La invitada mejor vestida del Día de la Hispanidad con un look impecable y unos zapatos de Zara
Encontramos a una política que dio una lección de estilo en el besamanos del 12 de octubre, mostró cuatro claves de estilo fundamentales
En esta cita ineludible no ha faltado ningún invitado. Se cumplía la undécima edición desde que el monarca y su esposa se estrenaran como Reyes. La princesa Leonor y Sofía, cómo no, han acaparado la mayor parte de las miradas, ya que en esta ocasión, y no como el año pasado, han acompañado en la Fiesta Nacional a sus padres, la pequeña de la familia ha acudido a esta cita pese a que se encuentra centrada en sus estudios, en Lisboa.
Entre las esperadas, resultó llamativo el look escogido por Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad se decantó por un vestido azul marino de Victoria; Yolanda Díaz fue una de las mejor valoradas por los expertos en moda, lució un vestido bicolor que se ha convertido en un must. Manuela Villena, vestida de IQ, y en la larga fila nuestros ojos se han detenido en una invitada que ha destacado por su estilo.
¿Por qué nos ha llamado la atención el look de la ministra? La primera clave fue el color. Elegir este diseño de Pedro del Hierro azul marino para una recepción de esta naturaleza es un acierto por partida triple: respeta el protocolo, favorece a prácticamente todos los tonos de piel y estiliza como pocos. El diseño, de largo midi y manga larga, dibujaba una silueta envolvente con drapeados que nacían en la cintura y se prolongaban como una lazada fluida, marcando el talle sin ceñir en exceso. El escote en ‘V’ —ni muy alto ni demasiado profundo— sumaba verticalidad y afinaba el cuello, logrando ese efecto “columna” que las editoras de moda buscamos cuando queremos sumar centímetros visuales.
La segunda clave estuvo en la arquitectura del vestido. El patrón cruzado —tipo ‘wrap’— equilibra hombros y cadera y, si se coloca en el punto preciso, crea un movimiento elegante al andar. Aquí el bajo abría una discreta abertura lateral, suficiente para dar ritmo a la zancada sin comprometer la sobriedad. El tejido, con caída y un punto de elasticidad, evitó las arrugas tensas y acompañó el cuerpo con naturalidad. Nada de brillos excesivos ni adornos superfluos: el vestido hablaba el lenguaje de la discreción bien entendida.
La tercera clave fue la paleta de complementos. Frente al tópico de combinar marino con negro o nude, nuestra invitada optó por un golpe maestro: accesorios en la gama coral/teja. El bolso de Malababa, de volumen mediano y textura trabajada, aportó interés táctil y color sin robar protagonismo. Esa vibración cálida, cercana al terracota, es el contrapunto perfecto al frío del azul: levanta el look, activa y transmite modernidad. En los pies, unos slingbacks de Zara en tono maquillaje rosado con detalle de lazada remataron la idea con delicadeza. El tacón medio, ni stiletto ni kitten, fue un guiño de sensatez que permitió mantener la postura con elegancia durante un acto largo.
La cuarta clave: entender que peinado, maquillaje y joyería son extensiones del estilismo. Llevó el cabello suelto, con raya ladeada y pulido discreto: un gesto juvenil que suaviza el conjunto y evita el rigor solemne. El maquillaje se movió en la gama natural —piel luminosa, labios suaves— y dejó que los pendientes (con un leve destello verdoso, tipo piedra o esmalte) pusieran la nota de color fresca junto al coral del bolso. Unos pendientes de pétalos de Malababa y una pulsera de abalorios de colores, la típica hecha por un niño, daban el toque personal.
Es el tipo de elegancia que envejece bien en foto y que, dentro de diez años, seguirá resultando pertinente. Y sí: en la pasarela silenciosa del Palacio Real, fue de las mejores vestidas.
En esta cita ineludible no ha faltado ningún invitado. Se cumplía la undécima edición desde que el monarca y su esposa se estrenaran como Reyes. La princesa Leonor y Sofía, cómo no, han acaparado la mayor parte de las miradas, ya que en esta ocasión, y no como el año pasado, han acompañado en la Fiesta Nacional a sus padres, la pequeña de la familia ha acudido a esta cita pese a que se encuentra centrada en sus estudios, en Lisboa.