Los Alba, obligados a renunciar a su tradicional plan familiar en la Semana Santa de Sevilla

El reloj marca las 23 horas y 12 minutos del jueves 28 de marzo y la Hermandad del Cristo de los Gitanos anuncia la cancelación de su Estación de Penitencia mediante un comunicado oficial emitido en sus redes sociales. “La Junta de Gobierno, reunida en Cabildo de Oficiales y tras valorar diferentes partes meteorológicos, todos muy desfavorables, ha decidido suspender su Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla”, exponen. A esta se suman la Macarena, la Esperanza de Triana o el Gran Poder. La capital andaluza se queda sin su Madrugá por primera vez desde la pandemia en una Semana Santa pasada por agua, a causa de la borrasca que azota nuestro país estos días.

¿Las consecuencias? Miles de tradiciones y sueños rotos, entre ellos los del clan de los Alba, quien año tras año se reúne en la cancela del palacio de las Dueñas para recibir la visita de la Virgen de las Angustias Coronada y El Señor de la Salud. Un ritual iniciado en su juventud por la duquesa Cayetana, la cual mostró siempre una férrea conexión por el Santuario de la Iglesia de los Gitanos del que era devota, y continuada tras su muerte por sus hijos y el resto de generaciones de la Casa noble.

Cada Semana Santa, más concretamente cada Jueves Santo, la duquesa de Berwick reunía en la cancela de su casa a múltiples amigos y familiares dispuesta a disfrutar de uno de sus días más especiales. La grande de España salía a recibir las tallas, admirándolas a escasos centímetros, colocándoles diversos ramos de flores, dedicándoles una saeta y finalmente realizando el toque de martillo para marcar la levantá que continuase con la procesión.

A modo de curiosidad, para muchos el motivo de encuentro venía marcado por sus extensos y excelentes menús compuestos por croquetas, tortilla de patatas, frituras, ahumados, canapés y dulces como pestiños, tocino de cielo y torrijas. Todo un buffet.

Sin embargo, el destino ha querido que este 2024 no podamos ver la emoción de sus integrantes, enfundados en estilismos 100% negros y con lágrimas en los ojos, a las puertas del imponente edificio de estilo renacentista, situado en las casco histórico de la ciudad y a escasos metros del templo religioso de dicha Hermandad, donde, por cierto, descansan en una capilla lateral las cenizas de la matriarca.

Además, la decisión, vinculada a las inclemencias meteorológicas, se ha producido en una edición que prometía rendir homenaje a la figura de Cayetana Fitz-James Stuart, coincidiendo con que en el día de ayer la duquesa hubiese celebrado su 98º cumpleaños.

Según se había anunciado desde la cofradía, la Virgen de las Angustias Coronada había sido vestida con el manto del escudo de la Casa de Alba que ella misma le regaló. Se trata de una pieza de 1997 bordada en oro sobre terciopelo granate, obra de los talleres de Fernández y Enríquez, la cual suele alternarse con el manto bordado por Carrasquilla en hilo de oro sobre terciopelo color azul pavo en 1961.

Por otro lado, no es la única donación que la duquesa realizó a la Hermandad, de quien era gran benefactora. La grande de España también aportó al Santuario Iglesia del Cristo de los Gitanos un juego de respiraderos cincelados en plata de Francisco Buiza y la Orfebrería de Manuel de los Ríos, lucidos en 2009, o los candelabros de cola de la Virgen de las Angustias, que se estrenaron en 1958.

Una alternativa posible

A pesar del contratiempo, los miembros de la Casa de Alba aún tienen la posibilidad de disfrutar este pequeño homenaje a la figura de su madre en primera persona, ya que, tal y como han anunciado desde la cofradía en sus redes sociales, hoy, Viernes Santo, las puertas del templo religioso estarán abiertas de 11:00 a 14:00 horas y de 17:30 a 20:30.

Es más, ayer, Cayetano Martínez de Irujo y su hija Amina acudieron a media mañana al Santuario, donde está enterrada la aristócrata, para cumplir con la tradición familiar ante el riesgo de cancelación de la Madrugá.