Repasamos los pros y contras de celebrar tu boda en invierno
Una boda de invierno puede tener tanto encanto como en cualquier otra estación. Eso sí, ten en cuenta estos detalles a la hora de organizar vuestro enlace en esta estación
Al elegir la fecha de la boda hay muchos motivos que pueden hacer que nos decantemos por unas u otras. Si no tenemos claro qué fecha es la mejor para nosotros, tal vez dependa de la finca en que hacer la celebración y su disponibilidad de horarios o sencillamente de la fecha en la que estimamos que podremos tenerlo todo preparado para poder organizarlo todo con calma y que no nos ‘pille el toro’. Hacerla coincidir con nuestro aniversario puede ser una buena idea para que sea un día doblemente significativo.
Lo que sí tenemos que tener claro es que, cualquier época que seleccionemos, tiene cosas a favor, pero también algunas en contra que debemos tener en cuenta antes de tomar la decisión definitiva. De hecho la fecha que escojamos puede ser el punto de partida que nos ayude a tomar decisiones a la hora de escoger la temática de la boda porque no es lo mismo celebrar una boda de exterior, con tipis y jardines verticales, en mayo que en diciembre.
Uno de los aspectos más favorables de las bodas de invierno es que no es la época habitual, la mayor parte de la gente escoge el otoño, la primavera o el verano, por lo que los salones de boda suelen tener las agendas más despejadas. Así, es muy probable que puedas organizar la gran fiesta que siempre quisiste en el lugar en el que siempre soñaste sin tener que modificar tus planes para adaptarte a las exigencias de otros.
Precisamente esto hace que los precios sean más competitivos, en una estación en la que hay muchas bodas, los precios serán más elevados y, para lograr lo mismo, tendrás que dedicarle más dinero, lo que puede hacer que tu presupuesto se resienta, sobre todo si planeas una boda low-cost. Gracias a ser ‘temporada baja’ será más posible que consigas las mismas calidades pero a precios más competitivos.
No podemos olvidar que, por lo menos en España, el invierno es una estación fría, las temperaturas son bajas y las lluvias habituales, por lo que puede que tengas que tener un plan B por si comienza a llover de repente. Los días son más cortos por lo que tendrás menos horas de luz para realizar las fotografías tradicionales de los novios una vez que ya se han dado el “sí, quiero”; eso sí, la luz que nos ofrece esta época del año es completamente diferente.
Lo que para mucha gente es un inconveniente, para otros son ventajas, por ejemplo mientras que muchas invitadas prefieren las bodas de verano porque así pueden prescindir del abrigo y llevar vestidos más informales y ligeros, es habitual que los invitados masculinos, que suelen llevar el tradicional traje de chaqueta, pasen un calor excesivo, algo que no sucederá en una boda de invierno. Capas y guantes serán los grandes protagonistas de la velada, con permiso de los novios.
El invierno nos deja estampas maravillosas, campos nevados y una luz especial casi mágica, por lo que solo tendrás que tener algunos pequeños detalles en cuenta para adaptar tu celebración, que seguramente tenga que ser en un lugar cerrado y con un buen sistema de calefacción, para tener la boda de tus sueños. Si lo necesitas, no dudes en contar con la ayuda de una wedding planner, una estupenda inversión.
Al elegir la fecha de la boda hay muchos motivos que pueden hacer que nos decantemos por unas u otras. Si no tenemos claro qué fecha es la mejor para nosotros, tal vez dependa de la finca en que hacer la celebración y su disponibilidad de horarios o sencillamente de la fecha en la que estimamos que podremos tenerlo todo preparado para poder organizarlo todo con calma y que no nos ‘pille el toro’. Hacerla coincidir con nuestro aniversario puede ser una buena idea para que sea un día doblemente significativo.
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