Es noticia
Menú
Las cenizas de la duquesa de Alba ya descansan junto al Cristo de los Gitanos
  1. Noticias
MUERTE DE LA DUQUESA DE ALBA

Las cenizas de la duquesa de Alba ya descansan junto al Cristo de los Gitanos

Los restos mortales de doña Cayetana de Alba ya descansan en la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos, en una capilla dedicada solo a la duquesa

Los restos mortales de la duquesa de Alba ya descansan en la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos. Allí, en una capilla dedicada solo a ella, se ha oficiado una ceremonia íntima a la que solo han asistido los familiares más directos de la aristócrata. Era a los seis hijos de la aristócrata y a su marido, Alfonso Díez, a los que se veía llegar con el rostro compungido procedentes del cementerio hispalense donde se ha procedido a la cremación del cuerpo. Cayetano Martínez de Irujo ha sido el encargado de llevar la urna de las cenizas de doña Cayetana y de situarla en la hornacina no sin antes besarla, al igual que han hecho el resto de los miembros de la familia Alba. La urna ha sido tapada con una lápida de mármol cuya fijación ha supuesto el momento más emotivo de la ceremonia, provocando el llanto en más de un asistente.

En dicha lápida está escrito: "Aquí reposan las cenizas de nuestra hermana, doña Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, duquesa de Alba. Camarera de honor de María Santísima de las Angustias, medalla de oro y gran benefactora de esta Hermandad de los Gitanos, gracias a cuya contribución y ayuda fue posible la reconstrucción de este Santuario. Estará por siempre en la memoria de nuestra hermandad. 1926-2014"

No todas las cenizas serán depositadas en Sevilla, ya que parte de ellas se trasladará al panteón familiar que los Alba tienen en Loeches (Madrid).

Antes de su incineración, el féretro con los restos mortales de la duquesa de Alba llegaba poco después del mediodía a la catedral de Sevilla, donde el cardenal arzobispo emérito hispalense, Carlos Amigo Vallejo, oficiaba el funeral por Cayetana Fitz-James Stuart.

En primera y segunda fila frente al altar mayor, se han situado el marido, hijos, nietos y exnueras de doña Cayetana, como Genoveva Casanova. Muy cerca de todos ellos, la infanta Elena, que ha asistido al funeral en representación del Rey Felipe, que este viernes a mediodía tenía una audiencia en el Palacio de la Zarzuela, y varias personalidades del mundo de la política, como Pedro Morenés, ministro de Defensa. Miembros del Gobierno local del Partido Popular así como varios mandos militares, todos ellos con fajines de color, también han querido dar su último adiós a la duquesa de Alba.

El momento más emotivo ha sido, sin duda, la entrada del féretro en la catedral de Sevilla sobre los hombros de dos de los nietos de doña Cayetana: Luis, hijo de Cayetano Martínez de Irujo, y Fernando Fitz-James Stuart, primogénito del futuro duque de Alba..

Antes de la llegada de Carlos Amigo Vallejo y una vez los restos mortales de Cayetana se encontraban en el Altar del Jubileo, Eugenia Martínez de Irujo no ha podido contener las lágrimas y ha roto a llorar.

Visiblemente desolado, Alfonso Díez ha encontrado el apoyo de Tana, la hija de la duquesa de Montoro y Francisco Rivera, a quien se ha abrazado en varias ocasiones.

Tras la ceremonia religiosa, los restos de la duquesa de Alba serán trasladados al cementerio de San Fernando, en Sevilla, para ser incinerados. Después, parte de sus cenizas descansarán en una de las capillas laterales del santuario del Señor de la Salud de la Hermandad de los Gitanos, mientras que la otra irá a Madrid, al panteón familiar de Loeches.

Isabel Pantoja manda una corona de flores

Alrededor de las 11:00 horas cerraba la capilla ardiente instalada en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, hasta donde han acudido más de 80.000 personas para dar su adiós a la duquesa. A la salida, de nuevo Eugenia protagonizó el momento más emotivo, ya que estuvo a punto de derrumbarse no solo ante sus hermanos, sus sobrinos y su hija Tana, sino también ante la prensa y los cientos de personas que se encontraban en la Plaza Nueva de Sevilla esperando la salida del féretro.

