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Yurena, ‘Superestar': "Me lincharon, intenté quitarme la vida dos veces. Y solo una persona me ha pedido perdón"
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REPORTAJE

Yurena, ‘Superestar': "Me lincharon, intenté quitarme la vida dos veces. Y solo una persona me ha pedido perdón"

La serie producida por los Javis y dirigida por Vigalondo trae a la actualidad a la artista, cuya popularidad alcanzó su cénit en 2000. Hablamos con ella de polémicas, de su carrera y de su madre

Cuando nos citamos con María del Mar Cuena Seisdedos (aunque ella odia que la llamen así), Yurena, en el restaurante ‘La Cerda’ de Chueca, un entorno rosa y pop, perfecto para hablar con ella, entendemos parte de ese fenómeno llamado tamarismo.

Ante nuestros ojos aparece un ser iluminado, una mujer altísima, cortés y amable, entre el Bowie de los orígenes y los cisnes de Capote, que viene con su propia maleta, en la que lleva un vestido confeccionado para la ocasión.

Lleva zapatos de tacón y pestañas kilométricas, como diría en su famosa canción ‘A por ti’. ‘Superestar’, la serie que llegó este viernes a Netflix bajo la producción de los Javis y la dirección de Nacho Vigalondo y Claudia Costafreda, ha hecho que volvamos a fijarnos de nuevo en ella y volvamos a ese año 2000, cuando fue, para bien y para mal, la persona más famosa desde Galicia hasta Murcia.

Tamara, como se llamaba entonces, estaba en todas partes. Y el ‘No cambié’, que cantaba en la televisión, se escuchaba en los politonos de aquellos teléfonos que hoy nos parecen prehistóricos. También la acompañaron una escolta de personajes que oscilaban entre el esperpento de la España de siempre y lo friki. Underground de televisión de medianoche.

De todos ellos, la que perduró en el tiempo es ella, una Yurena que vuelve a la palestra para hablar sobre qué le parece el resultado final de esa serie inclasificable, de su vida, de su carrera y de su madre, a la que denomina ‘mami’ y cuya sola mención la lleva a la lágrima.

Yurena tiene mucho que contar y siente que nunca se la ha escuchado, o se la ha respetado, como es debido. Un cuarto de siglo después, el tamarismo merece una relectura que también hacemos con esta entrevista para conocer más a esta reina del glam, a un icono pop llamado Yurena.

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Foto: J. I. R.

PREGUNTA. ¿Cómo fue la primera vez que los Javis contactaron contigo para hacer esta serie?

RESPUESTA. Yo estaba con unos amigos de excursión en algunos lugares de la sierra que no conocíamos. Y, de repente, miro los mensajes privados de Instagram y veo que me había escrito Javier Ambrossi. Yo les admiraba y les admiro.

P. ¿Qué sentiste?

R. Me dio un vuelco el corazón y se lo dije a mis amigos. Obviamente tú piensas: ‘No se van a querer reunir conmigo para tomarse una coca cola’. Lo que pensé en ese momento es que a lo mejor me ofrecían un papel para una serie.

P. Tengo entendido que en aquella reunión incluso te contaron una anécdota personal relacionada contigo…

R. Ambrossi me dijo que, en 2000 ó 2001, iba en su moto con su madre y me gritó un ‘¡ viva!’ Yo no podía estar más emocionada ni sentirme más afortunada. Me dijeron que habían pensado en un proyecto para mí. “Hacer una serie de ti, de tu vida, de tu trayectoria”.

P. ¿Qué pensaste después de la reunión?

R. Me metí en el ascensor y se me llenaron los ojos de emoción. ¿Y sabes en lo primero que pensé? Me lo ha regalado mi mamá. Por justicia. Para que se haga justicia.

P. ¿Han sido injustos contigo?

R. En los años 2000 o 2001 se me masacró. Y achaqué lo de la serie a mi madre. Habrá gente que diga ‘Esta mujer está alucinada’ porque no todo el mundo es creyente, ni quieren serlo. Pero tienen que entender el amor tan profundo por una madre.

"Dieron una imagen de mí de mamarracha"

P. Secun de la Rosa, que en la serie hace de Leonardo Dantés, se ha preguntado qué problema tenía el país para necesitar reírse de vosotros

R. Mira, yo empecé a cantar en el año 90. No empecé en el 2000, como durante años trataron de venderle a la gente. Dieron una imagen de mí ridícula, de mamarracha con menos de dos neuronas. Soy plenamente consciente.

