Julia Roberts y Ryan Gosling sorprenden en el estreno de Sabato de Sarno en Gucci

En enero de este año llegaba de la mano del grupo propietario de Gucci, Kering, la noticia del fichaje de un diseñador que dará un giro a la firma italiana. Su nombre es Sabato de Sarno y su llegada vaticinaba un futuro diferente para la firma. Y así se ha demostrado hoy. La colección, con título 'Ancora' ('aún' en italiano), nos mandaba un mensaje y es que aún queda Gucci para rato.

Nada más y nada menos que Julia Roberts y Ryan Gosling han llegado al desfile vaticinando que en la enseña de la 'G' va a pasar de todo. La actriz tenía un lugar privilegiado, sentada al lado de François-Henri Pinault, propietario del conglomerado de moda Kering y marido de Salma Hayek, y del actor de moda, el nuevo Ken.

Tras siete años al frente de la firma, Alessandro Michele se despedía de Gucci sorprendiendo a todos, ya que había devuelto la modernidad a la marca. Sabato lo tenía difícil, todas las expectativas estaban altísimas, y más desde que vimos la primera campaña este verano con David Sims y Daria Werbowy. Imaginábamos una nueva vida para Gucci muy diferente a la conocida durante los últimos años. La modelo no ha faltado esta tarde para acompañar a De Sarno.

Criado en Nápoles y con base en Roma, comenzó su carrera en Prada en 2005, trasladándose a Dolce & Gabbana antes de incorporarse a Valentino en 2009, donde ocupó puestos de responsabilidad y finalmente fue nombrado director de moda, supervisando tanto la moda masculina como la femenina. Aunque la última temporada se creó sin diseñador, dado que Michele había abandonado la enseña el anterior mes de noviembre, se homenajeó a los códigos de la marca: sus artesanos, su pasado, los tiempos de Tom Ford, también reminiscencias de Michele...

Hoy ya con firma y rúbrica en la pasarela hemos visto otro Gucci, el que ha presenciado Anna Wintour y los nombres más destacados de la moda que han ocupado las primeras filas del front row. Las influencers también han estado en el estreno de Sabato, por supuesto, Fedez y Chiara Ferragni y Poppy Delevingne, también. Incluso Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino, no se ha querido perder la puesta de largo del nuevo figura de la marca italiana.

El desfile ha empezado y acabado con un look en blanco y negro, una declaración de intenciones. Y ha quedado clara una cosa: a partir de ahora los fondos de armario se van a construir con Gucci. Ruptura total con la anterior era. Un foco iluminaba looks subidos a sus clásicos Horsebit de plataforma, recuperando clásicos de la sastrería de la marca.

Minishorts que mostraban que lo sencillo es lo más demostraban también la relevancia de uno de los emblemas de la joyería más básica: el calabrote. Todo rezumaba la búsqueda de un minimalismo, alejado del estilo barroco de Michele.

El logo se ha recuperado integrándolo en piezas muy llevables, también las rayas emblemáticas en el estampado de serpiente que ha provocado que los activistas hicieran su aparición. Una colección muy comercial, alejada de complicaciones, acercándose al lujo silencioso de la mano de sudaderas con logo discreto, faldas de vinilo. Cazadoras de piel que vestían looks completos. Flecos de cristal en faldas y abrigos de factura impecable.

Tejidos elevados para prendas sencillas que respiraban calidad tras la sobriedad del dibujo. Muchos vaqueros y chaquetas con cremalleras, un jersey con cuello de pedrería digno de incluir en una colección. Los colores fáciles y combinables: azul marino, cielo, blanco, negro, rosa, rojo y burdeos.

Todos ellos con una colección de bandoleras que se van a convertir en un must. Hemos visto algún golpe de lujo a través del strass, en tops combinados con vaqueros y vestidos mini con reminiscencias de los 60. Luego ha llegado el capítulo lencero en el que la seda y el vinilo se han mezclado con el encaje. Cubiertos por cortavientos, los vestidos negros se han vestido con zapatillas. Todo el mundo va a querer los básicos de Gucci, aún o 'ancora', como decía la canción de Mina en el cierre.