El romance sevillano de Dior: crónica del desfile Crucero de la maison
500.000 flores para la escenografía vegetal, talleres sevillanos de renombre y la labor de artistas de la ciudad son algunas de las claves del desfile Crucero de Dior
La colección Crucero de Dior ha tenido lugar en la sevillana plaza de España, que ha servido de pasarela sobre la que mostrar las creaciones de Maria Grazia Chiuri, que, para presentar una colección inspirada en Sevilla, ha puesto en marcha una suerte de feria ante la obra de Aníbal González.
El paisajista Fran Cisneros se ha encargado de la escenografía del desfile. Bajo la consigna de desarrollar una puesta en escena basada en el color rojo, el artista se ha inspirado en el paisaje del bajo Guadalquivir, un horizonte en movimiento donde las colinas son las protagonistas. Por descontado, se ha puesto especial cuidado en proteger todo el patrimonio arquitectónico de la plaza. Para ello se ha diseñado un sistema de estructuras para evitar el más mínimo contacto de la flor con el monumento.
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Para Maria Grazia Chiuri, la colección Dior Crucero 2023 es un viaje de descubrimiento y reflexión, y por ello las localizaciones elegidas ofrecen un escenario espectacular para una exhibición de prendas que se suceden para recrear un desfile, haciéndose eco de la historia de la firma y de su deseo de buscar colaboraciones originales inspiradas en sus territorios de origen.
Desde el vestido de alta costura Bal à Séville de la colección primavera-verano de 1956 diseñado por Christian Dior hasta la plaza de España, construida para la Exposición Iberoamericana de 1929 como crisol de las culturas que han dado forma al país y en representación de su pluralidad, los lugares reales y metafóricos trascienden fronteras reconcibiendo los códigos de vestimenta que inspiran la moda. En esta intensa atmósfera, representada en los claroscuros de algunos cuadros de Goya y a través de los versos de Federico García Lorca, nació un proceso creativo que aunaba fascinación, homenaje, interpretación y restitución.
La conciencia sostenible de Cisneros y su afán por la reutilización de los recursos naturales empleados son los responsables de que gran parte de las flores utilizadas formaran parte de la decoración floral para la XIII Gala Benéfica Tierra de Hombres, mientras que todas las flores se transformarán en compost, proceso que llevará a cabo en una planta de compostaje local. La directora creativa de la maison ha apostado por la maestría de artesanos y artistas sevillanos, que se han encargado de hacer que la colección de la marca tenga el corazón, el pulso y, cómo no, el arte de Sevilla.
El desfile ha comenzado con un espectáculo flamenco llevado a cabo por Belén López y El Yiyo en el que la danza clásica ha convivido con el baile más castizo. La danza, a ritmo de una orquesta en directo, no se ha detenido mientras las modelos protagonizaban un desfile en el que el blanco y el negro han sido los colores indiscutibles hasta dejar paso al rojo. 'Di mi nombre', así como el tema 'Bulerías', de Rosalía, han sonado también.
El icono de esta colección es la Capitana, el apodo de Carmen Amaya, que ha arrancado el desfile. Con su libertad para bailar, despojada de toda regla, representaba la esencia misma del flamenco. Ella fue la primera bailaora en vestirse con ropa de hombre, combinando así poder y fragilidad a través de su arte. Expresó como nadie el alma de España y, aún hoy, encarna una feminidad consciente y plural.
Los looks evocan a la duquesa de Alba, que montaba a caballo con Jackie Kennedy con su chaquetilla, pantalones de talle alto y sombrero de ala ancha calado en ángulo. La profusión de bordados que adornan los vestidos de la venerada Virgen de la Macarena adquiere el papel de ritual sagrado en una coreografía que eleva el cuerpo al estatus de icono.
¿Algunos hitos del show? Trajes masculinos de raya diplomática, los pantalones con tirantes, los chalecos forrados de seda, las camisas blancas, los pantalones de jinete andaluz, las chaquetillas adornadas con cierres brandeburgo; los boleros recortados que hacen la silueta aún más esbelta; las mangas que se acampanan como si fueran una capa...
El desfile ha estado repleto de looks icónicos en los que cabe destacar que el tafetán brillante -en rojo, amarillo, ocre, negro- se esculpe en exuberantes faldas que recuerdan tanto a Dior como a España. Los volúmenes cuidadosamente estudiados elevan los contrastes; el encaje adopta múltiples formas; la chaqueta Bar se reinventa en terciopelo negro bordado con varios hilos de oro.
El tradicional taller de metalurgia Orfebrería Ramos, especializado en crear coronas para estatuas religiosas y en la restauración de altares religiosos, así como el histórico taller Abanicos Carbonell, han formado parte del universo de Dior con sus creaciones, que han estado bañadas por los mantones de Manila de flecos del taller de María José Espinar, reinventados con bordados de la maison.
El emblemático mantón cuenta las historias y los viajes de las comunidades que lo crearon y lucieron. Ya comentamos que los invitados al desfile de Dior se han encontrado a la llegada a sus habitaciones con los sombreros del taller artesanal de Fernández y Roche, y a lo largo del desfile hemos visto cómo los icónicos bolsos Dior Saddle cuentan con los bordados de Javier Menacho Guisado.
No es el único icono de la casa que es revisitado desde la mirada española, pues el atelier que habitualmente borda los telajes empleados para vestir a las vírgenes, el taller de Jesús Rosado, ha adorado en la colección la chaqueta Bar y el bolso Lady Dior, que cuentan con bordados inspirados en esculturas en bajorrelieve.
Como viene siendo habitual en las colecciones de Dior bajo la batuta de Chiuri, el arte vuelve a estar muy presente en esta colección, en la que el trabajo del artista italiano Pietro Ruffo, un fiel colaborador de la casa, se entremezcla con el de Daniel López-Obrero Carmona, que ha colaborado con el artista.
Así ha sido cómo Maria Grazia Chiuri ha convertido el desfile en un encuentro de emociones e intenciones, transmitiendo una idea de la moda en la que lo cotidiano y lo extraordinario van de la mano, donde las creaciones celebran las múltiples visiones de la feminidad.
La colección Crucero de Dior ha tenido lugar en la sevillana plaza de España, que ha servido de pasarela sobre la que mostrar las creaciones de Maria Grazia Chiuri, que, para presentar una colección inspirada en Sevilla, ha puesto en marcha una suerte de feria ante la obra de Aníbal González.