P. ¿Y qué esperas después de que Netflix estrene la serie y el documental?

R. Yo espero que a partir de la serie se vea quién soy, con mis defectos y mis virtudes. Musicalmente hablando, como cualquier artista, no somos lingotes de oro para poder gustar a toda la humanidad. Yo sé que no soy Maria Callas, ¿pero quién lo es?

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Foto: J. I. R.

P. También dices que esperas justicia para tu madre.

R. Ella lo pasó muy mal. Yo me intenté quitar la vida dos veces. Imagínate lo que fue para mi madre, que encima me encontró y en la última por minutos no lo cuento. Estábamos solas en Madrid. Solas (llora) Y sufría por todo lo que me hacían: las encerronas y lo demás. Incluso a ella, que me acompañaba a los platós y, aunque se quedaba fuera de cámara, se la ponían delante porque sabían que iba a reaccionar.

P. La serie la reivindica de alguna manera. ¿Cómo la recuerdas tú?

R. Fue un ser de luz. Mira, una anécdota cuando en el Parque de Santurce había un mendigo. Mi mamá cogió una gabardina con piel por dentro y bajó a las 10 de la noche, en pleno invierno, para dársela.

P. ¿Sufrió mucho en aquella época?

R. ¿Tú sabes lo que era ir por la calle con mamá y que mucha gente la insultase? Incluso en el barrio. Una vez había un matrimonio parado en un semáforo y la señora, por llamarla así, dijo: ‘Uy, qué miedo. Que esta mujer tiene un ladrillo en el bolso’.

Una carrera que comenzó en los 90

P. ¿Reivindicas tu carrera anterior?

R. Yo empecé a cantar en el año 90. Estudié canto durante más o menos tres años. Acudí a un foniatra, y puedo dar nombres, para reeducar la voz. O sea, para mí era muy importante prepararme.

P. Pero tardaste en tener canciones propias...

R. En julio del año 91 ya hacía ya año y pico que estaba estudiando técnica de canto. Lo que hice fue hacerme un repertorio de diez temas de cantantes conocidas, sobre todo de Madonna, que siempre ha sido para mí lo más.

P. Fueron años duros pero conseguiste hacer tus bolos…

R. Yo era mi propio mánager y buscaba mis actuaciones. Me fui con mi cinta de cassette por todas partes. En ese momento, hablé con el encargado de un local, le gustó y me contrató. Fue como en mayo del 91 más o menos. Y me dio fechas para cantar en julio. Me acuerdo hasta de lo que me pagaron: 25.000 pesetas.

P. ¿Y qué le dirías a los que dicen que cantas mal?

R. Tampoco interesa que se sepa que estudié canto. Pero a mí no se me calla la boca. Han dicho muchas cosas contra mí y contra mi madre. Ha habido una campaña contra mí desde el 2000.

P. ¿Y por qué crees que ha habido una campaña contra ti?

R. Estaba el tema del nombre Tamara, por el que me demandaron. La chica que canta boleros y se llama así pertenecía a una discográfica que es de un grupo mediático muy importante. Y yo pertenecía a otra, Superego, pequeñita y que ya no existe desde hace mil años.

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Foto: J. I. R.

P. ¿Pero tenías el nombre registrado?

R. El nombre de Tamara era mío. Registrado en Patentes y Marcas. Y, aparte, por antigüedad porque, insisto, llevaba cantando desde el año 91. El poderío de ese grupo mediático hizo que se me quisiera aplastar como a un insecto.

P. ¿Y qué hiciste?

R. Recibí la demanda en plena promoción de mi disco ‘Superestar', en 2001. Mi mamá estaba conmigo haciendo promo. Nunca había tenido ningún problema judicial ni nada por el estilo. Me dieron el contacto de unos buenos abogados que eran Pedro Zerolo y Luisa Esteves, que eran socios.

P. O sea, que te defendió un abogado histórico…

R. Él me recibe y les presento este embolado, este marronazo. Les presento, obviamente, mi título de registro de marca. Recopilé todas las actuaciones desde el 91 hasta el 2001. Les pedí a los empresarios que me contrataron certificados del nombre con el que había actuado.

P. ¿Y qué pasó cuando te cambiaron el nombre?

R. Después de la demanda se me empiezan a retirar todos los discos bajo el nombre de Tamara. Me pisotearon. Pero quiero que la gente piense en esto: Si yo gano con una sentencia aplastante, en primera instancia, y ellos recurren, porque estaban en su derecho. Y luego en la Audiencia Provincial vuelven a ganar y ya pierdo, ¿por qué los abogados me dijeron que yo no recurriese? Le regalé el nombre de Tamara cuando era mío.

