Ana Boyer: "Tamara no está cerca de convertirse en monja"

Ana Boyer, la pequeña del clan Preysler, tampoco pierde ripia y, siguiendo la estela comercial de su madre, se acaba de convertir en imagen del conocido ron Brugal. Este jueves por la mañana, la hija de Isabel Preysler y el que fuera ministro de Economía Miguel Boyer ha aparecido ante la prensa en uno de sus contados actos en solitario y, obviamente, ha hablado de su familia. Tamara, la hija que su madre tuvo con el marqués de Griñón, ha sido la verdadera protagonista de su discurso. “Antes ella era mucho más fiestera que yo. Ahora está muy religiosa, aunque no cerca de convertirse en monja. Si yo la veo feliz, pues me pongo muy contenta, pero yo no voy a misa”, ha manifestado la joven en conversación con Vanitatis.

Boyer, que el año pasado finalizó los estudios de Derecho y está a punto de concluir la carrera de Empresariales, tiene clara que su vocación no está en el diseño, como sí ha ocurrido con su hermana mediana, ni tampoco en los photocalls. “Yo lo que verdaderamente quiero ser es consultora estratégica de operaciones empresariales. En ese sector es el que me quiero especializar”, ha proseguido ésta. A su vez, Ana ha aprovechado su comparecencia para matizar la intervención televisiva de Isabel Preysler en el programa Callejeros (Cuatro), en el que manifestó que en su casa también lo estaban pasando mal a consecuencia de la crisis económica.

“Disfrutamos de una posición privilegiada. Lo que sí es cierto es que tenemos que gestionar de otra manera el dinero, pensar muy bien en que lo gastas”, ha dicho. Ana Boyer ha manifestado que su padre, Miguel Boyer, se encuentra mucho mejor del ictus que sufrió hace más de un año y de cuyas secuelas todavía no se ha recuperado. “Está yendo a rehabilitación todos los días. Y él se encuentra genial. Ahora están potenciando la logopedia”. Con respecto a su situación sentimental, ha dicho: “Estoy soltera y muy a gusto. No tengo ningún prototipo de chico. Que me quiera es importante… y si es guapo mejor”, ha concluido. Está claro que las nuevas generaciones Preysler vienen pisando fuerte.