Las grandes fortunas y los caballos: una historia de amor con varios nombres propios

Los herederos de grandes fortunas suelen tener una querencia especial por los caballos. Desde los hijos de Steve Jobs, Bruce Springsteen y Christina Onassis a los más cercanos -por geografía, se entiende- Amancio Ortega, José Bono, la duquesa de Alba y la familia real, los ricos cachorros de la jet set internacional son avezados jinetes que en algunos casos incluso tienen sus propias caballerizas.

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No hablamos de montar a caballo, eso es una afición razonablemente asequible, hablamos de competir. En esta esfera es donde entra el dinero, y mucho. Apuntarse a la Madrid Horse Week, por ejemplo, cuesta 6.000 euros. Un caballo puede costar 2.000, pero un caballo de competición es un lujo al alcance de pocos. El precio de un caballo de alta gama destinado a saltos suele salir como mínimo por 10.000 euros. Todos recuerdan que en 2007 se llegó a pagar un millón de euros por un caballo en el Sicab, feria del caballo de Sevilla. A todo hay que sumarle después el mantenimiento del animal y los entrenos para montar, que suelen ser en clubes privados de difícil acceso.

Una de las millonarias amazonas más famosas del mundo es Athina Onassis. Y es además una de las mejores. La heredera griega ha competido por el mundo con al menos 24 caballos diferentes, todos animales con grandes cualidades. Según la página del Global Champions Tour, torneo internacional de saltos, Onassis ha ganado este año 4.000 euros en premios y está en el puesto 127 del campeonato mundial. La temporada pasada fue la 35 y ganó 14.000 euros en premios. Hay webs en las que se pueden consultar las cualidades de los caballos más prestigiosos del mundo, como Castlefield Rubinus, antes llamado Rock Forever, la última adquisición de Onassis, un caballo nacido en 2008 que ha sido olímpico.

Herederas de renombre

Hay otros nombres famosos que siguen la estela de Onassis, Destry Spielberg, hija de Steven Spielberg; Eve Jobs, hija de Steve Jobs; Jessica Springsteen, hija de Bruce Springsteen; Sofía Abramovich, hija de Roman Abramovich; y Georgina Bloomberg, hija de Michael Bloomberg. Son algunos de los nombres que pueblan los torneos internacionales, de Roma a Madrid, pasando por Atenas y Nueva York. Algunas aparecen en los rankings, como Eve Jobs y Jessica Springsteen, otras acuden como público porque no logran ser seleccionadas, como Sofia Abramovich, pese a su pasión por los saltos.

Ya en casa, los ilustres apellidos se mezclan con otros recién llegados. Así, podemos hablar de la infanta Elena y su antigua pasión por los saltos, y de Marta Ortega, nueva reina de Inditex, avezada amazona, retirada por ahora de la competición por su embarazo aunque no se suele perder un torneo, en especial los que se disputan en España.

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Entre tanto nombre de mujer destacan dos nombres masculinos: Cayetano Martínez de Irujo, ya retirado, y José Bono Jr, que tiene incluso unas caballerizas propias. El hijo menor de la duquesa de Alba ha contado en varias ocasiones que se dedicó a los saltos para vencer sus demonios y demostrar a su familia que servía para algo.

Además, según él, su padrastro, Jesús Aguirre, lo apartó de la gestión de la Casa de Alba, así que ser jinete se convirtió en su única opción, carrera que abandonó cuando falleció su padrastro y pasó a gestionar el campo de la familia. Sigue, eso sí, las competiciones y acude a los torneos con asiduidad.

José Bono Jr, profesional

Como el único hijo de José Bono y Amelia Rodríguez. José Bono júnior compite en la actualidad, porque su vida se centra en los caballos. El hijo del que fuera ministro de Defensa es periodista aunque no ha ejercido porque tenía muy claro desde muy joven su afición por los caballos, primero como hobby y actualmente como medio de vida. Además de participar en los circuitos internacionales, compra y vende caballos, entrena y ha puesto en marcha en el centro hípico de Toledo clases de hipoterapia para niños discapacitados.