Balmain muestra la colección más floral de la carrera de Rousteing

Quizá uno de los desfiles más esperados de esta semana de la moda era el de Balmain. No queremos ni imaginarnos lo que habrán sido estos días de preparación de la colección. ¿Por qué? Por si no lo recuerdas, hace tan solo una semana Olivier Rousteing, director creativo de la marca, publicaba en sus redes sociales que el camión en el que viajaba toda la colección, en dirección a las oficinas donde se iba a hacer el fitting, había sido atracado. Se han perdido decenas de piezas que debían ser presentadas en el desfile de esta noche.

Rousteing dijo en una publicación de Instagram que los ladrones confiscaron el vehículo que transportaba unos 50 artículos de la nueva colección de Balmain entre un aeropuerto de París y la sede de la marca en la capital francesa. El conductor del camión estaba a salvo, dijo. "Nuestro conductor nos llamó y explicó que había sido secuestrado por un grupo de personas. Esto es tan injusto. Mi equipo y yo trabajamos muy duro”, escribió. “Trabajaremos más, días y noches. Nuestros proveedores también trabajarán día y noche. Mucha gente trabajó muy duro para hacer esta colección", añadió. "No nos rendiremos".

Y no lo han hecho, como hemos podido ver nosotros y también sus fans en directo en París. No queremos ni imaginar cómo debe estar el equipo del atelier tras presentar esta colección. Lo que está claro es que lo han dado todo. Los primeros indicios de lo que nos íbamos a encontrar en esta tarde de septiembre los hemos visto en Instagram, dos frases abrían el apetito: "Flowers? For Spring?". ¿Flores?¿En primavera?

Hemos podido ver cada una de las pinceladas del estilo que le caracteriza, esa estética audaz y opulenta, que combina elementos modernos y tradicionales. Como siempre ha apostado por tejidos y materiales de nivel, imaginamos que los mismos con los que hizo la colección robada. La seda, cuero y adornos como lentejuelas, cuentas y bordados para crear una apariencia lujosa y opulenta.

Ha mantenido sus reconocidas siluetas estructuradas en las que los hombros son protagonistas y entalladas que enfatizaban las curvas naturales del cuerpo, esas que tanto les gusta marcar a las protagonistas del front row, entre las que siempre han estado el clan K, y que hoy tenía a Cher como mayor fan.

Ha abierto con ellas con vestidos mini en los que esta vez marcaba la cadera y suavizaba los hombros. El negro ha reinado como en muchos de los desfiles que hemos visto hasta el momento, solo ha roto con zapatos rojos. Los botones cobraban vida, lunares y, de repente, floreció la primavera, flores en tops que eran esculturas de pedrería, en 3D forrando abrigos y vestidos, puros ramilletes.

Dentro de los bolsos o como parte de ellos también flores. ¿Colores? En esta primavera ha utilizado colores atrevidos y vibrantes, verdes loro, fucsias, klein, vainillas, también estampados en quizá la colección más romántica del diseñador, demostrando que por mucho que perdiese la colección, lo que no ha perdido es la ilusión. ¿Prendas? Vestidos, por supuesto, corsés, toreras, minis... Todo tallado esculturalmente. Hemos visto siluetas de los años 50, reminiscencias del New Look y ha llegado a rozar incluso el imaginario de Giambattista Valli.

Una ruptura con los últimos tiempos mostrando que tiene mucho más que dar, que llegó siendo muy joven, el director más creativo de la historia. Algunos vestidos pedrería que se verán en museos, seguro, eran auténticas obras de arte si tenemos en cuenta con los tiempos con los que han contado los artesanos. Siempre todo estudiado al detalle, para garantizar un producto final pulido y sofisticado. Así como en la alta costura vemos influencias del streetwear, creando una combinación única de elegancia urbana y lujo.

También se ha lanzado a presentar vestidos vinílicos, gafas de sol de aire surrealista, y sandalias y pendientes con relieve que seguro que protagonizarán muchos muros de Instagram. Al final las modelos han salido a la calle y han posado delante del público que se había quedado a las puertas de ver la colección. Ante ellos un eufórico Rousteing, a los pies de la Torre Eiffel, ha demostrado que su reinado en la mítica casa se sobrepone a todo tipo de desastres.

El atrevimiento de Olivier a la hora de recuperar en un tiempo récord los abalorios, lentejuelas, detalles metálicos y bordados ornamentados demuestra que el diseñador se ha grabado en la piel y en la de su equipo esa frase del "no nos rendiremos".