Pedro del Hierro celebra sus 50 años con un desfile histórico y una exposición que rinde homenaje al maestro

Pedro del Hierro tiene mucho que celebrar. Este 2024 se cumplen 50 años de la fundación de la marca y para festejarlo como se merece la firma de moda, hoy propiedad del grupo Tendam, ha preparado dos eventos, un desfile a cargo de Nacho Aguayo y Alex Miralles en el marco de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y una exposición retrospectiva que rinde homenaje al maestro. Dos citas que celebran algo más: el éxito de la marca española del momento. Los entendidos y expertos en moda estarán de acuerdo con esta afirmación. Fundada hace cinco décadas por un joven y prometedor diseñador llamado Pedro del Hierro, a lo largo de su historia la marca ha sufrido momentos de esplendor y otros marcados por la falta de notoriedad, pero también es cierto que en los últimos y promovido por un equipo excepcional, ha vuelto a colocarse en la cima de la industria de la moda española.

Hoy Pedro del Hierro goza de gran representación en las alfombras rojas, vende sus colecciones como churros, no para de abrir nuevas tiendas y sus prendas cotizan al alza entre famosos y anónimos. Si la preguntas a Nacho Aguayo, el responsable de la línea para mujer, le oirás decir que Miralles y él son solo la cara visible de un proyecto, de un equipo, que trabaja cada día para que la firma sea sinónimo de lujo accesible. "Pedro del Hierro está más vivo que nunca", declara Aguayo.

La exposición

Todo comenzó hace 50 años. El sueño de Pedro, a lo que aspiró en 1974, era democratizar la alta costura a través de un prêt-à-porter de alto nivel. "Era un visionario", explicó Marie Castellvi, directora general de Pedro del Hierro, en la inauguración de la muestra. "Pedro del Hierro es una firma consolidada y conocida por muchísimas personas en España y fuera de nuestras fronteras, pero no todos aquellos que conocen el nombre saben realmente su historia. De ahí que, y con el objetivo de rendirle homenaje, conocer su pasado y adentrarnos en su universo creativo, se haya llevado a cabo esta exposición", continuó.

Castellvi habla de "Pedro del Hierro. Del maestro a la marca", la muestra dedicada a la vida del diseñador y de la marca tal y como hoy la conocemos, que está abierta al público en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid desde el 11 de septiembre hasta el 3 de noviembre.

Comisariada por Laura Cerrato, expone el trabajo de este diseñador fundamental para la moda española, que debutó en 1974 y cuya casa sigue en activo 50 años después, tras su fallecimiento en 2015. En ella se recogen una selección de piezas textiles, imágenes, vídeos y otros soportes que recuperan su legado al tiempo que ahondan en una figura tan célebre como desconocida en su profundidad. "Ha sido maravilloso poder descubrir a un gran desconocido que ha aportado tanto a la moda española. Una pieza clave para esta exposición ha sido Diego Santos, viudo de Pedro, y gracias a su generosidad hemos podido reconstruir un legado que nos ayuda a entender el origen de la firma", confesó Cerrato.

Este mago de la costura hizo historia con solo 28 años: fue el más joven y el último modista en ingresar en la hoy desaparecida Cámara de la Moda española, recibiendo así el título de Maestro y entrando a formar parte de un colectivo que dejó grandes nombres en la historia de nuestra alta costura, de Pedro Rodríguez a Manuel Pertegaz.

Con la alta costura como primera piedra en su camino, Pedro del Hierro siempre buscó ese 'algo más', el poder llegar a más mujeres e incluso, a hombres, y a principios de la década de los 90 decidió asociarse con el grupo Cortefiel. Una alianza que terminaría por consolidarse años más tarde, en 1999, con la adquisición de su marca por parte del emporio textil español. A partir de ahí, se abriría un nuevo capítulo en la historia de la enseña, uno que haría que todas las mujeres y todos los hombres de aquí, de España, de allá, traspasando nuestras fronteras, pudieran vestir sus prendas y portar sus complementos.

La muestra recoge esa idea, como logró saltar de la alta costura a la marca haciéndose con la industria de la moda. "Siempre persiguió la unión de la creatividad y la industria, y puede sentirse orgullo de haberlo logrado", apuntó la comisaria de la exposición.

