Gucci se rodea de famosas e influencers para su desfile noventero en Seúl

Hace tiempo que las grandes semanas de la moda de París, Milán o Nueva York dejaron de ser los únicos puntos geográficos en los que las firmas de lujo exponen sus nuevas colecciones. Si bien Dior viajó a finales de marzo hasta Bombay o Chanel y Versace a Los Ángeles, ahora Gucci ha encontrado en Seúl la ubicación idónea para desplegar su línea crucero para 2024. La enseña italiana dirigida creativamente por Sabato De Sarno no estuvo sola. En esta travesía fashion la acompañaron lo mejorcito del universo influencer y unas cuantas famosas.

Amigas, musas e imagen de la marca como las actrices Dakota Johnson, Saoirse Ronan o Elizabeth Olsen junto a su actual pareja, el cantante Robbie Arnett, que, maleta en mano y equipaje de Gucci en su interior, quisieron ser testigos del espectacular show celebrado en el palacio Gyeongbokgung.

La hija de Melanie Griffith y Don Johnson apostó por un 'total look' negro tan atrevido como sensual. Debajo de la gabardina de piel que portaba sobre los hombros, se escondía un vestido semitransparente de tul y rejilla con bordados metálicos, flores en 3D y pedrería. Para no restarle protagonismo, lo combinó con accesorios básicos en negro.

Sentada en primera fila, la hermana pequeña de las Olsen como representante del estiloso clan. Elizabeth acudió con su novio, el cantante Robbie Arnett. Escogió un estilismo de dos piezas firmado por Gucci: camisa satinada blanca fabricada con un tejido en textura, debajo una minifalda granate y salones negros. ¿El resultado? Impecable.

Nombres propios con carreras de éxito en Hollywood que compartieron sitio en el front row junto a las estrellas del asfalto. Caro Daur, Leonie Hanne, Xenia Adonts, Tamara Kalinic, Paola Locatelli o Aimee Song.

Con las invitadas en sus puestos, al anochecer, era el momento de dar comienzo al desfile. La colección crucero 2024 de Gucci se paseó por el interior de las espectaculares instalaciones de Gyeongbokgung, el que fuera el palacio principal durante la dinastía Joseon. Es, asimismo, uno de los cinco palacios más relevantes de Seúl y cuenta con larga historia de 600 años. La ubicación no podía ser mejor y esconde una importante lectura: ahonda en la estrecha relación que mantiene la firma de lujo italiana con Corea del Sur y que se lleva manifestado en las propuestas que Sabato De Sarno lidera en los últimos años.

Un dato que Gucci confirmó. "La colección crucero explora el diálogo entre el propio patrimonio cultural de la casa y la electrizante influencia actual que ejerce sobre él Corea del Sur", rezaba el comunicado oficial. Influenciada por la estética de Seúl, bien es cierto que la propuesta del diseñador italiano bebe de los rescoldos de la moda noventera.

Una fusión de tradición y vanguardia que se refleja en la combinación de diseños y siluetas propias de aquella década, esta vez con una paleta de colores inusual y siempre con pinceladas a las señas de identidad de Gucci. Ejemplos, cientos. Como la ropa deportiva inspirada en la vida cotidiana actual de Seúl, con guiños al windsurf o el jet-ski, y con monopatines de diseño futurista, pantalones ciclistas de neopreno y conjuntos holográficos.

Antes de eso, la banda sonora de 'Oldboy', la mítica película dirigida por Park Chan-wook en 2003, marcó el inicio del desfile. Después, sonido de tambores y, a ese son, los modelos desfilaron bajo las columnas rojas presididas por un techo multicolor con motivos geométricos y vegetales.

Sobre la pasarela, looks de neopreno, vestidos de tul, cinturones de cadenas, collares de perlas, tejidos metalizados y guiños al 'hanbok', el traje tradicional surcoreano, evidentes en los estilismos al emplear el uso de la seda o al integrar lazadas sobre el pecho en algunas prendas.

La marca italiana descompone los patrones de chaquetas, abrigos y vestidos: sus mangas quedan al aire como piezas accesorias, su silueta se disecciona con aberturas y cortes, las cremalleras ayudan a mutar y cambiar su imagen y el tamaño juega al despiste con volúmenes y largos 'cropped'. Toda una declaración de intenciones del nuevo Gucci que pretende revolucionar el armario con piezas casual transformadas en aliados nocturnos. Los trajes formales hacen guiños a la ropa deportiva, y la ropa deportiva se adorna con gasa y bordados.

Al icónico estampado de logos de la enseña, se incorpora al catálogo de prints una de las revelaciones del show, un motivo de gelatina rosa que protagoniza camisetas y vestidos, y que, apuntando a las tendencias, promete ser un must-have entre las prescriptoras. En este caso, las camisetas se fusionan con pantalones anchos de talle elevado, y los vestidos, en colores vibrantes, se confeccionan con materiales satinados para servir como prenda de alfombra roja. El mundo al revés.