Lo que cuesta la luna de miel de Tamara e Íñigo entre safaris privados, suites en París y lujo en Bora Bora
Con suites de alrededor de 6.000 euros la noche y más de 30.000 euros en vuelos, su viaje de novios no está al alcance de todos los bolsillos (ni mucho menos)
Tamara Falcó e Íñigo Onieva han disfrutado de una larguísima luna de miel por todo lo alto. Tras su sonada boda el pasado 8 de julio en el palacio de El Rincón, el matrimonio, de la mano de una conocida agencia de viajes, puso rumbo a un viaje que se ha alargado durante algo más de un mes y que ha tenido como escenarios varios países de África, la Polinesia Francesa, París y hasta una breve escala en Doha. Una vuelta al mundo como ellos mismos deseaban y a la que partieron felices y emocionados apenas unas horas después de su boda con más de media docena de maletas y el amor y las emociones a flor de piel.
Con suites de alrededor de 6.000 euros la noche que alcanzarían una suma de entre 100.000 y 120.000 euros y más de 30.000 euros en vuelos, su viaje de novios no está al alcance de todos los bolsillos (ni mucho menos). Los expertos calculan que la suma de todos los gastos superaría los 150.000 euros. Las precauciones de los novios con respecto a mostrar su itinerario al detalle nos impiden afirmarlo con seguridad, aunque los precios que hemos recabado en la búsqueda nos arrojan una cifra bastante aproximada.
Esto es todo lo que hemos visto de su viaje (y lo que cuesta).
Cape Town
Los marqueses de Griñón comenzaron su aventura en el Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas. Allí facturaron su no precisamente ligero equipaje y con ropa cómoda tomaron posesión de su QSuite a bordo del vuelo de Qatar Airways con destino Johannesburgo. Un vuelo con escala en Doha con un precio que ronda los 3.500 euros por persona y que encadenaron con un segundo vuelo interno que les llevó hasta su destino final en esta primera parte de su viaje: Ciudad del Cabo.
Allí se alojaron en el exclusivo hotel Belmond Mount Nelson, donde los precios por noche rondan los 1.500 euros la noche y donde permanecieron varios días realizando multitud de actividades típicas de la zona. Un viaje hecho a su medida en el que no faltó aventura, gastronomía y, sobre todo, altas dosis de romanticismo al más puro estilo ‘Memorias de África’.
Navegaron a bordo de un barco desde el que Íñigo se sumergió para nadar con tiburones, disfrutaron de la oferta gastronómica local en todas sus versiones y descansaron en las impresionantes instalaciones de este hotel en el que antes que ellos descansaron grandes personalidades.
“En cuanto ponga un pie en la gran entrada, instalada para darle la bienvenida al Príncipe de Gales en 1925, la historia se revelará ante usted. Pasee por los jardines que John Lennon solía frecuentar para meditar. Escuche cómo un joven Winston Churchill lo consideró como uno de los 'mejores establecimientos'. Siéntese a la mesa favorita de Nelson Mandela. Alojarse aquí es pasar a formar parte de algo especial”, aseguran en la página web del establecimiento.
Reserva de Sabi Sabi
De ahí se trasladaron a la reserva Sabi Sabi, la misma en la que hace décadas se alojaron los Reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía. Ubicada en el corazón de Sudáfrica, para llegar allí tuvieron que coger otro vuelo interno que aterrizó en el aeropuerto internacional de Kruger que de media cuesta unos 250 euros por persona. Una vez allí, un transfer de la exclusiva reserva, situada en la mundialmente famosa Sabi Sand Wildtuin. 65.000 hectáreas en el área Suroeste del Parque Nacional Kruger convertidos en un auténtico oasis de vida salvaje y donde se puede observar de cerca la relación natural entre el depredador y la presa.
La pareja se alojó en el alojamiento más exclusivo de la reserva: dentro del lodge Earth, cuya espectacular arquitectura perfectamente integrada con el paisaje ha recibido varios premios internacionales, su hogar durante los días que estuvieron allí fue la Amber Villa, “una gloriosa celebración de amplitud y espacio interior capturando el espíritu de la naturaleza y el lujo en una experiencia única”, según reza la descripción a la que ha tenido acceso Vanitatis. La suite cuenta dos dormitorios, dos baños (el principal con vestidor) y gimnasio y un amplio salón con una terraza y piscina privada frente a la sabana con total intimidad. De hecho, justo enfrente de la suite, un hipopótamo vive en una laguna cercana y es habitual verle cada día desde cualquier zona del alojamiento.