P. Además, siempre dices que habías luchado mucho por hacer tu propio disco…

R. Yo quería tener mi propio disco con canciones compuestas para mí. Y se lo dije a mis padres, sobre todo a mi madre, que era mi confidente, mi alma gemela, mi mitad.

P. ¿Tus padres te apoyaron siempre?

R. Lo que querían era que yo estudiase una carrera (se emociona). Yo no quería.

P. ¿Y crees que debiste hacerles caso?

R. Me arrepiento de ser artista porque durante varios años sufrí un linchamiento mediático sin precedentes y sin motivos. Injurias, calumnias, vejaciones, desprecios...

El tamarismo

Antes de seguir la entrevista, una familia entra a comer en el restaurante. Una abuela, un matrimonio y la nieta. Miran a Yurena con atención de arriba a abajo. Se nota que la conocen. Cuando le piden una fotografía para inmortalizar el momento, ella accede encantada. Cuando la llaman "Tamara" y resaltan lo guapa que está, les corrige de manera cortés. "Yurena", responde educadamente. Es hora de volver, por tanto, a aquella Tamara, a ese nombre por el que le habrán preguntado tantas veces...

P. Defiendes que tu carrera no empezó con ‘Crónicas Marcianas’...

R. Que vean mi disco del 93 con temas propios, que me lo financiaron mis padres, aunque no estaban de acuerdo. Yo no podía pagar casi 2 millones de pesetas, que fue lo que costó.

P. Y en el año 2000 surge el tamarismo, ese fenómeno que tú protagonizas…

R. Un fenómeno nunca visto antes: mediático, musical y sociológico. Hasta en los telediarios salía. El maxi con el ‘A por ti’, cuya canción, insisto, se extrajo de mi disco del 93 y el ‘No cambié’, estuvo diez semanas número uno. Batiendo récords de ventas por encima de Madonna, U2, Alejandro Sanz, Backstreet Boys, Mónica Naranjo.

P. Muchos te vieron como una intrusa en el mundo de la música…

R. Efectivamente, y querían eliminar mis diez años anteriores de trayectoria. Cuando iba a los programas a hablar de eso no me dejaban. Todo lo contrario: insultos, injurias, vejaciones, humillaciones de las que yo me tenía que defender.

P. ¿Y por qué te enredaste con esas personas (Paco Porras, Leonardo Dantés, Arlequín…) que también aparecen como personajes en la serie?

R. Me presentan a este señor (Paco Porras) del que no quiero decir ni el nombre. Solo puedo llamarlos seres… Este señor aparentemente simpatiquísimo. Y me dijo ‘nunca lo vas a conseguir porque no tienes enchufe’. Me dijo que iba a hacer una fiesta, a convocar a medios y que me iba a presentar como su novia si yo lo aceptaba.

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Foto: J. I. R.

P. ¿Y aceptaste?

R. De entrada dije que ni por asomo. Y me dio nombres, incluso de presentadores muy prestigiosos, que habían hecho montajes con chicas. Te puedo decir nombres, pero no aquí. Me convenció contándome todas estas historias y al final, muy a mi pesar, acepté.

P. ¿Y qué sientes ahora cuando te mencionan a gente como Paco Porras o Leonardo Dantés?

R. Son seres. No les puedo llamar personas. Las personas que de verdad tengan alma y conciencia no harían lo que hicieron ellos conmigo por unos minutos de tele y por dos pesetas.

P. ¿Y de dónde viene esa historia del ladrillo en el bolso de tu madre, que Nacho Vigalondo también utiliza en la serie?

R. En esa época se llegó a asegurar que yo era un hombre o un travesti. Tanto eso como lo del ladrillo eran mentiras que vinieron de los mismos seres. A los medios les servía como arma arrojadiza contra mí, porque a mí había que machacarme por intereses creados. Todo por el tema del nombre.

P. Parece que te duele especialmente lo de tu madre, en lo que insistes

R. Vergüenza les debía de dar, porque tenía más de 70 años y era una madre coraje donde las haya, que lo dejó todo: su casa, a mi padre, todo… por venirse aquí conmigo a cuidarme, a protegerme, a apoyarme.

