay aparición suya sobre la alfombra roja que no deje constancia de lo bien que se desenvuelve en ella?–. Lo bueno es que el haber vuelto a la primera plana lo ha corroborado.

La actriz es la protagonista de 'Anatomía de un escándalo', el thriller de seis capítulos producido por Netflix y concebido para ser devorado en formato maratón que ya lidera el ranking de lo más visto en la plataforma en los últimos días. Sin embargo, no es del trasfondo moral que plantea la ficción de lo que más se habla, sino del armario de Sophie, el personaje al que da vida en la adaptación de la novela homónima de Sarah Vaughan.

Foto: Sienna Miller, en el estreno de 'Anatomía de un escándalo' en Londres. (Reuters/Maja Smiejkowska)

Sienna es, como decíamos, Sophie, la mujer del político James Whitehouse al que acusan de violación tras haber sido infiel a su esposa. Una aristócrata londinense con una vida aparentemente perfecta cuyo mundo cambia de manera radical tras el escándalo. Este punto de partida –con su correspondiente transición– es lo que mejor se refleja en su rico vestuario en pantalla fiel a una estética elegante y refinada que no necesita de artificios. “Ella es un personaje que lo tiene todo desde que nació, sabe lo que se ve bien, el maquillaje 'adecuado' para usar y cómo lucir sin esfuerzo, y tiene el mundo a sus pies”, ha explicado la peluquera y maquilladora Kate Benton, responsable de la construcción del personaje a nivel estilístico.

Precisamente en las palabras de Benton es donde está la clave de por qué nos fascina tanto la estética de su personaje y también la de la propia Sienna, porque incide en lo bien que se desenvuelve, en lo que en el mundo de la moda se conoce como effortless chic, que no es otra cosa que conformar looks aparentemente fáciles de construir a base de prendas y complementos básicos con una sutileza inimitable. Nada de estampados locos ni logos enormes, con piezas exclusivas pero sencillas en tonos neutros, fácilmente combinables, hace maravillas. Para entenderlo, aquí entran en juego la atemporalidad y el minimalismo, dos ejes sobre los que se fundamentan los atractivos abrigos que son todo un símbolo de poder, los vestidos de corte impecable, los gustosos jerséis de punto y hasta los pijamas de delicada seda que se ven en la serie y que tan bien defiende la intérprete británica.

placeholder Sienna Miller posa en la première de Netflix. (Reuters/Maja Smiejkowska)
Sienna Miller posa en la première de Netflix. (Reuters/Maja Smiejkowska)

Y es que en su día a día también Sienna Miller se mueve entre estas premisas a la hora de vestir. Tan solo añade un requisito más en la búsqueda de elementos que funcionen en la mecánica de su vestidor, el de la comodidad. “Ser mamá definitivamente ha cambiado mi forma de vestir”, confesaba a la edición norteamericana de la revista 'Vogue' hace un tiempo –tiene una hija de 9 años junto al también actor Tom Sturridge. Esto se traduce en que los pantalones vaqueros sean la pieza a la que primero recurre cada mañana con camisetas blancas lisas, algún suéter marinero o una sudadera gris, unas zapatillas blancas y un bolso tipo shopper en el que poder meter todo lo necesario para aguantar una jornada todoterreno. Estos los mezcla con maestría con accesorios de segunda mano y según se puede analizar en sus diferentes apariciones los alterna con piezas vintage, vestidos lenceros, gabardinas clásicas y algún que otro zapato especial con el que elevar un conjunto sin necesidad de complicarse demasiado.

Una envidiable manera de imprimir glamour a un estilo relajado que nos tiene conquistadas gracias a una serie de códigos de estilo que nos reconcilian con el 'menos es más' como argumento.

Hasta ahora teníamos etiquetada a Sienna Miller en el bautizado como estilo boho, ese del que se erigió como estandarte a base de vestidos vaporosos, botas cowboy, chalecos de crochet y shorts vaqueros. Imposible pensar en la estética propia de festivales como el de Glastonbury o el de Coachella y que no te venga a la cabeza alguno de los estilismos que ha lucido la intérprete en alguna de sus ediciones. Pero limitar su influencia en la moda a esto sería injusto porque ella ya lleva mucho tiempo demostrando que su manera de entenderla da para mucho más –¿o es que acaso no hay aparición suya sobre la alfombra roja que no deje constancia de lo bien que se desenvuelve en ella?–. Lo bueno es que el haber vuelto a la primera plana lo ha corroborado.

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