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Baiona, tierra de conquistadores
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Baiona, tierra de conquistadores

Cuando Martín Alonso Pinzón intentaba regresar a Palos de la Frontera (Huelva) sobre la carabela ‘Pinta’ para anunciar el descubrimiento de América, una gran tormenta se

Foto: Baiona, tierra de conquistadores
Baiona, tierra de conquistadores

Cuando Martín Alonso Pinzón intentaba regresar a Palos de la Frontera (Huelva) sobre la carabela ‘Pinta’ para anunciar el descubrimiento de América, una gran tormenta se cruzó en su camino desviando su ruta y convirtiendo a la bella localidad de Baiona, tierra de piratas, en una pieza clave en la carrera de las conquistas. Fue en este puerto al sur de la Rías Bajas donde, por error, atracó el marino español. Y eso, entre otras cosas, es lo que se puede encontrar en la villa gallega de Baiona, un sinfín de monumentos, estatuas y recuerdos que rememoran aquel feliz acontecimiento, todo ello regado con una rica gastronomía y dominado por un imponente Parador de Turismo.

Un largo paseo marítimo de más de cinco kilómetros, uno de los más atractivos de la comarca, recorre Baiona de principio a fin, dejando a su paso varias rutas turísticas (pinzoniana, casco histórico y fortaleza de monterreal) en las que empaparse de la esencia de esta villa. Resulta ideal para pararse a contemplar la bahía o las amplias galerías acristaladas de la fachada marítima. La acera opuesta es una sucesión de restaurantes, comercios y hoteles en el que probar cualquiera de las excelencias de la gastronomía gallega.

Uno de sus atractivos, sobre todo para los turistas, es la réplica real de la Pinta que, como no podía ser de otra manera, descansa sobre el mar. Construida con motivo del V Centenario del Descubrimiento, se puede pasear por la proa y la popa, admirar sus grandes mástiles o hacerse una fotografía a los mandos del timón. Además, en su interior, en la bodega, alberga un pequeño museo con reproducciones de los productos que los conquistadores trajeron de América.

Pero en cada rincón de Baiona hay hueco para estas antiguas historias marineras. El conmemorativo Monolito de la Arribada; el Azulejo de la Arribada con las rutas seguidas; el Pozo de la Aguada que abasteció a los sedientos marineros; el monumento Encuentro entre dos mundos cerca de donde fue enterrado el primer nativo muerto en Europa; o una imponente estatua de Pinzón, se distribuyen en una centena de metros, siempre cerca del mar y del puerto.

Vistas marinas

Junto al paseo marítimo está el imponente Monte Boi, la senda más apropiada para otear los confines del Atlántico. Se trata de un gran recinto amurallado desde hace más de 2.000 años que bordea esta pequeña colina y protege la fortaleza de Monterreal, hoy convertido en Parador Nacional de Turismo. La península ocupa una extensión de 18 hectáreas con tres kilómetros de murallas almenadas de entre los siglos XI y XVII. Con paciencia y tiempo, se pueden rodear desde fuera, parando en cada una de sus playas o acantilados, o bien pasear sobre la muralla, superando una sucesión de puertas históricas o descubriendo su intenso pinar casi a pie de playa.

En lo alto de este monte, está la antigua fortaleza que, tras pasar por distintas manos, hoy en día es de titularidad pública. Mantiene sus tres torres desde donde antaño se vigilaba la fortaleza. A la entrada, sorprende la Torre del Reloj, que escondía una campana que servía para dar la alarma en caso de ataque enemigo. En cambio, la Torre del Príncipe, en la parte más oriental, actuaba como faro para los navíos.

Ya en la parte de baja, tampoco hay que olvidar el casco antiguo de Baiona, que fue declarado en 1993 conjunto de Interés Histórico Artístico. Con calles angostas, estrechas y empedradas, dan paso construcciones de poca altura de piedra y soportales ocultos en cualquier rincón. Varias casas históricas y un pequeño conjunto de edificios religiosos e iglesias representan lo mejor de la expresión popular gallega. Sin embargo, hay algo que nunca se pierde: el olor a mar.

Hoja de ruta:

Cómo llegar: A Baiona se llega por autovía, la AG-57, que parte de las cercanías de Vigo.

Dónde comer: Su gastronomía, rica en pescados y mariscos, se puede degustar en cualquiera de los restaurantes y locales que bañan el paseo marítimo. Si se busca algo más selecto, el Restaurante Rocamar, sobre un acantilado a dos kilómetros del centro, asegura buena mesa y excelentes vista.

Dónde dormir: Parador Conde de Gondomar (Cuatro estrellas) y Hotel Bahía de Bayona (Tres estrellas), entre otros.

Más información: www.baiona.org

Cuando Martín Alonso Pinzón intentaba regresar a Palos de la Frontera (Huelva) sobre la carabela ‘Pinta’ para anunciar el descubrimiento de América, una gran tormenta se cruzó en su camino desviando su ruta y convirtiendo a la bella localidad de Baiona, tierra de piratas, en una pieza clave en la carrera de las conquistas. Fue en este puerto al sur de la Rías Bajas donde, por error, atracó el marino español. Y eso, entre otras cosas, es lo que se puede encontrar en la villa gallega de Baiona, un sinfín de monumentos, estatuas y recuerdos que rememoran aquel feliz acontecimiento, todo ello regado con una rica gastronomía y dominado por un imponente Parador de Turismo.