El precio, que según su página web es de 5.600 euros la noche, incluye tres safaris privados al día (uno al amanecer y otro al atardecer en Range Rover descapotable y otro a pie), varios desayunos (uno de ellos durante el safari), almuerzo privado compuesto por seis pases de alta gastronomía, té con dulces, copa al atardecer y una romántica cena a la luz de las velas. La oferta gastronómica y enológica de Sabi Sabi es incomparable. Cuenta con hasta un etiquetado especial para vino y el chef presenta en persona los diferentes menús a los inquilinos. Una experiencia de lujo que ya disfrutaron hace años los reyes don Juan Carlos y doña Sofía, que también se alojaron en esta reserva hace décadas.
Cataratas Victoria
Finalizados los días de safari (los expertos recomiendan estancias mínimas de 3 o 4 días para disfrutar al máximo la experiencia), Tamara e Íñigo pusieron rumbo a las cataratas Victoria cogiendo al menos otros dos vuelos internos: uno salido del aeródromo privado de Sabi Sabi hasta el aeropuerto internacional más cercano, el de Mpumalanga, y otro con dirección a Livingstone.
Allí se alojaron en otro impresionante hotel, el Royal Livingstone By Anantara, uno de los más exclusivos de la zona próxima a las cataratas Victoria, uno de los principales reclamos turísticos del corazón del continente africano.
Se alojaron en una de las habitaciones más exclusivas de este hotel de 5 estrellas. Decorada con un marcado estilo victoriano, aunque provistas de todas las comodidades modernas, “estas amplias suites ofrecen una sala de estar y un comedor refinados”. El precio por noche ronda los 1.300 euros la noche y cuenta con vistas a la naturaleza y varias estancias distribuidas sobre unos 30 metros cuadrados de superficie.
Allí la pareja aprovechó no solo para visitar las famosas cataratas, sino además para realizar una excursión en helicóptero para sobrevolar la espectacular zona, realizar actividades de riesgo como el salto al vacío de Íñigo desde un puente (el denominado 'bungee jumping') y un safari por el río, una de las rutas más solicitadas.
Romanticismo en París
Tras su viaje por África, hicieron una breve escala en París en la que el lujo no dejó de ser el gran protagonista. En la ciudad del amor, los nuevos marqueses de Griñón se alojaron en uno de los hoteles más caros y exclusivos de la capital francesa: el Hotel de Crillon, situado a un paseo del jardín de las Tullerías y de los Campos Elíseos.
El precio por noche en una suite con balcón como la que mostraron en sus redes sociales oscila entre los 5.000 y los 6.000 euros la noche y los vuelos desde África hasta París y desde allí a Tahití, otros 6.000 más por persona. Como decíamos, no al alcance de todos.
Bora Bora
Desde allí, pusieron rumbo a Tahití, donde primero realizaron varias excursiones en bicicleta para empaparse de la naturaleza y la cultura del país para poco después viajar en un vuelo interno hasta su último destino, quizá el más lujoso de todos: Bora Bora.
El matrimonio voló en una avioneta privada hasta el corazón de la Polinesia Francesa para pasar unos últimos días de amor y lujo al borde del mar en un bungaló de lujo construido sobre el agua dentro del complejo del Four Seasons Resort.
Equipado con una piscina pequeña privada, incluye zona de estar amplia con acceso a un patio con 2 chaise longues y vistas preciosas a la laguna. 104 metros que incluyen además bañera de hidromasaje, zona de comedor exterior, zona de estar, suelos de mármol… Su precio: 5.415 euros la noche.
Una luna de miel hecha a la medida de los novios por los expertos de Maestro Viajes que podrás replicar si el bolsillo y la disponibilidad de días de vacaciones te lo permiten.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva han disfrutado de una larguísima luna de miel por todo lo alto. Tras su sonada boda el pasado 8 de julio en el palacio de El Rincón, el matrimonio, de la mano de una conocida agencia de viajes, puso rumbo a un viaje que se ha alargado durante algo más de un mes y que ha tenido como escenarios varios países de África, la Polinesia Francesa, París y hasta una breve escala en Doha. Una vuelta al mundo como ellos mismos deseaban y a la que partieron felices y emocionados apenas unas horas después de su boda con más de media docena de maletas y el amor y las emociones a flor de piel.