P. La prensa también se hizo eco de lo del ladrillo y de otras cosas…

R. Todo por esa gentuza, porque no puedo denominarlos de otro modo. Contrataron a un tipo de Gernika al que yo no conocía de nada ni había visto en mi maldita vida. Y en una fiesta lo pusieron delante de las cámaras para que dijese que con 15 o 16 años, había sido mi novio y me había tocado un bulto ahí abajo. Mi madre al ver eso se volvió loca y yo imagínate.

P. ¿Notabas la repercusión de todo eso en la calle?

R. Nos pegaban por la calle. Y nos insultaban. Llegó un punto en el que no podía salir, tenía agorafobia.

P. ¿Alguien te pidió perdón por todo esto que cuentas?

R. Solamente una persona. Kiko Hernández en el año 2005, cuando yo nazco como Yurena y saco un maxisingle. Me dijo que tanto a mi madre como a mí nos habían destrozado. Aún estoy esperando que todos esos periodistas y pseudoperiodistas, incluso presentadores, se disculpen. Y no lo espero por mí, sino por mi madre.

Amante del arte

P. El otro día nos contaba una amiga que te vio en la exposición de Jonas Mekas. Poca gente imagina que te gusta el arte o el cine…

R. Me invitó un gran amigo mío, Oscar María Ramos, que también es artista. Hace unos cuadros maravillosos.

P. ¿Qué música escuchas?

R. La que escucho en mi casa es la que me gustaba hace 20 o 25 años: Duran Duran, Ahá, Bon Jovi. Esos son mis referentes. Madonna, Lady Gaga o Britney Spears, que me encanta también.

P. ¿Y sueles ir a museos?

R. Al Reina Sofía. Y quizá es porque me toca más de cerca, pero al ver el Guernica lloré. Porque conozco perfectamente la historia por ser de donde soy. Verlo de verdad, con esos rostros de animales, de personas, con ese sufrimiento y conociendo la historia, es impresionante.

P. Alguna vez he leído que Yurena es como un personaje de cine de John Waters. ¿Te gusta el cine?

R. Una película que he visto 300 veces y las volvería a ver 300 más es ‘Lo que el viento se llevó’. No me pega nada, ¿verdad?

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Foto: J. I. R.

P. ¿Por qué no?

R. Porque es contradictorio con lo que siempre se asocia a mí. Y también me encanta ‘La Pasión de Cristo’. Dicen que todo lo que cuenta, tan crudo, realmente pasó así por estudios que se han hecho de la supuesta Sábana Santa.

P. ¿Te ha gustado el resultado final la serie de los Javis?

R. Para mí, los capítulos más maravillosos, por supuesto, son el primero y el último. He llorado mucho al ver muchas imágenes. Y respecto a los seres, cuando tú ves bien los seis capítulos, cada uno queda en su sitio.

P. ¿Los has vuelto a ver alguna vez?

R. Hice cruz y raya. Muertos y enterrados. Solo volví a ver a uno de ellos en Fitur porque me hicieron una encerrona.

P. Si tuvieses una máquina del tiempo y volvieses a tus 15 años, ¿qué consejo te darías a ti misma?

R. Me diría ‘Vive la vida. Disfruta la vida’. Son cuatro días y a veces incluso menos. Vívela intensamente, sin hacer daño a nadie. Y nunca te dediques al mundo artístico.

P. ¿Habrías preferido ser un ama de casa normal? La serie plantea esto también…

R. Alguno de mis sueños a los 15 años era casarme de blanco por la iglesia. Soy muy exigente y no he encontrado a esa pareja, todavía. Y me hubiera gustado tener al menos un hijo y que hubiera sido niña. Pero de todas formas yo no hubiera sido una ama de casa al uso. Por vocación habría sido veterinaria o criminóloga, que eran las carreras que me gustaban.

P. ¿Tienes algún sueño por cumplir?

R. Yo me autoproduzco desde 2012. Con todo lo que he pasado, sufrido y aguantado, creo que me jubilaré cuando se me hayan destrozado las cuerdas vocales o no me pueda sostener un escenario. Sí que me veo presentando un programa porque es un sueño que tengo. De modelo también he hecho alguna vez. Es cierto que con 55 años eso ya es complicado, pero me gustaría hacer de modelo de manos, por ejemplo.

*Agradecimientos:

-Restaurante 'La Cerda' de Chueca

- Maquillaje Holapepa

Cuando nos citamos con María del Mar Cuena Seisdedos (aunque ella odia que la llamen así), Yurena, en el restaurante ‘La Cerda’ de Chueca, un entorno rosa y pop, perfecto para hablar con ella, entendemos parte de ese fenómeno llamado tamarismo.

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