Desde entonces, "la teatralidad de sus diseños en pasarela ha convivido con una adaptación consciente y racional de las prendas que terminaban en sus múltiples espacios de venta", señalan desde la firma. Esa alianza se ha transformado en un legado posterior que, tras el fallecimiento del diseñador, han mantenido vivo sus sucesores actuales, los anteriormente mencionados directores creativos de la firma, Nacho Aguayo y Álex Miralles. "Nosotros siempre hemos querido dejar latente el legado del maestro, ese que también mantuvo nuestra antecesora, Carmen March, que dejó a Pedro del Hierro en el punto perfecto: una marca de lujo elevada y accesible", argumenta Aguayo.

El desfile

Fuera del pabellón 14.1 de IFEMA (Feria de Madrid) donde por tradición se levanta la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, la marca de Tendam escogió una localización singular: el Instituto del Patrimonio Cultural de España, conocido como la Corona de Espinas. Era la primera vez que este edificio, Premio Nacional de Arquitectura, abría sus puertas para acoger un desfile de moda. Presidido por una imponente cúpula y con un lavado de cara creado para la ocasión, este centro resultó ser la localización perfecta para la celebración del 50º aniversario de Pedro del Hierro.

Con un 'front-row' a rebosar de rostros conocidos, Isabel Preysler, Victoria Federica, María Pombo, Juana Acosta, Andrés Velencoso, Eugenia Silva, Carmen Lomana, María García de Jaime, Tana Rivera y así, y largo listado de VIP, la estampa dentro de la Corona de Espinas vaticinaba que, lo que estaba por venir, sería memorable.

La colección, bautizada como 'La leyenda del tiempo', además de, una vez más, rendir homenaje a la marca, nos devolvió a la década de los 80. "Tiramos de los archivos de Pedro del Hierro y nos inspiramos en el primer desfile para hombre y mujer de 1987, el que presentó la colección para 1988", cuenta Aguayo. Unas prendas que sirvieron de base para dar vida a las novedades que vestiremos en la primavera-verano de 2025, a las que el tándem de diseñadores añadió una idea más: "ese mismo año, Camarón de la Isla lanzó el álbum 'La leyenda del tiempo', un trabajo que fue muy criticado por la mezcla de estilos musicales en la que el flamenco se fusionaba con el pop o el rock, y que nos ha servido como fuente de inspiración".

Así, la propuesta bailó entre la tradición española y el flamenco con la moda de la década de los 80. "Chaquetas más largas con hombreras, looks desenfadados, trajes con bermudas, prendas de encaje y bloques de color", avanzó el director creativo.

Y si el 'front row' contó con lo más granado de la sociedad, el plantel de modelos estaba a la altura. Judit Mascó, Vanesa Lorenzo y Verónica Blume, musas de la moda española, así como Oriol Elcacho o Mark Vanderloo junto a su hijo, dejaron al público con la boca abierta mientras se contoneaban por las dos plantas del espacio.

La colección de mujer jugó con las referencias a la sastrería masculina, conviviendo con volúmenes japoneses y sendos guiños a la tradición española, desde la flor de clavel a los volantes, que trazaba un sutil homenaje a los orígenes de la firma y poblaron a partes iguales las prendas de hombre y mujer. En ese contexto, la austeridad de una chaqueta torera se encontró con el derroche de lentejuelas en un vestido de espalda escotada, el binomio blanco y negro admitió ciertas concesiones a una escala de rosas deslavados y los tejidos como el popelín flirtearon con otros como el tafetán, el muaré o el otomán, creando una serie de piezas que desdibujan los límites entre lo masculino y lo femenino en una erótica unión de sensibilidades.

De forma adicional, en la colección de hombre se dieron cita prendas relajadas y elegantes, con juegos de proporciones que alargaban las mangas de las chaquetas y donde abundaban los cruces desplazados. Poco a poco, el día dio paso a una noche más opulenta y liberada de prejuicios, combinando clásicos como el esmoquin con juegos de transparencias, terciopelos y efectos metalizados.