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Estos son los desconocidos sastres de los trajes de Iker Casillas y otros deportistas de renombre
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MODA PARA HOMBRES

Estos son los desconocidos sastres de los trajes de Iker Casillas y otros deportistas de renombre

Un proyecto y tres socios al frente de él: esta es la aventura de una firma que se ha propuesto revolucionar el mundo de la sastrería

Foto: Bund. (Cortesía)
Bund. (Cortesía)

Tres jóvenes andaluces, con carreras finalizadas y empleos bien remunerados, decidieron cambiar de rumbo en un momento crucial de sus vidas. Álvaro García de Tiedra, Carlos Soriano y Juan Fabiani de la Iglesia optaron por una nueva dirección que poco tenía que ver con lo que figuraba en sus currículos, y mucho menos con las expectativas de sus familias. Para ellos, esta decisión inicialmente se convirtió en un drama durante los primeros meses. Álvaro, originario de Jerez de la Frontera, recuerda: "Ahora están muy orgullosos. Sacan pecho. Primero no entendían que fuéramos a estudiar tan lejos, después que nos quedáramos en Asia teniendo ofertas muy buenas en España". La misma incredulidad experimentaron las familias de Carlos en Antequera y la de Juan en Sevilla.

A pesar de tener empleos bien remunerados y prometedoras perspectivas en un mundo con alta tasa de desempleo en sus respectivos sectores, decidieron dejarlo todo para convertirse en sastres. Así los describían los amigos que bromeaban con la idea de montar una empresa de trajes de hombre a medida.

Carlos y Álvaro, ambos arquitectos, y Juan, médico que también completó su especialidad MIR, desafiaron las recomendaciones familiares de no abandonar sus vidas establecidas y el temor de sus padres de que esta aventura careciera de futuro. Apostaron por el proyecto Bund, aunque reconocen que la ayuda de sus familias se percibía como una inversión arriesgada.

Foto: Quim Gutiérrez y Úrsula Corberó. (Netflix)

Los tres amigos y socios invirtieron todo lo que tenían y lo que no tenían. Obtuvieron préstamos que luego pudieron devolver y comenzaron a generar ingresos que reinvertían en la empresa. El sueño se materializó en una realidad rentable y la marca revolucionó la sastrería a medida con más de trescientos tejidos disponibles y diseños personalizados. Con un plazo de entrega de doce semanas y precios a partir de trescientos euros, la novedad también incluyó convertir la sastrería en un lugar de encuentro con música en vivo y barra de cócteles. La empresa, que comenzó como un desafío lejos de sus ciudades de origen en 2020, cerró el año 2023 con ventas por valor de dos millones de euros. El "club de sastrería", como lo llaman, vestirá a muchos de los futuros ganadores y asistentes de los Premios Goya de este año.

La historia de estos aventureros bien podría ser un guion de película. Los tres coincidieron en China. Carlos y Álvaro estudiaban Arquitectura en la Universidad de Sevilla y se conocieron en Shanghái, trabajando en proyectos relacionados con sus carreras. Juan, que ya había completado sus estudios de medicina y preparaba el MIR, decidió visitar a su amigo Carlos. Lejos del mundo occidental, sin darse cuenta, comenzaron el embrión de lo que más tarde sería su medio de vida. Entre otras cosas, encargaron trajes a medida a precios asequibles, con cortes impecables y buenas telas, y la idea de trasladar esta experiencia a España comenzó a tomar forma.

La combinación de la creatividad de los arquitectos Álvaro y Carlos, junto con la organización del médico Juan, demostró ser exitosa. A pesar de tener sus carreras aseguradas y disfrutar de lo que hacían, el proyecto les ilusionaba más. "La primera vez que nos fuimos a Asia teníamos 23 años y ahora estamos a punto de ser treintañeros. Nos va muy bien, pero no fue fácil porque además nos pilló el covid", explica Álvaro. Juan, con las ideas claras, les decía: "Probamos y si no sale bien, volvemos a lo nuestro". El desarrollo espectacular de Bund, que toma su nombre del paseo que bordea el río Huangpu en Shanghai, superó todas sus expectativas.

Comenzaron con trajes clásicos de chaqueta y pantalón, luego ampliaron su oferta a esmóquines, chaqués y camisas con opciones personalizadas de cuellos, largo de mangas, puños y botonaduras. "Todo se puede elegir y cambiar. Tomamos dieciocho medidas para que el diseño se ajuste perfectamente. Los cuerpos de modelos no son los habituales y, por lo tanto, lo que nosotros hacemos es acoplar nuestros trajes al cliente y no al revés. La talla la marcan los que nos eligen para que los vistamos. Tenemos una clientela amplísima, desde el chico al que le hacemos su primer traje hasta el señor mayor. Hacemos cualquier tipo de patrón, encajamos el pecho y a partir de ahí se construye el resto", explican.

Adquieren tejidos italianos fabricados en China y colaboran con un taller de producción en Shanghai, que fue el pequeño comercio donde los tres jóvenes hicieron sus primeros trajes a medida, marcando así sus pautas. Los tres amigos y socios tienen claramente definidas sus responsabilidades. Juan Fabiani, el médico, se encarga de la estrategia de marca, marketing, redes sociales y comunicación. Álvaro y Carlos, desde el principio, han estado en la tienda tomando medidas, organizando pedidos y ocupándose de la parte financiera, de las ventas y de la expansión.

Tres jóvenes andaluces, con carreras finalizadas y empleos bien remunerados, decidieron cambiar de rumbo en un momento crucial de sus vidas. Álvaro García de Tiedra, Carlos Soriano y Juan Fabiani de la Iglesia optaron por una nueva dirección que poco tenía que ver con lo que figuraba en sus currículos, y mucho menos con las expectativas de sus familias. Para ellos, esta decisión inicialmente se convirtió en un drama durante los primeros meses. Álvaro, originario de Jerez de la Frontera, recuerda: "Ahora están muy orgullosos. Sacan pecho. Primero no entendían que fuéramos a estudiar tan lejos, después que nos quedáramos en Asia teniendo ofertas muy buenas en España". La misma incredulidad experimentaron las familias de Carlos en Antequera y la de Juan en Sevilla.

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