Clara Batalim (mujer de Andrea Orcel), la 'primera dama' de la banca a la fuga
La esposa del financiero de moda (por su fichaje fallido en el Santander) es una portuguesa que, como lo definió una vez la prensa británica, "tiene el mejor trabajo para ser esposa de un banquero"
En el mundo económico no se habla de otra cosa desde hace días. Después de haber anunciado el fichaje estelar de Andrea Orcel hace unos meses a bombo y platillo, el banco ha tenido que dar marcha atrás ante el estupor generalizado. Según su versión, el banco no está dispuesto a pagar los más de 50 millones de euros que, según cálculos del sector, le iba a costar la 'indemnización' a UBS por fichar al número uno de la banca de inversión, un 'superstar' que ha sido banquero de confianza durante años de la familia Botín y que, finalmente, no podrá incorporarse a la banca española. En un comunicado, el Banco Santander explicó que cuando anunció el fichaje de Orcel, no era posible anticipar el coste final para el grupo de abonar las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior y que habría perdido al abandonarlo.
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Lo cierto es que Orcel ya estaba prácticamente haciendo las maletas para trasladarse a las oficinas centrales del Santander en Madrid y estaba ya muy desvinculado de su actividad en UBS. Habrá supuesto, sin duda, un jarro de agua fría para este italiano que hizo correr ríos de tinta en septiembre, cuando el Santander anunció su fichaje.
La que no tenía la menor intención de mudarse con Orcel, como tampoco hizo cuando el banquero de inversión cambió Merrill Lynch por la suiza UBS, es su esposa, Clara Batalim, una diseñadora de interiores portuguesa con la vida establecida en Londres.
Orcel y Batalim se casaron en 2009, tras un noviazgo 'a la antigua' de 16 años. Hace siete años tuvieron a su primera y única hija, Allegra. Por ella, el banquero, conocido por sus altos estándares de exigencia, ha bajado un poco al terreno humano. "Intento llevarla al cole algún día entre semana y procuro estar en la cena", ha reconocido en una entrevista en la prensa británica. Alguna vez, para poder verse, madre e hija le han acompañado en sus múltiples viajes de trabajo.
Clara Batalim tiene, como lo calificó una vez la prensa inglesa, "el trabajo perfecto para ser la esposa de un banquero". La portuguesa, que estudió Arte y Diseño y Administración de Empresas y trabajó durante 15 años en atención al cliente de varias aerolíneas, decidió dar un giro de 180 grados en 2008 a su vida. Ese año se matriculó en la prestigiosa Escuela de Diseño KLC en Londres para estudiar diseño de interiores. Clara se graduó con honores y recibió varios premios, incluido el de estudiante del año.
Un año después de graduarse, Batalim fundó una firma enfocada en el mercado de alto standing. Con Orcel Kieffer Design pretendía decorar las mansiones de la mejor sociedad de Londres. Empezó bien, con un apartamento en Holland Park, una segunda residencia en Kensington, una casa familiar en Fulham y una residencia vacacional en Porto Montenegro. Pero un día, un periodista del 'Evening Standard' quiso entrevistar a la 'primera dama' de la banca y la llamó a las oficinas de Orcel Kieffer Design. Como nunca le cogían el teléfono, publicó un artículo hablando del misterioso trabajo de la señora Orcel. La realidad es que la firma se había disuelto apenas tres años después de montarla.
Hoy Clara Batalim Orcel trabaja como diseñadora de interiores freelance a través de una nueva empresa, E11even Interior Design Limited, que montó en septiembre de 2017. En su página web, Batalim se sabe publicitar: "Habla con fluidez cinco idiomas diferentes y brinda una mezcla de experiencias y conocimientos diversos para cada proyecto. Es una apasionada del diseño y posee una extensa biblioteca de diseño y acceso a muchos proveedores exclusivos (tanto locales como internacionales). El diseño interior de E11even pretende superar constantemente las expectativas de sus clientes".
En sus notas biográficas, Clara Batalim afirma que su "pasión por viajar se refleja en un estilo innovador e inspirador". De momento, no será a España.
En el mundo económico no se habla de otra cosa desde hace días. Después de haber anunciado el fichaje estelar de Andrea Orcel hace unos meses a bombo y platillo, el banco ha tenido que dar marcha atrás ante el estupor generalizado. Según su versión, el banco no está dispuesto a pagar los más de 50 millones de euros que, según cálculos del sector, le iba a costar la 'indemnización' a UBS por fichar al número uno de la banca de inversión, un 'superstar' que ha sido banquero de confianza durante años de la familia Botín y que, finalmente, no podrá incorporarse a la banca española. En un comunicado, el Banco Santander explicó que cuando anunció el fichaje de Orcel, no era posible anticipar el coste final para el grupo de abonar las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior y que habría perdido al abandonarlo.