Nadia de Santiago y la historia de su hermano con autismo: "Deberíamos aprender más de ellos"

Quizás al iniciar una conversación con la actriz Nadia de Santiago, lo primero que pensamos es en hablar de sus películas y series, pero hoy prefiere evocar un recuerdo de su infancia: las tardes infinitas viendo "La Sirenita" y "La Cenicienta" junto a su hermano mayor, Adri. Esas historias de fantasía se entrelazan con los momentos compartidos, con el vínculo indisoluble que han construido. Adri, con quien apenas se lleva un año y medio, tiene un 96% de discapacidad, y para él, los recuerdos tienen un peso especial.

Adri tiene una pureza a la hora de sentir que es un regalo

“Con Adri se para el tiempo. Recuerdo pasar toda la tarde viendo películas juntos, y se me viene a la mente también ‘Cuento de Navidad’. Él vive mucho del pasado. Cuando está nervioso, le pones a Teresa Rabal cantando en ‘Locos por el circo’ o algo que le transporte a su infancia, y conectar con esos momentos le calma”.

La realidad del autismo, especialmente en un grado tan elevado como el de Adrián, supone desafíos cotidianos que solo quienes conviven con esta condición pueden comprender en su totalidad. Nadia no idealiza la experiencia, pero la vive con un amor inmenso y una admiración.

“Hay días complicados. No todo es sencillo ni idílico. Pero hay una pureza en su manera de sentir que es un regalo. A través de él he descubierto que hay muchos tipos de lenguaje y muchas formas de comunicarse. Es un gran maestro de la comunicación no verbal”, explica la actriz. El grado de autismo de Adrián le impide expresarse con palabras, pero encuentra otros caminos: sonidos, gestos, miradas que contienen más significado del que podría encerrarse en cualquier frase.

Es un trastorno poco estudiado, hay muchos tipos y grados

“Aunque con palabras no pueda decirme que está triste, yo se lo noto. Y él a mí también, es muy perceptivo. Nos llevamos muy poca diferencia y, al final, yo de niña le he cuidado mucho. Él despertó en mí una imaginación especial: para entendernos, me agarraba a todas esas cosas intangibles como la energía o los gestos…”.

“Personas que no tienen el grado de mi hermano, que pueden expresarse y hablar, como por ejemplo los que tienen Asperger, son muy honestos… no tienen miedo a decir lo que se les pasa por la cabeza. Deberíamos aprender de ellos”.

Hay muy pocas ayudas para las personas con autismo y TEA ( trastorno del espectro autista)

Hoy, en el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, Nadia reflexiona: “Es un trastorno que no está muy estudiado, hay muchos tipos de autismo y grados. Hay autistas que tienen más facilidad para insertarse en la sociedad porque tienen lenguaje o son independientes e incluso pueden vivir solos y hay otros que son más dependientes”.

“No hay muchas ayudas, es una pensión muy pequeña y tienen que ir a un colegio de educación especial. Mi hermano, en concreto, va en silla de ruedas…”.

Otro de los momentos bonitos para Nadia fue cuando llevó a Adri al cine. “Hubo una iniciativa que, durante los sábados y domingos, un cine ofrecía sesiones para personas con TEA ( trastornos del espectro autista ). Es importante porque, por ejemplo, si a mi hermano le emociona algo, grita. Es su manera de expresar su emoción. Recuerdo que un profesor de interpretación nos decía: voz, voz y voz. Porque el cuerpo es voz, cuando hablamos nuestro cuerpo vibra. Él emite sonidos, y eso le encanta porque vibra, se escucha y se siente a sí mismo”.

Adri encuentra su forma de expresión a través del cine, la música, las imágenes...

Siento que Adri hubiese sido un gran músico

“Ellos encuentran su forma de comunicación a través de la música, a través del cine, a través de una imagen… Encuentran su canal. Siento que mi hermano hubiese sido un gran músico”.

“Adri nos ha enseñado. Al final, nadie te explica lo que tienes que hacer ante una situación así, tienes que aprenderlo. Te lo desarrolla el observarle. Con él tengo una conexión muy fuerte, le intuyo. Me habla mucho su cuerpo”.

Su trayectoria vital

El trabajo de Nadia parece ser una expansión de todo lo hablado, una forma de escucharse a sí misma y entender sus emociones para, así, poder interpretar otras que no están dentro de ella. Su carrera profesional es, en esencia, una trayectoria vital. “Cuanto más conectada estoy con mi mente y mi cuerpo, más centrada estoy y más abierta a dejar que entren emociones nuevas. Cuanto más cure mis heridas espirituales y dolores físicos, mejor estaré para preparar un personaje”.

Las terapias alternativas han sido un gran descubrimiento

Acostumbrados a verla en personajes tan representativos como ‘Marga’ en la serie de Netflix Las chicas del cable, cuando no está entre guiones y sets de rodaje, Nadia dedica su tiempo a estudiar e investigar. De joven, comenzó un módulo de documentación sanitaria, luego estudió nutrición y hoy se sumerge en un aprendizaje constante sobre terapias alternativas. “Siempre he sido muy amante de la salud, me llamaba la atención lo relacionado con la medicina, enfermería… pero descubrí que había algo que integraba más al ser humano, no solo a nivel físico, sino también emocional, espiritual y mental: esas terapias”.

“El otro día estuve haciendo una que se llama KAP. Conecté con lo que sería no tener sonido dentro del cuerpo, y me vino inmediatamente Adri a la cabeza. En el momento en que empecé a emitir sonidos, porque eran sonidos, no palabras, me empecé a reír muchísimo”.

Para mí interpretar es algo muy espiritual

Mientras relata sus experiencias con esta terapia, menciona su interés por la nutrición ayurveda. “Es un mundo muy amplio, pero interesantísimo. Es la medicina india más antigua, está enfocada en la astrología, la salud, la higiene y en cómo resuenas con los alimentos según tu constitución”.

Todo este conocimiento no solo ha contribuido a su crecimiento personal, sino también a su evolución como actriz. “Para mí, la interpretación es algo muy espiritual. Para interpretar tienes que estar muy relajado. Cuanto más lo estés, más abierto estarás a nivel emocional”.

Hay que trabajar en sostener las emociones y no tener miedo a mirar

Por ello, además de impartir módulos de acupuntura y clases de yoga, ha realizado un workshop sobre interpretación y meditación. “Muchas veces tenemos miedo al silencio, a sentir y, ¿por qué? Si hemos venido aquí a eso”, dice la actriz.

Precisamente, es un poco lo que le ocurre a Elena -su personaje en la serie que actualmente se encuentra en el número 2 en Netflix: Manual de señoritas- con Santiago, interpretado por Álvaro Mel. “Tienen una batalla dialéctica que al final es el reflejo de lo que podría pasarnos a todos. Ese momento en el que, por nervios, la mente no para quieta e intenta evitar esa mirada, ese silencio… Por miedo a lo que pueda pasar”.

“Hay que trabajar en sostener las emociones y no tener miedo a mirar”, concluye la actriz.

Y su hermano Adri, aunque no puede expresarse con palabras, no teme mirar. De hecho, observa la vida con una sensibilidad innata, aquella que siempre ha acompañado a Nadia, quien hoy no habla de su papel en una película, sino del que quizá sea el más importante de su vida: el de hermana.