Las emotivas palabras de Florentino Pérez en el juicio de Fernández Tapias y sus hijos

El lunes fue un día muy duro para Fernando Fernández Tapias. Cuatro de sus siete hijos (Bosco falleció) presentaban una demanda contra él por los movimientos empresariales que les despojaban de los cargos directivos que previamente ostentaban por decisión paterna. El único que se mantenía en el organigrama era Juan Carlos, el quinto hijo que en la actualidad (si no hay cambios) es presidente de la naviera F Tapias Galicia, como confirmaba a Vanitatis desde la empresa familiar.

Con este escenario de enfrentamientos filiales se celebró el lunes en el Juzgado de Primera Instancia número 65 de Madrid el juicio contra Fernando Fernández Tapias. A las diez de la mañana entraban en la sala y no hubo acercamiento por ninguna de las dos partes. Un saludo generalizado y nada más. Los hermanos tampoco tuvieron un gesto especial para Iván, el hijo que su padre tuvo con Nuria González. El joven de 18 años quiso estar presente para dar su testimonio sobre la salud física e intelectual de su progenitor. Precisamente, el supuesto deterioro mental es lo que presentaban los demandantes para justificar su reclamación. Una dato que adelantó el diario 'ABC' y que ha sido corroborado a Vanitatis por fuentes cercanas.

Para desmontar esta prueba acudió un testigo de excepción y gran amigo de Fernández Tapias. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, quiso con su declaración dar testimonio del buen estado del que es en la actualidad el vicepresidente del equipo blanco. En julio del 2000, dos días después de que Florentino ganara las eleciones a la presidencia, aparecía junto a Tapias y su nuevo nombramiento.

La amistad de ambos viene de lejos y, además de sus coincidencias en el mundo empresarial y deportivo, mantienen una relación familiar. Cuando el presidente blanco se quedó viudo, uno de sus principales apoyos emocionales fueron Tapias y su mujer, Nuria González.

Una vez que ya pasó el luto, era habitual que compartiera almuerzos y cenas familiares en el chalet de la urbanización Puerta de Hierro, al que a veces acudía también Isabel Preysler. De esas reuniones surgió el rumor de una posible relación entre ambos que nada tenía que ver con la realidad. A la vida de Preysler ya había llegado Mario Vargas Llosa.

Como no podía ser de otra forma, Florentino Pérez no tuvo ninguna duda en prestar su testimonio al amigo y vicepresidente del club.