El juicio de Fernández Tapias y sus cuatro hijos: Sandra, la (mala) sorpresa inesperada

El pasado 1 de marzo, Fernando Fernández Tapias se enfrentaba a uno de los peores días de su vida. Se trataba del encuentro judicial con cuatro de sus siete hijos. Bosco, el octavo de sus descendientes (el cuarto que tuvo con su primera pareja, Victoria de la Riva), falleció en Lanzarote en el año 2010 cuando practicaba submarinismo.

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Paloma Barrientos

El empresario llegaba al Juzgado de Primera Instancia número 65 de Madrid a las diez de la mañana para responder a la demanda de incapacidad que habían presentado Fernando, Íñigo, Sandra y Juan Carlos, al que familiarmente llaman Tito. El único que se quedaba fuera de esa decisión era Borja, que también es el más independiente económicamente. Hasta ahora la información que se había filtrado era que Sandra y Juan Carlos, los dos hijos de Juana García Courel (segunda mujer del empresario), se mantenían ajenos a esta guerra filial. El planteamiento del contencioso era dejar al padre fuera de las decisiones de las empresas que había creado a lo largo de los años y, como consecuencia, tener acceso al patrimonio y a los bienes en el caso de sentencia desfavorable al empresario.

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Lo llamativo de la situación era que Alejandra, o Sandra, como se la conoce, era la secretaria personal de su padre y a Tito le había nombrado presidente de la naviera. Según han confirmado a Vanitatis, “Sandra es la más lista de los hermanos. A diferencia de su hermano Tito, ella era la que acudía a diario a la oficina y tiene conocimiento de todo lo que concernía a los negocios de su padre. Es la que tiene más carácter. Muchas veces se encargaba de llevar los documentos al chalet de Puerta de Hierro para que Fernández Tapias los firmara. El padre confiaba totalmente en la hija y, por eso, la mayoría de las veces ni tan siquiera leía lo que le presentaba”.

De ahí la sorpresa de directivos y empleados de la empresa al enterarse de la demanda que ella y sus tres hermanos habían interpuesto. Y más en su caso, ya que la tenían por la mano derecha del padre.

Para desmontar las pruebas de supuesta incapacidad, acudieron dos testigos de excepción: Florentino Pérez, gran amigo de Fernández Tapias, y Lalo Azcona. El presidente del Real Madrid quiso, con su declaración, dar testimonio del buen estado de salud del que goza en la actualidad su vicepresidente en el equipo blanco.