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La boda destino en Málaga de Inma: vestido de novia boho, 'deco' de impresión y música
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La boda destino en Málaga de Inma: vestido de novia boho, 'deco' de impresión y música

Inma y Fran decidieron trasladar a todos sus invitados a la capital de la Costa del Sol y juntos celebrar una 'destination wedding' al aire libre

Foto: Inma y Fran, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)
Inma y Fran, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

Hay tantos tipos de bodas como parejas en el mundo. Los hay que prefieren las tradicionales celebraciones multitudinarias con un despliegue de luces y colores, los que tienen el deseo de casarse solos, ellos dos sin nadie más y protagonizar un enlace 'elopement', e incluso los que sueñan con trasladarse junto a familiares y amigos a otro rincón del planeta y disfrutar de una boda destino. Conocida como 'destination wedding', es aquella en la que los novios deciden casarse en un lugar diferente al de su residencia y, consecuencia directa, arrastran consigo a todos sus invitados. Como la boda de Inma y Fran.

"Siempre habíamos imaginado una boda así. Ninguno somos de Málaga y decidimos llevarnos allí a todos nuestros invitados durante un fin de semana para compartir los que han sido los dos mejores días de nuestra vida", confiesa la novia. Con esa idea como leitmotiv, el buen tiempo, la gastronomía, las playas y algo de nostalgia ("es el sitio donde mi familia y yo veraneamos durante años y el lugar donde estuve trabajando al principio de mi carrera profesional"), convirtieron a la capital de la Costa del Sol en el lugar ideal para sellar su historia de amor el pasado 16 de julio.

placeholder Inma, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)
Inma, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

Una historia que comenzó tres años y medio atrás. Ambos trabajan en el sector de los recursos humanos: Inma es HR Manager en DHL y Fran, el director de recursos humanos de una empresa farmacéutica. "Aprovechando que el centro de Málaga es tan cómodo, pudimos ubicar a todos nuestros invitados muy cerquita, tanto del sitio de la preboda como de la Iglesia donde nos casamos, para que así lo pudieran tener todo a mano", explica. Las celebraciones arrancaron, por tanto, la noche del 15 de julio. "El viernes antes de la boda organizamos una cena cóctel de bienvenida en el hotel AC Málaga Palacio. Aprovechamos para que muchos de ellos se reencontraran y otros se conocieran", nos cuenta la novia.

Ya el día 'B', la iglesia de Los Santos Mártires, un templo ubicado en el centro histórico de la ciudad, fue testigo del 'sí, quiero' entre Inma y Fran. "La ceremonia religiosa la ofició un sacerdote amigo de mi familia que nos conoce desde hace muchos años y que nos hizo un discurso personalizado y muy emotivo. Al final, cuatro de nuestros amigos dijeron unas palabras con las que consiguieron sacarnos los colores y alguna que otra lágrima".

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Inma, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

Para dar vida al vestido de sus sueños, como es habitual, Inma y su madre recorrieron y visitaron varios talleres nupciales hasta encontrar a Marcela Mansergas. "Cuando conocimos a Marcela, supe que sería ella. Su cercanía, su sencillez, su profesionalidad y 'ese algo' que solo ella transmite. Todo ayudó a que al salir de su atelier, tuviéramos claro que sería la persona a la que confiaría el vestido más importante de mi vida", reconoce la novia.

Confeccionado en crepé de satén con detalles de valencie en las mangas y la espalda, salta a la vista que el vestido de novia de Inma respira un aire bohemio. "En el taller de Marcela Mansergas supieron encajar a la perfección los tejidos y convertirlos un auténtico sueño". En realidad, el traje es un dos piezas con sobrefalda. "Tenía claro que quería llevar enaguas, siempre me habían encantado. Utilizamos unas antiguas a las que le bordaron unos detalles preciosos que se dejaban ver bajo la sobre falda de satén. Las enaguas estaban unidas al cuerpo, como un único vestido, y encima, la sobrefalda de satén con casi cuatro metros de cola y una abertura delantera para dejar ver las enaguas", explica Inma. Dos looks en uno, el traje completo para la ceremonia religiosa y el cóctel, y para la cena, el vestido base con aquellas enaguas en todo su esplendor.

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Inma y Fran, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

Mención para los accesorios. A sus pies, la directora de recursos humanos lució las icónicas sandalias Emily de Jimmy Choo en piel de color blanco. Como ramo, un bouquet de rosas en tonos empolvados obra, al igual que el resto de arreglos florales, de Pedro Navarro. En cuanto a las joyas, solo dos: su anillo de compromiso, una pieza de Suárez que Fran le había regalado el día de la pedida de mano en Sevilla, y unos pendientes de oro y diamantes de su abuela.

Para el maquillaje, natural y con foco en la mirada, y el peinado, una coleta baja con ondas, Inma recurrió a "una amiga de toda la vida que es peluquera y maquilladora, me conoce como nadie y siempre me deja perfecta y a mi gusto".

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Inma y Fran, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

La Finca Carambuco, una villa del siglo XVIII situada a las afueras de la ciudad y rodeada de exuberantes jardines con vegetación subtropical, fue el lugar que Inma y Fran escogieron para el banquete y la fiesta posterior al enlace. "Al llegar a la finca, arrancamos el cóctel con un grupo de música en directo, Tarifa Plana. Nosotros, de forma improvisada, aparecimos al son de 'Bienvenidos' de Miguel Ríos, y desde ahí ya no nos bajamos del escenario".

No estaban solos. Patricia Navarro, de Arteboda, les ayudó y asesoró durante todo el proceso, la planificación y la organización de la boda. La wedding planner se encargó, además, del espectacular montaje y de la decoración del sitio. "Patricia y Pedro montaron una mesa espectacular enmarcada en un entorno mágico. Diferentes tipos de peonias, rosas y hortensias, todas colocadas en unos violeteros superelegantes junto a candelabros de cristal, infinidad de velas y las sillas transparentes, recrearon una estampa espectacular".

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Inma y Fran, el día de su boda. (Instagram/ @kiwo_estudio)

"Al acabar el cóctel, y con todos nuestros invitados ubicados en sus sitios, Fran y yo entramos a la cena al ritmo de 'Tu Sei' de Gabry Ponte. Recorrimos los más de 42 metros de mesa por ambos lados saltando y bailando sin parar, fue brutal", confiesa Inma. Durante la cena (y la fiesta posterior), sonaron las canciones que María, DJ de Mysound, pinchaba; y después, los novios abrieron el baile con 'Sway' de Michael Bublé.

Para disfrutar al máximo ese momento tan especial de la noche, Inma se soltó la melena y cambió de atuendo: "Llevé un vestido tipo lencero con aberturas laterales de Maje al que Marcela Mansergas le dio su toque personal". ¿El resumen? "Sin lugar a dudas, el mejor día de mi vida. Recuerdo disfrutar con todo el mundo y no parar de bailar desde que empezó el cóctel hasta que acabó la fiesta".

Hay tantos tipos de bodas como parejas en el mundo. Los hay que prefieren las tradicionales celebraciones multitudinarias con un despliegue de luces y colores, los que tienen el deseo de casarse solos, ellos dos sin nadie más y protagonizar un enlace 'elopement', e incluso los que sueñan con trasladarse junto a familiares y amigos a otro rincón del planeta y disfrutar de una boda destino. Conocida como 'destination wedding', es aquella en la que los novios deciden casarse en un lugar diferente al de su residencia y, consecuencia directa, arrastran consigo a todos sus invitados. Como la boda de Inma y Fran.

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