Entre los numerosos rostros conocidos que han enviado una corona de flores se encuentran los Reyes Juan Carlos y Sofía, Isabel Pantoja, que este viernes a primera hora ha ingresado en prisión, el cantante Alejandro Sanz y su familia, el actor Antonio Banderas o los humoristas sevillanos Los Morancos.

Dentro del Salón Colón, donde reposaba el féretro cubierto por las banderas de España y de la Casa de Alba, había solemnidad absoluta mientras los hijos y nietos recibían las condolencias. Fuera, en la calle, más animación y menos protocolo en las largas colas de espera, que se alteraban cuando aparecía un personaje conocido. En sordina se escuchaba de vez en cuando la Salve rociera que entonaba un grupo de adolescentes en homenaje a esa duquesa sevillana de la que tenían pocas referencias, salvo las que facilitaba la prensa de entretenimiento, pero a la que dedicaban su pequeño homenaje con el conocidísimo estribillo que tanto emocionaba a Cayetana.

Su marido, sus hijos y sus nietos, desolados

Poco después de la muerte de la duquesa de Alba este jueves, el palacio de Dueñas se convirtió en el escenario de momentos de gran intensidad, sobre todo cuando marido, hijos, nietos, las cuatro exnueras y el personal de servicio rezaban en ese último acto en la capilla donde Cayetana celebró su tercer matrimonio. Eugenia y Alfonso no pudieron reprimir las lágrimas, al igual que muchas de las personas que durante años han formado parte del cuerpo de la casa. “Aunque la situación de Cayetana era irreversible, hacerte a la idea de que ya no la vas a ver más es muy triste. Alfonso está destrozado. En los últimos días no se ha separado de ella. Cuando murió pidió que le dejaran a solas con su mujer. Se han querido muchísimo y Cayetana nos pedía que lo cuidáramos cuando ella faltara”, cuentan a Vanitatis los íntimos, entre los que encuentran Paquita Saltillo, Teresa Pickman, la marquesa de Benamejí y su hermana Carmen Cobo.

Los hijos de Cayetano Martínez de Irujo, Luis y Amina, que llegaron desde Londres, donde estudian en un internado, están muy afectados. Querían mucho a su abuela y pidieron viajar para estar con ella. En el velatorio pasaron mucho rato con la prima Tana, con la que se llevan muy bien. La hija de Eugenia, que acaba de cumplir 15 años, fue un gran apoyo para su madre, a la que se abrazaba cada vez que veía llorar. Para la duquesa de Montoro, el recorrido desde Dueñas al ayuntamiento con la gente en la calle aplaudiendo el paso de la comitiva fue uno de los momentos más agridulces. Por un lado sentir el cariño del pueblo y por otro saber que nunca más vería a su madre.

También se han cuidado los aspectos más generales. Uno de ellos facilitar el trabajo a la prensa e informar de la hoja de ruta desde que fue oficial la muerte de la aristócrata. Carlos, el duque de Huéscar, primogénito y futuro duque de Alba, daba las gracias por el trato recibido en una conversación telefónica con Vanitatis. “Estamos muy emocionados por las muestras de cariño y por el homenaje que desde los medios se está haciendo a nuestra madre. Queremos agradecer todos los gestos de afecto que hemos recibido en el transcurso del día y el profundo respeto mostrado por la gente de Sevilla”, ha declarado.

La familia permaneció en el salón del ayuntamiento hasta que las últimas personas que apreciaban y admiraban a la duquesa le dieron el último adiós. Después marcharon al palacio de Dueñas para descansar y prepararse para la dura y emotiva jornada de este viernes.

Los restos mortales de la duquesa de Alba ya descansan en la iglesia sevillana del Cristo de los Gitanos. Allí, en una capilla dedicada solo a ella, se ha oficiado una ceremonia íntima a la que solo han asistido los familiares más directos de la aristócrata. Era a los seis hijos de la aristócrata y a su marido, Alfonso Díez, a los que se veía llegar con el rostro compungido procedentes del cementerio hispalense donde se ha procedido a la cremación del cuerpo. Cayetano Martínez de Irujo ha sido el encargado de llevar la urna de las cenizas de doña Cayetana y de situarla en la hornacina no sin antes besarla, al igual que han hecho el resto de los miembros de la familia Alba. La urna ha sido tapada con una lápida de mármol cuya fijación ha supuesto el momento más emotivo de la ceremonia, provocando el llanto en más de un asistente.

Rosauro Varo
El redactor recomienda