Javier Cámara, más sincero que nunca: la muerte de su hermano, paternidad y bullying

Ahora es más sensible. "Todavía más", puntualiza Javier Cámara. Se refiere el actor ganador de dos premios Goya a una de las formas en las que le ha cambiado la vida la paternidad, desde que en 2017 trascendiera que había sido padre de dos niños mellizos nacidos por gestación subrogada. Unos hijos de los que guarda celosamente su intimidad, ya que opina que ya contarán ellos su vida cuando tengan que contarla "y si quieren contarla".

Este es uno de los detalles personales sobre los que el intérprete ha hablado junto a Carlos del Amor en el programa de TVE 'La matemática del espejo', en el que se ha hecho repaso a las más de tres décadas de aquel riojano que, saliendo de un pueblo que se le quedaba pequeño y para evitar terminar trabajando en el campo, se plantó en la capital con una maleta y una caja llena de chorizos que le había dado su madre.

Javier Cámara recordó sus años de infancia y lo difícil de darse cuenta de su orientación sexual en un entorno tan cerrado. "Todos mis amigos me hablaban de chicas y a mí me gustaban los chicos. Entonces, cuando eres adolescente, piensas que algo está mal y fuerzas la máquina para enamorarte de las chicas", reconocía el actor.

"Yo me estaba ahogando, quería irme de mi pueblo, no estar allí. No aguantaba un día más", añade recordando sus experiencias con el bullying y cómo había gente que le insultaba, por ejemplo por jugar a la comba con las niñas. Sobre este asunto, él cree que ha borrado de su mente aquellas experiencias, que nunca comentó en casa a su familia.

Precisamente hablando de su familia se producía una de las revelaciones más sorprendentes de la conversación. "No lo he contado nunca porque me da un poco de pudor, pero venga, lo voy a contar. Mi hermano tenía mi mismo nombre", confesaba el intérprete sobre el niño que sus padres tuvieron antes que él y al que también bautizaron Javier antes de fallecer.

"Tú no lo sabes. Me imagino que es la perspectiva de tus padres. O sea, primero pasa por el drama terrible y luego siguen adelante como pareja", aseguraba sobre cómo habían sobrellevado sus progenitores aquella tragedia.

Combinando sus estudios en la Real Escuela Superior de Arte Dramático con trabajos de camarero o de acomodador de cine, Javier Cámara debutaría en 1991 interpretando en el teatro 'El caballero de Olmedo', de Lope de Vega. Pero su cara empezó a ser conocida para los españoles con su participación en la serie '¡Ay Señor, Señor!', junto a Andrés Pajares, y tres años más tarde gracias a su papel en 'Torrente: el brazo tonto de la ley'.

Pero aquel emblemático rol se había gestado curiosamente seis años antes. Durante una función de teatro conoció a Santiago Segura y este le ofreció un papel para una película que en aquel momento solo estaba en su imaginación. "El tío entró y me dijo: 'Un día voy a hacer una película contigo", explicaba durante la entrevista. Se da la circunstancia de que por aquel entonces el actor había perdido 16 kilos debido a una hepatitis.

"Cuando me recuperé, engordé esos 16 kilos. Cuando me vio para la película me dijo: 'No, no… Tú no eras así, yo quiero al otro'. Me dijo que él se iba a poner enorme de gordo y yo tenía que estar flaco. Así que me tuvo a filetes de pollo hasta que adelgacé de nuevo los 16 kilos". Una transformación, la de ambos, nivel Christian Bale, pero que tendría sus frutos, ya que es una de las películas ya clásicas de nuestro cine.

También ha hablado el actor de haber pasado duras situaciones vitales que le obligaron a acudir a terapia. "Ha habido momentos muy complejos, momentos difíciles, donde ha habido gente que me ha ayudado, en concreto una amiga me dijo: 'Creo que necesitas ayuda", confesaba. "Estábamos rodando una comedia y yo estaba llorando. Me estaban maquillando y yo estaba llorando. Me estaba pasando algo y teníamos que salir a hacer una comedia". Fue el consejo de aquella amiga el que le puso en el buen camino para superar sus problemas.