Vida de ricos: a la venta en Londres la mansión más cara del mundo

Cuando hablamos de famosos millonarios y sus operaciones inmobiliarias es habitual que estas vayan acompañadas de las palabras 'precio récord'. Eso es lo que hacían recientemente Portia de Rossi y Ellen DeGeneres al adquirir por 70 millones de euros la vivienda más cara en la historia del condado de Santa Bárbara, en lo alto de un acantilado con vistas al océano Pacífico. Lo mismo hacían Jeff Bezos y su pareja, Lauren Sanchez, cuando se hicieron con una finca en la isla de Maui con un valor de 78 millones. Pero ambas cifras palidecen si la comparamos con la última joya en salir al mercado.

La casa más cara de Londres, y en estos momentos del mundo, está a disposición de un muy adinerado nuevo propietario. Situada sobre 16.000 m2 de superficie privados en Regent's Park, uno de los ocho parques reales de la ciudad, el precio de venta de la casa es de 282 millones de euros. Si se vendiera a ese precio, sería la operación inmobiliaria más lucrativa de la historia de la ciudad, ya que el récord está actualmente en los 252 millones de euros que se pagaron por una megamansión en Hyde Park. También es la mansión más cara actualmente en el mercado, superando al ático de 250 millones de euros a la venta en la cima de la Central Park Tower de Nueva York.

Esta palaciega mansión ha sido descrita como "una de las casas privadas más deseadas de Londres" y también como "la definición de la civilización occidental en un solo edificio".

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The Holme, como se llama la mansión, fue diseñada por el destacado arquitecto del siglo XIX Decimus Burton en 1818, cuando este tenía tan solo 18 años, como vivienda para sus padres. James Burton, miembro de la familia de Decimus y notable promotor inmobiliario de la época de la Regencia, vivió en su día en la amplia finca. La casa de dos plantas está definida por un pórtico de estilo jónico y ofrece un pintoresco ejemplo de la arquitectura de la época en Inglaterra.

The Holme fue la segunda villa que se construyó en Regent's Park, y la primera de las diseñadas por la familia Burton. En 1911 se hicieron varias reformas en la propiedad con la adición de alas por el arquitecto Bertie Crewe, y de nuevo en 1935, cuando una balaustrada sustituyó a una cúpula original existente.

Su último propietario desde los años ochenta ha sido un miembro de la familia real saudí, el príncipe Abdullah bin Khalid Al Saud, representante de su país ante las Naciones Unidas en Viena y embajador en Austria. Fue su difunto abuelo, el sultán bin Abdulaziz al-Saud, antiguo príncipe heredero y ministro de Defensa de Arabia Saudí, el que compró la propiedad a un inversor kuwaití en 1988.

Del estado actual de la casa no se sabe mucho con certeza, más allá de que tiene una sauna, cancha de tenis y ocho garajes. Fotos de la mansión aparecieron en la portada de la revista 'Country Life' en 1940 y en ellas figuraba un salón de baile, una amplia biblioteca y una sala de billar. En aquella época, el palacio era propiedad de Peter Pleydell-Bouverie y de su esposa, Audrey, que era nieta ilegítima del rey Eduardo VII por vía materna.

Sin embargo, la venta se presenta complicada ya que, actualmente, la casa está en manos de administradores judiciales después de que sus propietarios no pudieran hacer frente a un préstamo de unos 170 millones de euros garantizado con la propiedad y otros activos, según publica el 'Financial Times'.