Lola Herrera sobre Daniel Dicenta: “A quien más daño hizo fue a sí mismo”

No es una mujer rencorosa y la muerte de su exmarido, del hombre que le dio tan mala vida, ha servido para que Lola Herrera se reconcilie con el pasado. También para perdonarle. Daniel Dicenta, padre de sus dos hijos, y su marido durante los años sesenta, falleció el pasado 2 de septiembre y Lola ha mostrado toda usencia de odios y rencores hacia su figura. De hecho, la actriz acudía en el hostal madrileño donde fallecía Daniel media hora después de su muerte. Quería dar el último adiós al hombre con el que vivió un matrimonio marcado por las infidelidades y el desamor. Le quiso con locura, mientras que Dicenta le partió el corazón, abandonándola con un niño de 14 meses un Día de Reyes, el 6 de enero de 1967.

Aun así, Lola afirma hoy que “Daniel, a quien más daño hizo, fue a sí mismo”. Sobre su persona, señala que “en el fondo era un hombre bueno. Siento muchísimo su muerte, porque se ha ido una buena persona. Me da mucha pena, porque lo ha pasado muy mal en determinadas etapas de su vida. Padeció una enfermedad muy dura que le impedía respirar con normalidad y era como vivir a medias…”

Pregunta: Ha estado usted en el hostal…

Respuesta: Sí, y allí dejé a nuestro hijo ocupándose de todo el papeleo. Me llamaron nada más encontrar el cuerpo sin vida de Daniel y fui inmediatamente.

P: ¿Se lo esperaban?

R: Sí, no ha sido una sorpresa, porque llevaba mucho tiempo enfermo, con problemas respiratorios y de circulación sanguínea

P: Sus hijos están desolados…

R: Daniel y Natalia están muy afectados. Una muerte es una muerte, y más si es la de un padre. Natalia acaba de salir de una operación. La intervinieron de una apendicitis. Está siendo una mala temporada para la familia. Primero lo de mi hija, y ahora lo de su padre.

P: No pudo acudir el miércoles al tanatorio ni a la incineración...

R: Me encontraba en Bilbao, porque ese mismo día presentamos a la prensa la obra con la que estoy de gira, En el estanque dorado, y el estreno fue por la tarde.

En el 2013, Lola publicó su biografía, Me quedo con lo mejor, en la que, en cierto modo, pasaba factura a Dicenta. Contaba crudamente, pero sin reproches, todo lo que le hizo sufrir mientras estuvieron casados: “Las infidelidades eran continuas, se multiplicaban, Daniel exhibía sus conquistas por todos los lugares a donde iba conmigo. Me enteré de todo cuando lo nuestro terminó… No le guardé rencor, al menos conscientemente, era un hombre muy atormentado, quizás por cosas que venían de su infancia… Creo que, de verdad, quería formar una familia, pero no supo y no pudo”.

Aquellos años de matrimonio estuvieron marcados por las discusiones y las separaciones. Cuando Lola se quedó embarazada de su segundo hijo, cuenta que “Daniel se horrorizó cuando le di la noticia, y me pidió que abortase, como si en aquel tiempo, abortar, fuera como tomarse un café”.

Ya separado, Dicenta tuvo una vida marcada por algunas adicciones, e incluso se publicó un reportaje en el que se aseguraba que vivía en la calle. En sus últimos doce años de vida sobrevivía gracias a las ayudas de AISGE, que le pagaba el hostal y la comida.